Ningún presidente se animó a tanto en tan poco tiempo. La salud, los regímenes de promoción industrial, el compre nacional y hasta las empresas públicas entraron en modo motosierra. Los asistentes a la grabación de la cadena nacional de este miércoles no tenían en claro cuál sería la modalidad del anuncio hasta último momento pero en la medida que el presidente Javier Milei enunciaba cada uno de los puntos crecía la magnitud del impacto. El objetivo es claro: cambiar de raíz la economía argentina. Aunque la pregunta queda latente: ¿podrá?
El discurso que comenzó como una especie de revival de la asunción viró luego a la destrucción de paradigmas más que establecidos en los negocios más disímiles. Detrás de escena, hubo varias vertientes trabajando en lo que internamente denominan la línea libertaria, la anticasta y la desreguladora. El Presidente junto a sus ministros y Federico Sturzenegger con sus 100 técnicos y Eduardo Rodríguez Chirillo, hoy secretario de Energía pero también arquitecto de las medidas, participaron de cada uno de los detalles del primer capítulo de un plan que tiene tres fases. El decreto de necesidad y urgencia es por donde avanzan en lo que ellos entienden la ley les permite.
En menos de diez días fusionaron las distintas líneas de trabajo con una cohesión de intereses pocas veces vista. Uno de los cambios más paradigmáticos es el artículo 958 del Código Civil y Comercial que dice que pasa a ser de aplicación supletoria. Esto, según la interpretación de los libertarios, es un shock de liberalismo. “Quiere decir que cuando tenías el código original de Vélez Sarsfield el contrato que valía era el de los privados. Pero con la reforma de 2015 empezaron a decir cómo tenías que hacer los contratos y a estipular condiciones innecesarias. Ahora vuelve a ser prioritario lo que fijan las partes”, explicó a medios nacionales una alta fuente clave en las reformas presentadas.
Otra de las cuestiones más profundas en la reforma es que desaparecen las sociedades del estado como figuras societarias y se las convierte en sociedades anónimas. Al cambiar de régimen les corre las generales de la ley y eso implica que una sociedad anónima puede quebrar y está supervisada por la Comisión de Valores. En el caso de Correo Argentino, Tandanor u otras más, si no logran ser viables, les competen las generales del mundo empresario. A su vez le hicieron cambios a la ley 23.969 del programa de propiedad participada (PPP) y permitirán que se pueda transferir a los empleados hasta el 100 por ciento de las acciones. Esta había sido una propuesta de campaña de Milei para Aerolíneas Argentinas. Ahora tiene disponible el marco legal.
Por su parte, el DNU autoriza a la ley de contratos de trabajo para que el sector privado arme un régimen indemnizatorio como el de la UOCRA. “Hoy la indemnización es un gran riesgo jurídico y daremos la chance a las empresas para que se pongan de acuerdo en generar sus propios regímenes. Libertad a empresas y sindicatos”, graficó Sturzenegger. Además los regímenes de prueba para nuevos empleados pasarán de tres a ocho meses y se suma un dato adicional: los recibos de sueldo incluirán desde ahora las contribuciones que paga el empleador para que toda la información esté disponible.
Además, el gobierno libertario se mete con una de las grandes cajas sindicales. Cuando los sindicatos hacen un convenio los afiliados y los que no lo son tienen un aporte solidario. “Ahora le devolvemos el derecho de propiedad al no afiliado para que pueda hacer ese aporte con consentimiento explícito o no. Es decir, deberá decir que quiere hacerlo y ya no será automático”, agregó otra fuente que estuvo en la foto de los anuncios. Además, se incorporan cambios en la registración laboral ya que había muchas indemnizaciones que se multiplicaban dos o tres veces por problemas en el sistema. Ahora se simplificará.
Multas severas a bloqueos
Se agravan también las sanciones para los que bloquean empresas y en esa línea se declara servicio esencial a la salud y a la educación. “Tenés que mantener un servicio de prestación básica y no dejar presos a los padres de familia y enfermos. Esto es para la gente”, graficó otra fuente libertaria. Para los trabajadores independientes nace también un nuevo régimen donde podrán contratar hasta cinco personas de manera más sencilla.
En materia de comercio exterior cambia absolutamente todo. La idea es evitar los problemas en papel y digitalizar lo máximo posible. Se eliminará el registro de importadores y exportadores con un cambio profundo en las compras y ventas al exterior. “Todavía no nos queda claro cómo lo van a implementar. Esto es inviable”, se quejó un importador que asegura tener una abultada deuda con sus proveedores que proviene de la gestión de Sergio Massa.
A su vez, la ley de fuego que bloqueaba el uso de una propiedad incendiada por unos 20 años se deroga y se interviene sobre mercados específicos para que exista mayor competencia. Por ejemplo en el caso de la yerba mate, donde se termina la posibilidad de restringir y se convierte al instituto de ese negocio en uno similar al de la industria vitivinícola. En la letra chica aparecen también especificaciones contra la obligación por ejemplo para el negocio del vino de usar un solo tipo de malla antigranizo. “Se ve que un lobby fue muy efectivo y consiguió el monopolio. Eso terminó”, se entusiasmó Sturzenegger, quien limitará su aporte a la participación que tuvo este miércoles y a cualquier consulta que le haga el Presidente a futuro pero sin ningún cargo en el gabinete. El capítulo tributario en el que trabajaron Luis Caputo y su equipo quedó para otra instancia, ya que exige de la participación del Poder Legislativo.
En salud se produce el cambio más grande de todo el paquete. “Metimos a las prepagas dentro del sistema de obras sociales. Le vamos a dar a la gente libertad absoluta de los prestadores y le vamos a sacar el peaje a los gremios. Pondremos fin al costo de intermediación”, se entusiasmaron en el Gobierno. A su vez cambia la fórmula de las recetas y llega la receta electrónica recargada junto a los genéricos. En este caso recuerdan cuando Ginés González García avanzó con la ley de genéricos pero, según los libertarios, le torcieron el brazo para que además se ponga la marca. Ahora la idea es que se pueda recetar la droga y no la marca. “Esto es anticasta sindical y anticasta empresaria”, agregaron cerca del Presidente. Los medicamentos, dicen, deberían bajar su costo hasta un 90 por ciento si esto se lleva adelante.
En otros sectores como el del turismo se elimina la ley de operadores y se abre el mercado, se concreta también la derogación de la ley de alquileres y se lanza un embate contra los registros automotores. Allí apuestan a ir al registro nacional y no al seccional, con el objetivo de digitalizar el proceso y a su vez eliminar costos intermedios.
Para los vuelos al exterior es un barajar y dar de nuevo al igual que para las compañías que quieran aterrizar en el país. “Si mañana Gol quiere más frecuencias y destinos, lo tendrá; y así ocurrirá con todas las compañías. Lo importante es que los 46 millones de argentinos puedan viajar adonde quieran y no adonde unos pocos los dejen”, graficó el especialista aerocomercial sobre las medidas presentadas.
Esto es solo el principio del plan. En los próximos días habrá un proyecto de ley que se llevará al Congreso y otros puntos vinculados con lo laboral. Al haber sido a las 21, los anuncios presidenciales sorprendieron a la mayoría de los sindicatos, empresarios y ciudadanos en contextos muy disímiles pero los grupos de WhatsApp se activaron a una velocidad inusitada. Los líderes de laboratorios discurrían sobre cuál es la mejor estrategia conjunta para lo que viene, los del sector turístico analizaban la posibilidad de recurrir a la Justicia y las prepagas no salían de su asombro. Por último, fue clave el CEO de una de las tres principales multinacionales que operan en el país: “En casa matriz solían preguntarme si Milei era un gradualista encubierto. Hoy ya no les quedaron dudas. Ahora habrá que ver cómo sigue la gobernabilidad”. Ni más ni menos. Fuente: La Nación