Cultura

La memoria de Bustos, iluminada en las canciones


Los Cuatro de Córdoba trajeron a la plaza la "Cantata al Brigadier General Juan Bautista Bustos, y le pusieron voz a la figura del héroe nacido en Punilla. Marite Berbel, emblema patagónico, y Los Carabajal, leyenda santiagueña, recibieron sus merecidos Camín de Oro. El chaqueño Palavecino desplegó su energía cantora hasta lo profundo de la madrugada.





Dos siglos después, la memoria del gran hijo de Punilla volvió a iluminarse al amparo de sus cerros originales. Y fue un manto de canciones el que le dio voz y cobijo para asomarse entre las bambalinas del olvido y tender su nombre entonado frente a una multitud, en la Plaza mayor del Folklore.
La figura de Juan Bautista Bustos, el guerrero, el caudillo federal, el impulsor de la primera Constitución provincial y el primer gobernador de Córdoba bajo su vigencia, llegó a Cosquín de la mano de Los Cuatro de Córdoba. 
El prócer provincial y nacional fue el gran protagonista de la apertura de la tercera luna festivalera, que tuvo otros momentos de fuerte impacto, como cuando la Comisión de Folklore les entregó el Camín de oro a la trayectoria a Los Carabajal, leyenda de la chacarera, y a Marité Berbel, emblema de la música patagónica. 
Fue una noche tan especial que El Chaqueño Palavecino pareció no querer darle fin: desplegó su abundante energía cantora durante más de dos horas, hasta pasar las cuatro y media de la mañana.





Bustos en la Plaza





Al cabo de una larga estadía en el silencio al que lo arrojó la historiografía y su influencia sobre la memoria colectiva, acaso por haber sido un guerrero y un protagonista de su tiempo que se negó a pelear al servicio de los intereses de Buenos Aires y que intentó organizar al país alrededor de una voluntad federal, la figura de el brigadier general Juan Bautista Bustos, desde hace unos años ha venido irguiendo su porte y su brillo otra vez ante los ojos de los cordobeses.
Y anoche fue la música folklórica la que cantó su lucha, su gloria y su derrota. Los Cuatro de Córdoba repusieron en el escenario mayor la "Cantata al Brigadier General Juan Bautista Bustos", que estrenaran en septiembre pasado en el Teatro del Libertador San Martín, en la ciudad de Córdoba, en una producción que llevaron a cabo la Agencia Córdoba Cultura y el Gobierno de la Provincia.
Con composiciones en letra y música de Víctor Hugo Godoy (líder del conjunto) con el aporte de algunos colaboradores, que transitaron por distintos ritmos criollos, la narración de la vida y obra de Bustos fue apuntalada por los relatos del historiador Esteban "Tito" Dómina. Mientras tanto, la música, que fuera arreglada por Julián "Pelusa" Navarro, contó con el valioso aporte de un ensamble de cuerdas de la Orquesta Sinfónica de la Provincia, dirigido por Gustavo Yapura. Se sumó, con cuadros muy atinados, el Ballet Ayre de Charata (Chaco).
El espectáculo conceptual, de casi una hora, representó toda una experiencia distinta en el escenario. Y fue calurosamente recibido por la gente, que aplaudió cada tramo y saludó de pie el esfuerzo y el resultado creativo y el rescate de la figura de Bustos, hombre nacido en 1779 en la Estancia Santa María, a pasos de Cosquín.
Después llegaría Por Siempre Tucu, el dúo de Roberto Pérez y Coco Martos que sostiene la llama que aquellos Tucu Tucu que tanto movilizaba a la Plaza. Y repasando un manojo de canciones queridas, el dúo sigue sosteniendo su contacto con la gente. Esta vez, además, trajeron una sorpresa: Germán "Cóndor" Sbarbati, la voz de La Bersuit, que acaba de sacar su propio disco cantando folklore, se sumó en el celebrado final con "Luna Tucumana" y "Candombe para el Negro José".
La postal de provincia que siguió fue todo un suceso que culminó con una inmensa aclamación "Somos mujeres, Cosquín, míranos", se proclamó en el escenario. Era Salta hecha mujer: media docena de cantoras fue protagonista absoluta de un repertorio compuesto sobre todo de zambas. Mientras tanto, más de un centenar de bailarines le daría un colorido y una acción relumbrante a la propuesta, que alcanzó momentos sobresalientes, como cuando una legión de bailarinas se calzó las botas de un retumbante malambo.









El Camín de oro hace justicia





Luego otra mujer, llegada desde casi la otra punta del país, en uno esos encuentros de la provincianía que sólo logra Cosquín, vendría a confirmar su historia de medio siglo con el canto. Esa fecundidad de trayectoria se coronó con la entrega del Camín de Oro de parte del intendente y presidente de la Comisión, Gabriel Musso.
Marité Berbel hija del gran creador de la música patagónica, Marcelo Berbel, neuquina que reivindica su sangre mapuche y sostiene la memoria del sufrimiento de su pueblo, se presentó junto a sus dos hijos, Traful y Ayelen. Extendió entonces un ramo de canciones de su tierra hasta finalizar con la conmovedora "Amutuy Soledad" (Hermanos Berbel).
Fue el turno pues, en la orilla del escenario, de la Consagración 2020 del Festival: Adrián Maggi. El bonaerense de San Andrés de Giles, a solas con su guitarra y su estilo decidor y sentencioso, abrió con una creación dedicada a los 44 marineros trágicamente sucumbidos en el submarino Ara San Juan, y cerró con su siempre aplaudido poema para los veteranos de la guerra de Malvinas, llamado "2 de abril". Esta vez, convocó a su lado a Mario Juárez, uno de los dos hermanos ex combatientes del conductor Claudio Juárez, que lo acompañó con una Bandera argentina desplegada.
Los Nombradores del Alba (Nacho Prado, Daniel Campos y Facundo Toro) trajeron canciones nuevas, así como parte del repertorio que identifica las respectivas estirpes familiares (por ejemplo, de Daniel Toro interpretaron "Zamba para Olvidarte" y "La muerte del carnaval"). El momento particular fue cuando celebraron emocionados la recuperación de Daniel Campos, quien apareció recién recuperado de una delicada intervención quirúrgica.
Entonces, si de estirpe se trata, Los Carabajal (Musha, Kali, Walter y Blas Sansierra) soltaron un huracán de chacareras sólo como ellos saben hacerlas, con ese modo y sabor alimentado por toda una familia de grandes creadores e intérpretes, pero que en este conjunto concentra mucho de lo mejor y más intenso de esa savia.
El grupo ya suma 54 años de escenarios, jalonados por numerosos cambios de los que fueron parte otros destacados miembros de la familia, desde Agustín, y Carlos hasta Peteco, Cuty y Roberto. 
Es en esa increíble vigencia, vigor y sentimiento con que se plantan en el escenario y ofrecen el legado de sus generosos corazones santiagueños, que quizá muchos estábamos pensando, cuando de pronto, y sin que ninguno de ellos estuviere avisado, apareció el Camín de Oro a la trayectoria en la mano del intendente Musso. Se produjo entonces uno de esos instantes señalados en la vida de los artistas populares.
Y también del público, que los ovacionó de pie y pidió más, hasta que le dieron con el gusto: "Dejame que me vaya" (Cuti Carabajal) y "Puente Carretero" (Peteco) encendió la mecha de una explosión de palmas que celebró con calor popular tanta fecundidad cantora y tanta identidad santiagueña.
Luego, El Chaqueño Palavecino se quedó con las llaves de la tercera luna de Cosquín, como él mismo dijo. "Es la ventaja de actuar al final", expuso, en una noche en que mantendría un constante diálogo con la gente. El reencuentro marcaba su ánimo: pandemia de por medio, el vigente cantor de multitudes pasó momentos de zozobra a causa del Covid.
Hubo invitados a cantar, gente del público que subió a saludar y otras imágenes que matizaron el extenso frenesí cantor de El Chaqueño, que soltó chacareras, zambas, huaynos, gatos y hasta una marinera peruana y una cueca chilena. La cosa se extendió durante más de dos horas, hasta pasadas las cuatro y media de la mañana. 
La noche y la fiesta habían alcanzado lo profundo de la madrugada. Dos años después, la vitalidad de Cosquín está intacta. Alejandro Mareco.


Cosquín 2022 cultura Música

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