La Tienda nunca cerró sus puertas desde aquel lejano inicio en 1897. Ni siquiera estuvo cerrada durante las ampliaciones del segundo edificio (1912) y del actual edificio (1929). Tampoco las cerró cuando el consorcio multinacional de origen chileno Falabella, propiedad de la familia Solari, compró a los García el fondo de comercio.
El quiebre de esta continuidad fue el anuncio con el que la franquicia comunicó que abandonaba Rosario.
De 10 a 500
En sus inicios, la tienda contaba con unos 10 o 15 empleados, pero llegaron a ser alrededor de 500. Los hermanos eran cercanos con los empleados y estaban siempre atentos a todo. Manen cuenta que Ángel tenía por costumbre pararse al lado de la escalera central, saludaba a los clientes conocidos y observaba minuciosamente todo a tal punto que, cuando un cliente salía sin una bolsa, llamaba al vendedor para preguntarle la razón y así poder estudiar cualquier oportunidad de venta perdida.
"La Favorita", única gran tienda en Rosario
Ese primer establecimiento de "La Favorita" era un edificio de un solo piso sito en la ochava. En 1912, se realiza la primera modificación. Años más tarde, dado el crecimiento constante del negocio, se compra la ochava y los terrenos contiguos para construir un tercer edificio que tuviera unidad funcional y de estilo. Por lo tanto, el proyecto de este edificio fue realizado por los arquitectos Presas y Arman y construido por la firma Candia e Isella. En 1929, se inauguró el Palacio "La Favorita", que cuenta con cuatro niveles y azotea y se inspiró en los grandes almacenes europeos como las Galerías Lafayette y Printemps de París.
Las secciones fueron cambiando a lo largo de la historia de La Tienda. Unas aparecían, otras desaparecían y algunas se mudaban de piso.
En las últimas décadas, en la planta baja sobre el lado de la calle Córdoba, se extendía el sector telas, donde estaban emplazados los largos mostradores de madera pulida que exhibían los rollos de tela que se vendían por metro.
Camisería, bonetería, perfumería, mercería, bombonería, el empaque central y, en los últimos años, un supermercado. En el primer piso, se encontraban las secciones de juguetería, zapatería, damas, niños y bebés y carteras. También los talleres donde las modistas adaptaban los vestidos de las clientas, el ingreso a la guardería infantil para los niños de los clientes y empleados que tuvieran que dejarlos un rato. En el segundo piso, funcionaban las secciones de hombres, la sastrería, deportes, free way (sector de ropa juvenil, antes se llamaba bistrot para varones y twenty para mujeres), la librería, la venta de música (discos, casetes y, más adelante, los CD) y el bar "La Barra". En el segundo, también estuvo Benetton. En el tercer piso, cuentas corrientes, turismo, la administración, publicidad, cómputos y el directorio. En la azotea, estaban los talleres de mantenimiento y, en el subsuelo, bazar, fotografía y tapicería, entre otros.
"Durante muchos años posteriores al inicio de la Tienda, los empleados recibían parte de los ingresos de la Tienda como un premio, incluso a muchos de ellos se les entregaron acciones de la empresa a modo de reconocimiento. Con el tiempo, todas esas participaciones minoritarias se rescataron. La Tienda también hacía aportes a la Mutual de empleados de 'La Favorita' y avalaba las operaciones de la Mutual frente a terceros", relata Manen. "Las primeras décadas del siglo XX fueron años dorados para la Argentina", explica la bisnieta de Ramón García con la mirada puesta en una Rosario que crecía de manera exponencial.
"La Favorita" fue innovadora en muchos aspectos, no sólo en sus albores, sino también a lo largo de su desarrollo comercial. Por ejemplo, tuvo la primera escalera mecánica dentro de una tienda (la primera en la ciudad fue la de la Galería Córdoba). "La escalera mecánica era de origen alemán y se compró 1974. La trajeron desde Buenos Aires y comenzaron su instalación luego de que la Tienda cerrara el sábado al mediodía. El lunes, luego de varias peripecias, ya estaba instalada y funcionando", explica María del Carmen.
El jarrón de Talavera de la Reina es otro elemento icónico del lugar. Perteneció a un tríptico de tres obras del famoso ceramista español Juan Ruiz de Luna. En 1929, Ramón García lo ve expuesto como decoración en la Exposición Universal de Barcelona. Le gustó tanto que logró comprarlo y traerlo a Rosario para la inauguración del nuevo edificio. Al principio, se lo ubicó debajo de la escalera y luego se lo subió al rellano. Desde ese momento, el jarrón observa en silencio el paso de generaciones que van a comprar o pasear por el edificio.
Otro recuerdo entrañable es el de "los ascensores de madera y bronce con sus ascensoristas, que manejaban con gran habilidad las manivelas de madera y te preguntaban a qué piso querías ir", recuerda Manen. Estos detalles, entre muchos otros, configuraron la tienda más importante de la ciudad.
Tienda satélite, "La Favorita Hogar"
En una publicación del Facebook del "Palacio La Favorita" de Rosario, se cuenta que con la finalidad de ampliar su oferta de productos, a principios de los años 70, García Hnos. "La Favorita" S.A. adquirió un nuevo edificio en la esquina de Sarmiento y Rioja, donde se trasladaron las secciones de tapicería y alfombras, anexándole la propuesta de: Muebles, Revestimientos e Iluminación. Esto dejó libre un amplio sector del 2º piso del edificio principal en el que se crearon los nuevos departamentos de: juguetería, librería y camping. "La Favorita Decoraciones" se inauguró el 26 de agosto de 1974.
La publicación añade que el edificio, además de su belleza formal, tiene una historia interesante: Ramón y Ángel García lo habían comprado a principios del siglo XX, cuando el país era uno de los más prósperos del mundo, para donarlo al Hospital Asilo de Luarca, su pueblo natal en Asturias, España, del que eran grandes benefactores. Este hospital se sostenía en gran medida con la renta que les producía la propiedad, que alquilaban a terceros. Con el tiempo y la devaluación de la moneda argentina, resultó que al Hospital Asilo ya no le convenía mantener una propiedad a 10 mil kilómetros de distancia, que apenas les daba renta cuando convertían el alquiler en pesetas y decidieron venderla. En los 70, la propiedad fue puesta nuevamente a la venta por sus dueños y los García de "La Favorita" volvieron a comprarla para instalar en ella "La Favorita Decoraciones".
Nuevos dueños, mismo espíritu
El grupo empresario interesado en reabrir el local de "La Favorita" llegó a un acuerdo con la familia propietaria del emblemático inmueble de Sarmiento y Córdoba y el objetivo es reabrir el complejo a mediados del año que viene con una nueva oferta.
Guillermo Nudenberg, del grupo Rusitano, le explicó a El Ciudadano que mantener el nombre "La Favorita" tiene que ver con "rescatar lo tradicional de la esquina, era casi natural poner en valor la esquina y mantener el nombre como históricamente fue".
Serán cinco niveles: el subsuelo, la planta baja y otros tres con diferentes actividades y servicios, entre los que se distinguen la gastronomía gourmet, estética, belleza y salud. "Este tipo de proyectos va mutando a medida que avanzan, así que se irá viendo qué negocios estarán dentro del complejo comercial", explicó Nudenberg.
Un óvalo en el suelo: del museo a la calle. Y las letras que vuelven…
Cuando Falabella desembarcó en el edificio hicieron sacar el óvalo con el logo de "La Favorita" en bronce que estaba en el suelo del vestíbulo que daba ingreso a la puerta principal por la ochava. Lo cambiaron por otro con la marca del grupo chileno. La familia García decidió donar el óvalo, entre otros, al Museo de la Ciudad de Rosario Wladimir Mikielievich.
Nudenberg afirmó que volverá su lugar de origen. Nicolás Charles, director Museo de la Ciudad, se lo confirmó a este diario. "Tenemos un montón de cosas de 'La Favorita' de sus distintas épocas, y las exhibimos en la muestra Ciudad Candia. Trabajamos en mostrar lo que teníamos de la tienda. La idea es que el óvalo vuelva a su lugar y siga siendo no sólo patrimonio del museo, sino de todos los rosarinas y rosarinos".
Charles explicó que desde el museo se trabaja con la idea de resignificación y restitución histórica. "Trabajamos con el concepto de museo abierto, la idea es considerar el patrimonio como dinámico, con movimientos y resignificaciones como es el caso de las esculturas que volvieron al barrio Saladillo. Y así, el óvalo de 'La Favorita' tendrá un nuevo sentido, un nuevo valor al regresar a su lugar", concluyó.
En el friso de granito "entre el primer piso y las vidrieras, tanto por Córdoba como por Sarmiento", recuerda Manen, se encontraba una inscripción en letras de bronce que decía: "Gran Tienda 'La Favorita' García Hnos. y Cía.". Aquellas letras fueron entregadas a un miembro de la familia para su guarda y ahora la familia García se las ofreció al nuevo grupo inversor para que fueran reutilizadas.