El legendario cantautor clave de la renovación folklórica, autor de la consagrada chacarera "Del norte cordobés", tenía 70 años.
"Mi corazón está destrozado", manifestó la hermana del músico a través de un desgarrador mensaje que compartió en las redes sociales para anunciar la muerte del artista.
La noticia de su partida fue confirmada por su hermana María Elena a través de un conmovedor mensaje que compartió en las redes sociales. "Mi corazón está destrozado. Después de pelearla como un campeón, mi amadísimo hermano Ica Novo se fue de este mundo", escribió primero.
A continuación, su familiar dedicó emotivas palabras de admiración al artista: "Mi hermano mayor, el que me enseñó a oír buena música, me hizo fanática de Los Andariegos, de Los Nocheros de Anta, entre otros, y el que me inició en la militancia en el peronismo. Todo esto mamado en nuestra casa, con un padre de gusto exquisito por la música y una madre militante peronista", remarcó. Y añadió: "Ica, sos eterno en nosotros los que te amamos. María Zamba, el papi, la mami, la Lali, la Nuni y la Mica te están esperando. Dejás para todos tu música y tu poesía; obra maravillosa como pocas. Siempre orgullosa de vos, jamás transaste para ganar dos mangos más. ¡Imposible olvidarte, Ica eterno!", manifestó en este delicado momento.
Nacido en Deán Funes en 1951, Novo destacó como músico, autor, compositor, guitarrista y cantante. Ejerció la docencia y fue un estudioso de la música folkórica argentina y del tango. El velatorio del artista se realizó en Alta Córdoba, en la ciudad en Córdoba.
Una vida dedicada a la música
"A los 11 años les pedí a mis viejos que me cambiaran de colegio para tocar con el grupo Los Norteñitos. Allí conocí a Héctor Pacheco, mi primera gran referencia, aunque era un chico de unos pocos años más que yo", expresaba el músico dos décadas atrás, cuando se le preguntaba por sus orígenes.
Al poco tiempo, durante su infancia, los padres de Ica decidieron instalarse en Corral de Bustos. Sin su grupo infantil pero con la música de la discoteca de su papá conoció a Beethoven, Schumann, Wagner, Ravel, Miles Davis, Gardel. La adolescencia allí lo transformó en "un hippie de campo". Vivía la atracción por el primer rock en inglés. "Luego el pre-rock de Los Iracundos, hasta que apareció el tema "La balsa"". El folklore del Noroeste Argentino se convertiría en su mayor pasión. "En el colegio tocábamos chacareras sobre el pupitre. No hacerlo era lo mismo que no saber jugar a la pelota", decía con orgullo.
Novo aprendió a tocar el bombo, a zapatear y bailar. Tuvo contacto con la poesía por medio de su abuela y escuchaba a Los Andariegos o Los Nocheros de Anta por la radio. Quedó fascinado por Agustín Carabajal, antes de que armara el grupo de la familia, el trío de Chito Zeballos y la música de Chango Farías Gómez, desde los Huanca Hua en adelante. "Pero creo que mis mayores influencias fueron la poesía de Trejo y la música de Eduardo Lagos. Me dieron una dimensión de lo universal", contaba.
Sin tomar la música como un proyecto futuro estudió luego arquitectura en Córdoba capital, pero a los cuatro años desistió y se trasladó a Buenos Aires. "Trabajé como corrector de pruebas para una revista, toqué en algunas peñas y fui adoptado como parte de la sección juvenil de Los Carabajal, Los Nocheros de Anta y Los Andariegos. Era como una especie de mascota", decía en el año 2001. Pero la historia promediaba la década del setenta. "En ese momento cambió la dirección de la revista, nos echaron a todos y con ese dinero me compré un pasaje en barco a España, donde viví unos diez años. Mi intuición me alejó de todo lo cruento que sucedió años después. Por otro lado, allá pude ver a muchos artistas, grabé un par de discos, toqué con músicos de Angola y Marruecos, con Farías Gómez", recordaba sobre aquellos tiempos.
De regreso en la Argentina, cuando volvió a esos lugares y situaciones que describe en la "Chacarera de Ischilín", y durante los últimos quince años, Novo encontró el reconocimiento por su trabajo gracias al público que disfruta de piezas como "Yo toco sólo bombo", la zamba "Como las de antes" y la popular chacarera "Del norte cordobés".
"He compuesto muchísimo y creo que lo que más se conoce de mi obra debe ser el uno por mil. Quizás es porque no todo el mundo se preocupa tanto por difundir su trabajo. Lo ideal es que uno lo haga y haya gente que se encargue de difundir. Creo que así los editores se pierden buenos negocios y nosotros un montón de tiempo en esas cosas. Nos convertimos en unos resentidos, hasta que podemos transformar eso en energía positiva para que salga una buena chacarera", opinaba.