El pasado jueves no fue un día más para el Hospital Dr. Jaime Ferré, al contrario, quedará grabado en su historia, porque allí se realizó el primer implante coclear. Fue a Pedro, un niño de 7 años, que estaba totalmente sordo de su oído izquierdo y gracias a esta operación va a poder volver a escuchar.
Si bien ya es un hecho, en poco tiempo este niño podrá volver a escuchar, antes hubo un largo proceso que tuvo que atravesar la familia para llegar hasta el día de hoy.
Para conocer la historia de cerca, Diario CASTELLANOS dialogó con Florencia Muriel, la mamá de este pequeño, que en un extenso y emotivo testimonio contó que Pedro nació con la audición completa de ambos oídos, pero con el transcurso de los años fue perdiendo audición y terminó perdiéndola por completo del lado izquierdo. “Nos dimos cuenta con un juego simple que hacen los niños, el teléfono descompuesto, que cuando hablábamos y le decíamos una palabra notábamos que él decía cualquier cosa. Ahí nos empezamos a preocupar y empezamos a investigar”, relató.
En el mientras tanto, el niño sufría constantes otitis, generándole en una oportunidad una infección en el oído medio. Un fin de semana, en el que tenía mareos y vómitos –generados por ese malestar pero hasta el momento no lo sabían-, lo llevaron a una guardia donde le inyectaron un medicamento para cortar con esos síntomas y allí le ingresó una bacteria que le paralizó la mitad del cuerpo. De eso pudo recuperarse sin problemas, sin embargo, como consecuencia de esto perdió por completo la audición del lado izquierdo.
Ante ese panorama más grave, comenzaron a visitar una gran cantidad de profesionales de la ciudad y la provincia, sin que ninguno le pueda decir un diagnóstico exacto ni le pueda brindar una solución.
En ese camino, a veces desesperanzador, un día, de casualidad, una persona le dijo que visite al Dr. Diego Gutiérrez, especialista en oído, que trabaja en Buenos Aires. Cuando lo conocieron, supieron que es rafaelino, lo cual les agradó aún más. “Nos dio doble satisfacción de decir que un profesional de nuestra ciudad es el que nos estaba brindando la solución para que Pedro pueda volver a oír”, contó Florencia.
“Me pude contactar con él, lo llamé y en ese momento estaba en Canadá pero se puso a disposición y me pidió que ya empiece a mandarle los estudios de Pedro que tenía hecho hasta el momento. Luego concretamos una cita, viajamos a Buenos Aires, nos dio otra serie de estudios a hacer: tomografías, resonancias y demás”, agregó.
Ya en pleno tratamiento, entre septiembre y octubre del año pasado, el especialista determinó que la mejor solución para Pedro era el implante. Cabe aclarar que el audífono ya no era una opción dando que el niño tiene la cóclea totalmente sin respuesta y “no se puede estimular con un audífono por eso se hace el implante, o sea se reemplaza la cóclea por un dispositivo electrónico”. La mamá contó que se sintieron muy contenidos por el profesional, quien les dio la certeza y seguridad de que iba a funcionar. “La verdad que es una persona muy humana, nos atendió perfecto, nos explicó cada detalle y el hecho de que él se ofrezca a la posibilidad de venir a operarlo acá en Rafaela y que nosotros estemos en casa creo que también ayudó y nos predispuso a todos de otra manera”, contó.
En ese momento empezó una nueva “odisea”, conseguir el implante. Florencia contó que fue “la espera más larga”, pero que finalmente gracias a la prepaga que tiene el niño pudieron conseguirla, dado que es un dispositivo muy costoso al cual asegura que no hubiesen podido acceder.
En esos meses iniciaron con el papeleo, calculando que el implante llegaría aproximadamente en el mes de marzo y se podría operar enseguida, pero no fue así. El implante llegó a mediados de julio y recién el pasado jueves se pudo concretar la operación, gracias a la predisposición del doctor de venir a la ciudad y del Hospital Dr. Jaime Ferré, que abrió sus puertas para llevar a cabo este importante hecho.
La operación
Como se menciona anteriormente, la operación se llevó a cabo el pasado jueves, desde las 8:15 de la mañana, cuando Pedro ingresó al quirófano, saliendo pasadas las 10:00 horas.
Según contó su mamá, el niño estaba feliz y ansioso porque había llegado el día en el que le iban a colocar el “aparatito”, como lo llama él. Pedro decía que lo necesitaba porque contaba que muchas veces se atrasaba en la escuela cuando las maestras dictaban, dado que no escuchaba bien. Para que aquellos que desconocen entiendan de qué consta este problema, si bien la gente que tiene el mismo problema que Pedro puede escuchar de un oído pero cuando es en un ambiente tranquilo, entre pocas personas; pero ya cuando hay mucha gente y mucho bullicio, eso se imposibilita.
Lo que sigue
Ahora, Pedro ya está en su casa, está bien, pero todavía queda un largo trayecto por recorrer, que es la rehabilitación. Si bien ya se lo operó, todavía no escucha con ese oído porque no se le encendió el implante, primero hay que esperar 20 días o más a que cicatrice la zona y luego se puede encender el dispositivo.
Para la puesta en marcha y calibración del implante sí deberán viajar a Buenos Aires porque no se hace en Rafaela ni tampoco en la zona. Allí comenzará a trabajar con una coach que lo va a ayudar, que le va a ir pasando audio links y demás como para que él vaya entrenando ese oído hasta que diga que escucha la palabra al mismo tiempo. “Eso puede llevar dos meses como te puede llevar seis meses. Creemos que va a ser rápido porque él ya tiene memoria auditiva, porque antes oía, así que confiamos en que el proceso se dé 100% efectivo”, explicó Florencia.
Por último, la mujer contó que cuando apareció esta solución como padres se pusieron muy contentos, porque en muchas ocasiones pensaron que no la iban a encontrar, pero también sintieron mucho temor a estar tomando una decisión sobre su hijo que no sabían si le iba a hacer bien o si iba a funcionar, pero reveló que fue el niño quien los tranquilizó. “Nos dio la confianza Pedro y nuestro deseo de que pueda volver a escuchar”, manifestó.
“El Hospital es el único centro que me daba las condiciones para operarlo en Rafaela”
El rafaelino Diego Gutiérrez, especialista en Otorrinolaringología, fue el médico que le puso el implante coclear a Pedro. El profesional trabaja desde hace muchos años en Buenos Aires pero tras el llamado de esta familia decidió venir a su ciudad natal, donde tiene familiares y amigos, para concretar esta operación.
En diálogo con Diario CASTELLANOS, el profesional de la salud, destacó la importancia de esta operación, la primera que se hace en el Hospital local.
Más allá de todo lo que implica el implante en sí, que ya explicó la madre anteriormente, el cual mejorará la calidad de vida de este niño en un ciento por ciento, el doctor destacó la predisposición del Hospital Dr. Jaime Ferré y sus profesionales para que la operación se pueda realizar exitosamente.
El especialista decidió operarlo en nuestra ciudad porque era mejor para la comodidad del niño y la familia, pero también, según aseguró, se pudo hacer gracias a que el centro de salud local le brindaba las mismas seguridades que en Buenos Aires.
“La realidad es que en el hospital era hoy por hoy el centro que me daba esas condiciones acá en Rafaela para operarlo, porque tiene una internación pediátrica con médicos especialistas en pediatría que manejan la internación y además tiene una terapia intensiva pediátrica donde trabajan intensivistas pediátricos, especialistas en esto, para controlar a este paciente. Como en principio era el único medio de salud en la ciudad de Rafaela y eso me daba a mí la garantía de poder operarlo ahí, aunque son pacientes que habitualmente no necesitan terapia y demás pero bueno, son situaciones que uno tiene que tener en cuenta, por eso decidí operarlo en el hospital de Rafaela”, expresó.
En ese sentido, agradeció al director del centro, Dr. Emilio Scarinci, a la jefa de quirófano y a la instrumentadora, “que se pusieron completamente a mi disposición, fueron sumamente generosos y amables para conmigo, para poder brindarme la mejor posibilidad de infraestructura, de asistencia y demás para poder operarlo”, cerró.