El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos publicó su nuevo informe mensual sobre oferta y demanda de granos en el nivel mundial. Y, de momento, sus cifras no tienen impacto sobre el rumbo del mercado, que sigue pendiente del clima para los granos gruesos y de las tensiones en la zona del Mar Negro para el trigo.
Entre las novedades del trabajo oficial, que resumió en un informe la consultora Granar, como lo anticiparon los operadores, el USDA redujo su proyección para los rindes de la cosecha gruesa, lo que hizo que el cálculo para la producción de soja bajara de 117,03 a 114,45 millones de toneladas y para el maíz, de 389,15 a 383,83 millones. En ambos casos, los nuevos datos quedaron algo por debajo de los respectivos promedios augurados por los privados, pero dentro del rango en que se ubicaron esas estimaciones.
Para el mercado de trigo, lo aportado hoy por el USDA tiene poca relevancia, dado que entre los pocos cambios, ratificó la preminencia de Rusia en el segmento exportador y ajustó las cifras de Canadá, algo previsto por el mercado en función de la falta de humedad que afectó sus cultivos.
Soja
Para Brasil el USDA mantuvo sin cambios, en 156 millones de toneladas, su estimación sobre la cosecha de soja, con exportaciones de grano sin procesar por 94 millones.
En cuanto a la Argentina, el organismo también mantuvo sin variantes su previsión de cosecha, con 25 millones de toneladas, con ventas externas de poroto de soja por 3,90 millones.
Maíz
La cosecha de Brasil fue elevada en la previsión del USDA de 133 a 135 millones de toneladas, en tanto que sus exportaciones fueron sostenidas en 56 millones.
Respecto de la Argentina, el organismo volvió a calcular la producción de maíz en 34 millones de toneladas y las ventas externas en 22 millones.
Trigo
La producción de trigo en Estados Unidos fue estimada por el USDA en 47,20 millones de toneladas, levemente por debajo de los 47,33 millones del informe anterior, que también era el volumen previsto por el mercado. Esto respondió a un ajuste del rinde promedio, de 31 a 30,80 quintales por hectárea, circunstancia que se contrapuuso al ligero incremento del área sembrada, que fue de 20,07 a 20,15 millones de hectáreas.