17.36 En diciembre de 2019, el Gobierno de Alberto Fernández quitó los aviones hidrantes que estaban en Corrientes. Desde febrero del año pasado, el Ministerio de Producción de la Provincia solicita asistencia y presagia la crisis por el fuego. Nación reaccionó demasiado tarde.
Hace casi un año, más precisamente el 25 de febrero de 2021, el Ministerio de Producción de la Provincia alertó al Gobierno nacional de la crítica situación que enfrentaría el campo correntino por los incendios rurales y forestales. La respuesta desde el Ministerio de Ambiente del gabinete de Alberto Fernández llegó recién a la hora de juntar las cenizas. La alarma se emitió, principalmente, porque Nación resolvió, a fines de 2019, dejar sin cobertura de apoyo aéreo y terrestre a Corrientes en caso de enfrentar el fuego, lo que finalmente ocurrió. En diciembre de 2021 y enero de 2022, los correntinos en soledad sufrieron el avance inexorable de las llamas, mientras desde la cartera nacional su principal responsable, el polémico ministro Juan Cabandié, utilizaba sus dedos para twittear que remitía apoyos inexistentes. Pero la gota que, en definitiva, colmó el vaso fue que mientras en el Taragüí los bomberos voluntarios se desdoblaban para enfrentar al fuego, el mismo hábil manejador de redes sociales –el principal funcionario argentino del área– se sumó a la comitiva presidencial en Barbados, una paradisíaca isla en el Caribe.
Durante la gestión del presidente Mauricio Macri, Corrientes contaba con cuatro aviones hidrantes provistos por el Plan Nacional de Manejo del Fuego. Tras la asunción de Fernández, el 10 de diciembre de 2019, se reestructuraron varias áreas del Estado nacional y se retiraron los aviones. La excusa: iniciar un proceso de licitación y contratación de aviones hidrantes para atender las emergencias en diferentes puntos del país.
La orfandad a la que impuso el Gobierno nacional a Corrientes se reflejó que en 2020 sólo se contó con un avión hidrante, en forma esporádica y muy limitada ante situaciones extremadamente graves. El caso más concreto fue el que ocurrió a fines de ese año en cercanías a Virasoro, en el que recién se pudo contar con el vital elemento para combatir los incendios luego de que las gestiones involucraran al propio gobernador Gustavo Valdés.
Atento al muy complicado panorama, el 25 de febrero de 2021, el ministro de Producción de la Provincia, Claudio Anselmo, envió una solicitud al coordinador nacional del Manejo del Fuego, Alberto Seufferheld, en el que peticionó medios aéreos para el combate de incendios.
En dicha nota, Anselmo recordó que el arrastre del déficit hídrico (que comenzó en 2019) más las altas temperaturas y los períodos ventosos que ocurrieron durante todo el año, hicieron que los altos índices de peligros de incendios rurales y forestales no quedaran sólo acotados a los meses entre abril y agosto, sino se extendiera a todo el año.
Además, el funcionario comentó en su nota que la provincia cuenta con 16 pistas acondicionadas para la operación de aviones hidrantes, que en ellas hay reservorios de agua, motobombas y personal idóneo para la carga del vital líquido.
Sin embargo, todo ello sería inútil por no tener los anhelados aviones. Y eso lo dejó en claro el Ministro en su nota. "Actualmente la región NEA no cuenta con medios aéreos, lo cual resulta altamente preocupante teniendo en cuenta las altas temperaturas y la cantidad de material combustible acumulado en esta etapa estival", señaló en el texto.
Allí explicó que serían necesarios cuatro aviones hidrantes (que estarían distribuidos en Esquina, Concepción, Yapeyú e Ituzaingó) más uno vigía.
¿Cuál fue la respuesta del Ministerio de Ambiente de la Nación? Ninguna. ¿Cuál fue el análisis de la proyección de la situación en Corrientes? No hubo. ¿Qué acciones concretas se tomaron desde el gabinete presidencial para colaborar con la provincia ante este presagio de crisis ígnea? Bien, gracias.
Ante la inexplicable desatención del Gobierno nacional, en agosto de 2021 el Gobierno provincial resolvió la contratación directa de aviones hidrantes para el combate de los incendios tristemente pronosticados. Es que Corrientes es la provincia con mayor superficie forestada del país (unas 500 mil hectáreas) y tiene una vastísima extensión de malezales, esteros y bañados, y pastizales ganaderos.
Y llegó nomás el fuego. Lamentablemente, el presagio se concretó. De acuerdo a los datos que ayer suministró el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ya son 519 mil las hectáreas quemadas en la provincia, el 6 por ciento de la superficie total de Corrientes. Una barbaridad (más información, ver informe en páginas 4 y 5).
Ya con las llamas impiadosas afectando a casi toda la geografía provincial, el 28 de diciembre de 2021, Nación remitió ¡¡¡un!!! avión hidrante a Corrientes y que por entonces sólo actuó en un siniestro (en Guaviraví) y al día siguiente partió para Apóstoles (Misiones).
Tras la declaración de Emergencia Ígnea en todo el territorio nacional (rubricado por el Presidente el 11 de enero de 2022), recién la jefe de Gabinete del Ministerio de Ambiente de la Nación, María Soledad Cantero (una licenciada en Ciencias Políticas para combatir el fuego y cuidar la ecología) recibió a Anselmo. En ese encuentro, la funcionaria nacional fue contundente: desestimó la gravísima situación de Corrientes, dijo que no había más aviones para la provincia (sólo el que estaba en Misiones y debía atender las necesidades de todo el Noreste) y el equipamiento para el combate a las llamas recién estaría disponible en ¡¡¡marzo!!!
Pero "el agua llegó al cuello". O, mejor dicho, la situación por el avance de las llamas alcanzó ribetes espantosos. Recién allí llegó la ayuda de Nación. Y junto con la muy tardía asistencia, el Ministerio de Ambiente emitió un comunicado oficial el 7 de febrero de 2022 en el que afirmó (quizás como pretexto por su inexplicable desatención) que "Corrientes rechazó la ayuda de Nación". Entonces fue el tiempo de los tweets de Cabandié contra la Provincia y, principalmente, apuntó al gobernador Gustavo Valdés. Y el primero de los comentarios en la red social del pajarito lo hizo desde Barbados a 5.000 kilómetros de los incendios en terruño del Taragüí.
"Nos dejaron a la buena de Dios y tienen el desparpajo de decir mentiras", comentó un alto funcionario correntino. Y mientras ayer Cabandié "paseó" por los medios de prensa porteños como "relator y comentarista" de la situación, el fuego continuó con su arrollador paso. (Diario Época)