Opinión

La historia y el arte por Norma

Norma Cristina es hija de Juan Fenoglio, histórico gerente del Banco de Italia y Río de la Plata, y de su esposa Luisa. Una vez cumplido el ciclo secundario como Maestra Normal, continuó dos años en Ciencias de la Educación; la inclinación por el arte comenzó a fines de los '60 con su participación en el Taller Municipal de Pintura y retomó el camino al comenzar el Liceo Municipal. Allí, nuevamente con Ernesto Fertonani continuó sus clases de pintura, que complementó con los talleres de dibujo a cargo de "Fito" Previderé y de grabado con Miriam Robbiano. En esa época, año 1971, inició sus actividades "Arte", comercio dedicado exclusivamente a la venta de materiales para artistas y galería de arte, donde exponían conjuntamente artistas visuales y escritores. Dos años después, cerró ese espacio y fue a radicarse a Buenos Aires, donde continuó su formación en distintas disciplinas vinculadas con su vocación ya definida. Los años '70 no eran precisamente pacíficos para ciertos sectores de la Capital, por lo que Norma prefirió la paz creativa de su ciudad natal. Hoy está casada con Hugo Collosa, de cuya unión nacieron Lucas y Ana.
El Liceo
Una vez regresada, Norma se incorporó al Liceo Municipal, donde cumplió diversas etapas, como el Taller de Arte Infantil, Secretaría Técnica y la Dirección, a la que llegó por concurso en 1982. En 1985 accedió por un nuevo concurso a la Dirección de un Área que comprendía la coordinación del Liceo, los dos coros, el Centro Cultural y la Escuela de Música, en esa época en formación. Ese mundo de formas y sonidos cobró en sus manos una actividad diversa y creciente. En el local de calle San Martín y en el Centro Cultural de calle Pueyrredón, restaurado y con vida propia, todo era ir y venir de jóvenes inquietos, que encontraban en la expresión artística un modo de vida.
En 1992 un hecho excepcional hizo cambiar planes y proyectos: la cesión temporaria de la colección de arte precolombino de Arminio Weiss. Aceptó ser transferida a un área que debía refuncionalizarse: la esquina de la ex Casa Ripamonti. El paso siguiente fue reinstalar allí el Museo Histórico.
La restauración edilicia y la nueva ubicación del patrimonio histórico encontraron a Norma Fenoglio ubicada en una burbuja de plástico realizando la conservación y puesta en valor del patrimonio histórico, que permanecía en depósito debidamente custodiado, mientras a su alrededor albañiles, carpinteros y pintores hacían su trabajo.
La importancia de las salas destinadas a patrimonio histórico local y la colección Weiss obligaron a estructurar todo un sistema educativo, sin desmedro de muestras permanentes y temporarias que hicieron del Museo un centro de información histórica y didáctica. Para esta misión fue designada Norma, que puso en práctica un estilo didáctico "vivo" para la comunicación. La realización de videos, representaciones temáticas y charlas abiertas, significaron un resurgir de la historia lugareña. En esta labor, Norma destaca la participación decisiva de Marta Giura desde la Subsecretaría de Cultura, cuya gestión -dice- significó presupuestariamente una época de oro para nosotros.
Bellas Artes
Otro capítulo que se sumó al área museográfica fue la transformación del Viejo Mercado en el Museo Municipal de Bellas Artes "Dr. Urbano Poggi" durante la gestión de Ricardo Peirone como intendente. Este periodo, además de intensa y extensamente debatido, prometió una nueva era en materia de difusión de las artes plásticas, que había quedado también oculto y embalado sin acceso al público. Una vez habilitada la parte edilicia, se debió encarar la ubicación de las obras de arte.
Con respecto a su modo de presentar las muestras, dice: "Mi objetivo ha sido que las personas que entren al museo, cualquiera sea su edad, por curiosidad o por interés, entiendan lo que están viendo y no como simples espectadores".
En su momento, se activó un museo con los elementos de la antigua Usina Eléctrica Municipal, con visitas guiadas para revivir un tiempo de grandes transformaciones en la energía de la ciudad.
Ahrus
Juan Carlos Deambroggio recibió de Norma una adhesión permanente para la concreción de la Galería Ahrus. Antes de ingresar al Liceo Municipal y luego de jubilarse, Norma y Juan Carlos unieron conocimientos y amistades, para la concreción de exposiciones. En el período en que Norma se desempeñó como Directora de Museos, recibió la constante colaboración de Juan Carlos a través del préstamo de obras de su colección e importantes aportes económicos para la realización de los proyectos. En esa época gestionó la formación de la Asociación Amigos del Museo, para contribuir económicamente en la programación que, en ese momento, era afrontada por tres pilares fundamentales en la concreción de las importantes exposiciones de nivel nacional que se realizaron: Juan Carlos Deambroggio, Daniel Limansky y Daniel Tosone. Ese es el verdadero origen de la Asociación, destaca. Actualmente, luego del fallecimeinto de Juan Carlos en 2021, por Covid-19, Norma gestionó la Colección de Arte Deambroggio. En esta línea, por ejemplo, aprovechó su amistad con el crítico de arte y conferencista Rafael Squirru, que visitó en tres oportunidades nuestra ciudad y le dio un serio impulso al conocimiento y aprecio de las artes plásticas, entre otros.
Es bueno conocer y valorar ciertas gestiones que dieron a la ciudad una impronta que se reconoce a nivel nacional. Una de ellas es la que exponemos aquí. La entrevistada quiso que conversemos en el Museo Histórico, un ámbito que centró sus esfuerzos en buena parte de su vida. Suponemos que por cuestiones presupuestarias o de gestión, hoy este lugar ha perdido brillo y repercusión; su edificio está deteriorado y una parte de su patrimonio se encuentra apiñado. El valor de la historia, la memoria activa de los pueblos, es un capital que, en buena medida, es intangible, pero que necesita de un moderado aporte económico más un importante caudal de conocimiento y organización.

Autor: 286731|
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