Lo que tendría que haber sido una verdadera fiesta entre dos equipos de Rafaela que se encuentran animando la Copa Santa Fe se opacó por completo por culpa de un grupo de violentos y de la negligencia policial.
En la noche de ayer, 9 de Julio y Peñarol tenían que disputar el encuentro de vuelta de la tercera fase del certamen provincial en el estadio "Germán Soltermam", con el arbitraje de Jorge Martínez (de la Liga Departamental San Martín). Sin embargo, un error en el operativo de seguridad (habrían dejado los portones sin candados), posibilitó que diez minutos antes de que comience el partido, hinchas del elenco de barrio Villa Rosas (ubicados en una de las tribunas de calle Ayacucho) se crucen sin resistencia hacia el sector de la tribuna local (ubicada sobre la misma calle) para intentar robar banderas de la hinchada juliense, las cuales estaban colocadas en el tejido de la cancha. En ese momento, las dos parcialidades se encontraron de frente e intercambiaron todo tipo de agresiones. Incluso la batalla campal se trasladó al mismísimo terreno de juego, donde los jugadores de los dos equipos estaban realizando movimientos precompetitivos (muchos de ellos intercedieron para evitar las peleas entre los simpatizantes).
A partir de ese momento, los efectivos policiales intervinieron arrojando gases lacrimógenos y balas de goma, en un intento por disuadir la locura total que desataron los hinchas de 9 de Julio y Peñarol en varios sectores del estadio.
Con el correr de los minutos, los ánimos caldeados se fueron apagando, aunque parecía no haber garantías para que se desarrolle normalmente el evento deportivo entre el León y la "V" azulada, algo que finalmente se confirmó cerca de las 22:00 hs (el encuentro debía comenzar a las 21:30 hs) con la suspensión oficial del partido. Los momentos de tensión y angustia no se detuvieron ahí, ya que algunos hinchas visitantes iniciaron distintos focos ígneos en la tribuna y nuevamente fueron reprimidos por la Policía para que se retiren del estadio (en la salida hubo tumultos, corridas y se escucharon más estruendos y detonaciones fuera del "Germán Soltermam").
Con estos hechos bochornosos finalizó una jornada muy triste para el fútbol de nuestra ciudad, donde nuevamente todos fuimos víctimas de unos violentos. Lo que podría haber sido un partidazo con un marco de público espectacular se transformó en un día muy triste para los verdaderos amantes del deporte, y de dos clubes históricos como 9 de Julio y Peñarol. Sin dudas que como sociedad es momento de realizar replanteos serios para frenar estos comportamientos repudiables, los cuales atentan contra la fiesta que debe ser un encuentro futbolístico.
Jugadores afectados
Como consecuencia de los gases lacrimógenos que lanzaron los efectivos policiales para reprimir la conducta de los violentos, dos futbolistas que iban a ser titulares en Peñarol fueron afectados en su salud. El arquero Joaquín Pinzano y el delantero Manuel Bustos evidenciaron lágrimas en los ojos y también manifestaron sentirse con náuseas, aunque con el correr de los minutos se fueron recuperando paulatinamente.