El gobierno de Maximiliano Pullaro confirmó que descontará el día de paro a las maestras y maestros del sector público que adhieran a la medida de fuerza lanzada para este miércoles 2 de octubre para acompañar la marcha federal de las universidades. Un gesto que confirma que el gobernador de Santa Fe eligió a los sindicatos como un enemigo ideal.
El ministro de Educación, José Goity, advirtió que, si bien el gobierno de acompaña los reclamos para que se amplíe el financiamiento de la educación universitaria en todo el país, la primera obligación que debe atender la docencia provincial es el dictado de clases. “La prioridad son las clases. Así que primero vamos a dar clases y luego vamos a acompañar los reclamos que creemos que son justos”, advirtió el funcionario, convertido en vocero de una postura que profundiza la distancia entre la administración y los gremios.
Respaldo a la marcha, pero con docentes en las aulas
Letra P consultó a un integrante de la mesa chica de Pullaro sobre la postura que tendrá el gobierno con aquellos docentes que el miércoles no dicten clase. La decisión ya está tomada: se descontará, como viene sucediendo con medidas de fuerza anteriores, el día de paro.
“El horario de la marcha permite que den clases”, marcó una fuente del riñón pullarista. En Rosario la concentración está prevista para las 17.

En el gobierno de Pullaro se preocupaban este lunes por diferenciar entre el respaldo a la convocatoria del miércoles y el rechazo total al paro. “Defendemos a la Universidad pública, de la que todos somos hijos, pero esto no debe ser con los chicos fuera del aula”, marcaron cerca del gobernador.

Recordaban, incluso, que el propio mandatario reclamó desde el comienzo de su gestión por un mayor financiamiento de la Nación e incluso mostró su aval a la multitudinaria concentración ocurrida, por el mismo motivo, en abril pasado. “La educación pública, las universidades públicas, son un valor en la esencia e identidad nacional. Espero que el Gobierno pueda reflexionar”, marcó el radical después de aquella demostración de fuerza que obligó a la administración libertaria a conceder algunas de las demandas.
La gestión Maximiliano Pullaro y los docentes, en tensión
El respaldo a la marcha federal universitaria, que comparten el gobierno santafesino y los gremios docentes, no logró sin embargo que se modere la tensión de una relación que desde hace meses parece quebrada.

El último pico de esa tensión que mantienen se advirtió durante el tratamiento de la reforma jubilatoria. El oficialismo apuró la ley con el argumento de que bajaría el déficit de la caja provincial. Los gremios docentes protestaron frente a la Legislatura –donde hubo incidentes el día de su aprobación– y evalúan judicializar la reforma.
Asistencia perfecta, la cuña en la relación entre Maximiliano Pullaro y los docentes
La distancia entre el gobierno de Pullaro y los docentes quedó expuesta desde el comienzo de la gestión y con el primer llamado a paritarias. No sólo hubo rechazo a las ofertas salariales. La administración provincial agitó el tema del ausentismo y el costo que eso provocaba en las arcas del Estado, lo que profundizó las diferencias.

Para moderar los índices de ausentismo la gestión del radical dispuso el programa “Asistencia perfecta”, un premio para aquellos trabajadores de la docencia que no registren faltas. Para los gremios fue una provocación que ligaron con las políticas de los 90’ y el presentismo, que ligan como un castigo para aquellos que tomen una licencia.
Para cerrar el proyecto de “Asistencia perfecta” el gobierno implementó un mecanismo para verificar quiénes se pliegan a un paro. Desde mayo pasado, cuando los docentes dispusieron un paro, los que no adhieren deben completar una declaración jurada, una instancia necesaria para cobrar el premio por asistencia.

Lo que para los gremios atenta contra los derechos laborales, para la administración ha sido una forma exitosa de limitar los alcances de una medida de fuerza. Fuente: Letra P.