La Universidad Nacional de Rafaela organizó este lunes, la presentación del libro "Diario de una temporada en el 5º piso" del doctor Juan Carlos Torre, justamente en el día que se conmemoraron las cuatro décadas de la restauración democrática en Argentina.
El final trágico de Alfonsín, "convengamos que el Gobierno se encontró con una crisis económica y no la pudo resolver. Afortunadamente, no obstante eso, pudo entregar el mando a un presidente civil electo. Y esa es un poco la gracia de esa experiencia. Se llega con una situación muy mala, económicamente, pero eso no alteró el compromiso con la democracia. Esto significa una cosa muy importante, que el deterioro de la economía no se traduce naturalmente en el fin de un régimen político. Aquí era una posibilidad. No, es decir, el deterioro de la economía no se traduce naturalmente en el fin de un régimen político", dice el escritor a este medio.
La memoria fresca de la dictadura operó, "como una suerte de blindaje en una situación tan dramática. Uno diría, fue gracias a eso que se pudo sortear este primer capítulo de la transición a la Democracia. Hoy estamos a 40 años. Y miramos aquel momento como un momento de dificultades, sin duda, pero con esa satisfacción. Se pasó la posta. En este país, hacía muchísimos años que no se pasaba la posta. En el camino había democracias a medias, dictaduras militares. Ahora se pasó la posta. Y gracias a eso, tenemos unas reglas democráticas de convivencia que nos permiten buscar mejores soluciones. Intentemos con estas facilidades, que las libertades nos dan, que las reglas de la convivencia nos dan, encontrar una salida al pantano ya largo, prolongado que tiene la Argentina".
Relación con los gremios
"El movimiento sindical, con el cual el Gobierno tenía una relación bastante fluida, aún cuando comenzó muy mal, porque a Alfonsín se le ocurrió una idea: si vamos a democratizar la vida política, ¿cómo vamos a democratizarla? Entonces se le ocurrió: llenó de elecciones la vida interna de los sindicatos. Y mandó una Ley por la cual se pedía que los sindicatos hicieran elecciones internas. Eso a los dirigentes sindicales no les hizo ninguna gracia. Por lo tanto, se empezó con la pierna izquierda. Con el paso del tiempo se fueron acercando posiciones. Habían combatido seguramente en el pasado contra la dictadura en el mismo lugar. Entonces, había un diálogo fluido. Ahora bien, el movimiento sindical tiene una tarea. Reivindicar. Y hace 13 paros generales, convengamos, al gobierno de Alfonsín. Que, sin duda, era un Gobierno que tenía dificultades. Pero nada que ver con el Gobierno que lo sucedió. En materia de bienestar popular", manifestó el autor.
"Lo que pasa es que los sindicatos tuvieron una actitud un poco equívoca. No le perdonaron al presidente Alfonsín que no fuera peronista. A un peronista le van a perdonar más de una vez. Pero no obstante eso, no obstante eso, yo creo que se terminó en un diálogo razonable entre el movimiento sindical y el gobierno de Alfonsín", cerraba Torre.