Sucesos

Otra vez en Rafaela, un patrullero vuelve a estar en el ojo de la tormenta

En una jornada de llovizna, una esquina del barrio Villa del Parque se terminó transformando en el epicentro de un episodio particular, de esos que por el accionar de determinadas personas terminan rozado los límites, no sólo por el accidente en particular, sino por toda la secuencia vivida, que fue relatada por los vecinos a Diario CASTELLANOS.
Tal como ya lo anticipamos en nuestro portal web, durante la víspera tuvo lugar un hecho que, lamentablemente, viene ocurriendo con demasiada frecuencia en las calles de la ciudad. Otra vez, un móvil policial se vio involucrado en un accidente de tránsito. Particularmente en este caso, el lugar fue en la esquina de Martín Fierro y Zamenhoff, en las inmediaciones de una reconocida empresa, donde un patrullero chocó a una motocicleta en la que se trasladaba un masculino de unos 30 años.
Por fortuna, el motociclista, que circulaba por calle Zamenhoff de sur a norte, recibió un fuerte golpe pero no se encuentra herido de gravedad, por lo que fue revisado por personal del SIES 107 en el lugar.
El conductor del birrodado se mostró asustado por la situación, y en diálogo con Diario CASTELLANOS aseguró que el casco le terminó salvando la vida. "Tenía el casco puesto, sino me mataba", aseguró sin ningún tipo de resquemor. Lo cierto es que además de la ansiedad producto del impacto, el conductor, Tomás Alexis Ariel L. de 23 años, sólo resultó con algunos raspones y golpes esperables producto del impacto.
Por otra parte, el móvil policial, marca Fiat Cronos, iba guiado por el suboficial Sebastián M., de 27 años, con domicilio en la localidad de Laguna Paiva, que iba con su andar sobre calle Martín Fierro con sentido oeste-este.
¿Qué pasó con el patrullero?
Esa es la pregunta que cabe en estos momentos, más allá de el mismo término lo dice, un "accidente" es el resultado de una acción que se realiza sin ningún tipo de mala intención. Si le preguntamos a Google qué significa este concepto, lo primero que nos dice es: "Suceso imprevisto que altera la marcha normal o prevista de las cosas, especialmente el que causa daños a una persona o cosa". Esto se da por entendido; el tema es cuando las acciones son consentidas, intencionadas y con cierto grado de "viveza", buscando tener un poco de ventaja ante la situación.
El accidente dejémoslo de lado, ya que no merece mayor grado de detalle en la explicación: dos vehículos que se encontraron en una esquina y este fue el resultado, un motociclista herido, que por fortuna llevaba el casco colocado, sino el final quizás hubiese sido muy diferente.
Lo que más llamó la atención de este medio, que justo se encontraba en las inmediaciones, fue ver cómo el agente, luego de protagonizar este suceso, decidiera por sí mismo quitar el auto de la escena y estacionarlo en la esquina. Lo que fue advertido por los vecinos del lugar, quienes se inquietaron al ver esta situación, ya que entendían que la escena debía conservarse y esperar a la Policía Científica. Ante el pedido de explicaciones, los agentes sólo se quedaron callados y admitieron que no querían generar "una escena". Eso sí, la moto en ningún momento fue desplazada del lugar donde terminó luego del choque, hasta tanto la Policía Científica terminó de realizar las acciones de peritaje en el lugar.
La situación pudo ser advertida gracias a un video que fue compartido por un vecino a la redacción de este medio, el cual está publicado en la cuenta de Instagram (@diariocastellanosok), y puede observarse cómo el patrullero se encuentra sobre la ochava noreste. Aunque si la escena se constata con las imágenes que pudimos obtener desde CASTELLANOS, el móvil policial se encuentra estacionado sobre la ochava sureste.
¿El tercero y aprendemos?
Este es el tercer hecho -de los que se tiene conocimiento- en menos de dos meses en el que un móvil policial se ve involucrado en accidentes contra motociclistas. El primero de ellos fue el pasado 3 de abril, cuando un móvil de la Policía de Acción Táctica circulaba en contramano y a alta velocidad atropelló y mató a Jorge Molina, un joven de 23 años de la localidad de Humberto 1º, en la intersección de calles Lavalle y 14 de Julio, en barrio Villa Dominga.
El segundo hecho ocurrió el pasado 8 de mayo, en calle Liniers -entre Las Heras y Garibaldi- en el barrio Central Córdoba, donde un patrullero, otra vez en contramano, embistió a un motociclista causándole diversas lesiones.
Es momento de una reflexión profunda dentro de la institución policial, ya que no es para nada normal tener que estar en todo momento relatando este tipo de sucesos, con móviles implicados que transitan a altas velocidades, o lo que es peor aún, en contramano. Esperemos que no sea necesario tener que volver a repetir una situación para que los errores se atiendan y corrijan.

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