En un operativo realizado por la Gendarmería Nacional Argentina en la provincia de Corrientes, se interceptó un camión que transportaba ilegalmente 28 toneladas de cobre. La detención tuvo lugar en la madrugada, cuando el vehículo, que partió de Rosario con destino a Puerto Iguazú, fue detenido para un control de rutina en el kilómetro 536 de la Ruta Nacional Nº 14.
Durante la inspección, los agentes del Escuadrón 7 de Paso de los Libres “Cabo Misael Pereyra” detectaron inconsistencias en la documentación presentada, lo que llevó a una revisión exhaustiva del camión.
Al revisar la carga, que se presentaba como chatarra, se descubrió la presencia de cobre sin la documentación necesaria para su transporte. Esto motivó la intervención del Juzgado Federal y la Fiscalía Federal de Paso de los Libres, quienes ordenaron la detención del conductor y su acompañante, así como el secuestro del vehículo y la mercadería, la cual consistía en 28.305 kilos de cables y piezas de cobre, estimados en un valor total de 788.147.494,23 pesos argentinos.
Adicionalmente, durante el operativo se identificó y detuvo a un vehículo que funcionaba como “puntero”, cuyo conductor intentó sobornar a los gendarmes para evitar la inspección, siendo inmediatamente arrestado por tentativa de cohecho.
Investigaciones posteriores revelaron que las entidades señaladas como remitente y destinatario en la documentación no tenían la capacidad operativa o económica para la actividad comercial declarada. Se constató además que la exportación de estos materiales está prohibida según el Decreto 70/2023, que limita el tránsito de productos estratégicos para la industria siderúrgica argentina.
Este hallazgo subraya los esfuerzos de las autoridades argentinas por combatir el comercio ilegal de materiales estratégicos y refuerza la importancia de los controles de seguridad en el tráfico de mercancías a lo largo del país.
Y precisamente este tipo de delitos se caracteriza en la Ciudad de Buenos Aires, donde el hurto de objetos de bronce y otros metales representa una preocupación creciente para las autoridades y residentes, con una incidencia cada vez mayor en diversos barrios, sin distinción de comunas.
Esta acción delictiva abarca la sustracción de una variedad de artículos, desde cables de cobre y alambre hasta elementos decorativos y funcionales de casas históricas, como marcos, picaportes y otros detalles arquitectónicos ricos en bronce.
Y este año pasado, las autoridades reportaron 406 arrestos vinculados a este tipo de crímenes, destacándose entre las incautaciones en allanamientos, objetos como porteros eléctricos y manijas de puertas.
Los ladrones, centrando su atención en zonas con edificaciones antiguas ricas en estos metales, extraen componentes de valor que posteriormente son vendidos en el mercado ilegal y algunos de estos objetos son fundidos para modificar su forma y facilitar su venta.
Además, la problemática se extiende al procesamiento de los metales robados, llevado a cabo en talleres clandestinos insertos en barrios como Constitución, donde recientemente la Policía de la Ciudad clausuró 12 de estas operaciones ilegales. Estos talleres, a menudo disfrazados bajo fachadas legales o en inmuebles abandonados, juegan un papel crucial en la cadena del crimen, transformando los metabólicos robados para su venta.
La lucha contra este delito se ha intensificado con acciones como el denominado “plan halcón”, impulsado por el ministro de Seguridad bonaerense, Gustavo Coria. Este plan busca un aumento en la presencia policial en las calles y la realización de operativos especiales, uno de los cuales resultó en la desarticulación de una banda que se dedicaba a la recolección, procesamiento y venta de metales hurtados, encontrando en uno de sus depósitos una cantidad significativa de cables y herramientas para el pelado de cables.
La preocupación de las autoridades no solo radica en la detección y detención de los delincuentes, que requiere capturarlos en flagrancia, sino también en la dificultad de rastrear y desmantelar la red de distribución y venta de estos objetos robados. Los métodos empleados por quienes están detrás de estos robos son cada vez más sofisticados, lo que plantea desafíos significativos para su prevención y control. (Infobae)