Esther Ana Rosa Cardoni tiene 69 años y es jubilada. Vive en la ciudad de Sastre, cabecera del departamento San Martín, junto a su esposo. Ella tiene una importante discapacidad visual, mientras que él está sufriendo una compleja enfermedad. La familia atraviesa además problemas económicos y como si esto fuera poco, la mujer fue víctima de una situación de pesadilla que jamás siquiera imaginó.
Grande fue la sorpresa de Esther -que se dedicó desde joven a la docencia- el miércoles de la semana pasada, cuando una comisión policial tocó a su puerta. Los uniformados allanaron su casa y se la llevaron detenida. Eran investigadores de la provincia de Santiago del Estero, que actuaban en el marco de una denuncia por un saqueo de una cuenta bancaria. El procedimiento había sido solicitado por la fiscal santiagueña Belkis Alderete y ordenado por el juez Darío Alejandro Alarcón, de Control y Garantías de aquella provincia. Todo fue avalado por un juzgado de San Jorge que hizo lugar al exhorto.
El abogado de la familia, Franco Miguel Cáneva, en vano trató de hacer entrar en razón a los encargados del operativo, que se llevaron detenida a la mujer hasta un calabozo de la vecina provincia.
"Ella fue víctima de toda esta situación", enfatizó este martes el profesional que aclaró que recién ahora Esther había recuperado su libertad luego de una audiencia de excarcelación en la que la Justicia le dio la razón a la defensa.
Maniobra
Según pudo saberse, la causa se inició por la denuncia de un vecino de Santiago del Estero al que le vaciaron su cuenta. El estafador usó una cuenta a nombre de la jubilada para triangular el movimiento del dinero y los detectives presumieron que ella estaba involucrada en la maniobra. "Ni siquiera se preocuparon por averiguar quién era Esther o cómo alguien había manipulado su identidad. Se llevaron a una cárcel a una mujer inocente, víctima, que prácticamente no ve. La alejaron de su familia, hasta otra provincia. Esto no puede quedar así. Vamos a accionar contra el delincuente (que sería cordobés) y contra la provincia de Santiago del Estero por daños y perjuicios", aseguró el doctor Cáneva.
La familia de Esther presume que los ladrones lograron usurpar su identidad un par de meses atrás, cuando la llamaron para ofrecerle una oportunidad de la plataforma Netflix. Era todo mentira y ella cayó en la trampa. Le abrieron una billetera virtual a su nombre. La mujer comenzó a notar movimientos raros en sus cuentas y en la de su marido. Hizo la denuncia policial, pero todo quedó en la nada hasta que terminó enredada en esta historia de terror, según contó su abogado. Fuente: El Litoral.