20.35 Matías Manna llegó a San Vicente tras formar parte del cuerpo técnico de la selección Argentina que obtuvo la Copa del Mundo en Qatar y toda la ciudad se congregó para brindarle su cariño, respeto y admiración. Y decir toda la ciudad es muy cercano a lo que realmente pasó. Una convocatoria que difícilmente encuentre comparación, al menos en lo contemporáneo. Algo que, si bien lo genera el fútbol y la relevancia de un título mundial, pero que sin lugar a dudas en gran medida tiene que ver con el afecto sincero que la gente de la ciudad siente por Mati.
Un hijo de la comunidad que nunca cambió su forma de ser, y de actuar; con grandes valores y una simpleza que lo pintan como un ser humano excepcional.
La ciudad tiene ahora una calle llamada Matías Manna
Por disposición de la Municipalidad de San Vicente, la calle en donde está ubicada la casa de Matías – que además comunica directamente con la puerta del ingreso a su querido Club Bochófilo Bochazo – pasó a denominarse Matías Manna. Esta arteria, históricamente denominada Buenos Aires, atraviesa además uno de los edificios municipales. En virtud a la conquista de la Copa del Mundo en Qatar, y naturalmente por la presencia de Mati en el cuerpo técnico que condujo al equipo a la gloria, es que desde el ejecutivo municipal se tomó esta decisión. Pasa entonces Matías a ocupar un lugar reservado para grandes personalidades de la ciudad, quienes marcaron una época de San Vicente, pero el primero que de manera presencial puede recibir tamaño reconocimiento.
Canción: “Matías Manna…vos sos un campeón Mundial”
Inspirada en la melodía que se hizo tan popular en Qatar, “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”, fue creada una canción para homenajear al embajador deportivo sanvicentino. Fue la banda Sinfónica Municipal la encargada de interpretar la melodía, recayendo la responsabilidad de cantar, en todos los vecinos que accedieron a la letra. En la misma se refleja la emoción que sienten todos los habitantes de la ciudad, los valores que destacan a Matias desde siempre y el orgullo inmenso que genera tener un campeón de mundo entre ellos.