Cultura

Llegó el día: se realiza la 96° edición de los Oscar

Más ritual mediático que mera premiación, los Oscar rozan la centena de ediciones con la certeza de que la predictibilidad funciona mejor que el desvío. Por más que la lectura de un sobre equivocado y una bofetada en tiempo real acapararon recientemente la atención que la transmisión no logra por sus perezosos medios, la edición 96 a realizarse este domingo apunta a ser desde el comienzo una crónica anunciada.
La larga franja de galardones de temporada que antecede a las estatuillas de la Academia (los Globo de Oro, Los Bafta y los premios de sindicatos y críticos, entre otros) dicta un precedente difícil de esquivar y un prode sencillo de llenar para apostadores, que apuntan a Oppenheimer como la favorita, así como las distintas secuencias de la ceremonia se ciñen a un guion incólume. Las sorpresas serán entonces las preciadas excepciones para contemplar en la velada a realizarse en el Dolby Theater angelino a partir de las 21, que conducirá por cuarta ocasión consecutiva el humorista Jimmy Kimmel.
Todos los pronósticos indican que esta será la gran noche de Christopher Nolan, director insignia de la industria cinematográfica que ha permanecido prácticamente ignorado por los Oscar en su prolífica trayectoria. Con sus 13 máximas nominaciones, Oppenheimer promete ganar por mejor película, mejor director, mejor actor principal (Cillian Murphy) y mejor actor secundario (Robert Downey Jr.), además de agenciarse estatuillas en varias ternas técnicas.
La estela del filme dedicado al físico creador de la bomba atómica viene siendo literalmente explosiva en los galardones de temporada (replicando la racha de hace unos años de Argo y Slumdog Millionaire), y el abordaje de un personaje histórico incómodo en tiempos de renovados temores nucleares tienta a unos Oscar que hasta ahora habían visto a Nolan como un nerd aficionado a la ciencia ficción y los superhéroes.
Hollywood por otra parte ha sido siempre reticente con sus ídolos autorales, y por eso no llamaría la atención que se obvie al veterano Martin Scorsese con su obra maestra tardía Los asesinos de la luna, el mejor largometraje entre los nominados.
Donde el filme de Scorsese marque posiblemente la diferencia sea en la categoría a mejor actriz principal, aunque esta es la terna decididamente más reñida de la edición. Lily Gladstone se disputa la estatuilla igual a igual con Emma Stone, resplandor indiscutible de Pobres criaturas, pero el Oscar ya otorgado a Stone por La La Land y la posibilidad de Gladstone de ser la primera actriz nativa ganadora de una estatuilla inclinan la balanza hacia esta última.
La 96 edición de los premios Oscar se transmite este domingo desde las 20 por TNT y Max. A las 19 comienza el el pre-show en vivo “Punto de encuentro”, con conducción de Axel Kuschevatzky y Lety Sahagun.
El criterio correcto de diversidad que la Academia ha ido aplicando al armado de su propio y multitudinario jurado es valor esencial en sus votos, y por eso también Da’Vine Joy Randolph aspira a agenciarse el Oscar por mejor actriz secundaria. Su rol como una recia cocinera que acaba de perder a su hijo en Vietnam en la entrañable Los que se quedan conmovió por igual a jueces y a espectadores, y es de esas emociones fuertes que la Academia se nutre para predicar su mensaje de madrugada.
La producción del evento pone siempre un ojo oportunista en el rating, y no iba a evitar en este caso aprovechar el fervor de Barbie por más que Greta Gerwig y Margot Robbie se hayan quedado afuera de la competencia. Siendo una de las películas más nominadas y un éxito de taquilla de temporada, serán centrales las interpretaciones en el escenario de What Was I Made For por Billie Eillish y de I’m Just Ken, que volverá a vestir de muñeco a Ryan Gosling. Por lo demás, sacando esas concesiones para encantar audiencias, lo más probable es que Barbie no gane premios más que en categorías secundarias como, justamente, la de mejor canción.
Milagros y ausencias
La lenta apertura de los Oscar hacia filmes de origen no estadounidense capta una porción decisiva de televidentes globales, y el fuerte suceso que ha despertado La sociedad de la nieve será en ese sentido un foco de atracción a la hora del premio a la mejor película en legua no inglesa. La recreación de la tragedia aeronáutica de los Andes a cargo del español J.A. Bayona (que cuenta con el cordobés Santiago Vaca Narvaja en su elenco) no goza sin embargo del mejor de los pronósticos, en tanto se enfrenta a la multipremiada La zona de interés.
Este perturbador drama inglés firmado por Jonathan Glazer sobre la apacible existencia de una familia nazi contigua a los muros de Auschwitz compite al mismo tiempo por mejor película, y esa doble condición ha sido siempre un anuncio de victoria en la sección extranjera. De revertir esa apabullante tendencia, La sociedad de la nieve gestaría un milagro semejante al del rescate de sus tripulantes.
Este es el primer año en que dos producciones extranjeras compiten como mejor película y mejor película en lengua no inglesa: además de La zona de interés, la francesa Anatomía de una caída figura en esas y otras ternas destacadas (curiosamente, ambas comparten el protagónico impecable de Sandra Hüller). El resonante thriller jurídico de Justine Triet detenta severas chances de triunfar en el apartado mejor guion original, en el que solo ganaron en lo que va de siglo las “no estadounidenses” Parasite y Hable con ella. En tanto, Chile compite en las categorías de mejor documental y mejor fotografía por La memoria infinita y El conde.
¿Y Argentina? El cine local brilla por su ausencia después de la expectativa puesta en Argentina, 1985 para la edición anterior, cuando el filme de Santiago Mitre no pudo alzarse contra la alemana Sin novedad en el frente. Aun así no falta quienes buscan conexiones tiradas de los pelos para alentar a algún que otro candidato nacional, y de esa forma cobran relevancia los datos de que el perro de Anatomía de una caída se llama originalmente Messi o que en una escena de restaurante de American fiction (una de las nominadas a mejor película) se cuela un Luigi Bosca. Son vanos consuelos para una falta de representación acaso saludable, y es que a veces no hay mejor premio que tomarse un respiro.

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