En el año 1943 nuestro país se debatía en una tremenda crisis, y mientras la distorsión alcanzaba a todos los sectores sociales, los grupos políticos no lograban coincidencias básicas que posibilitaran el encuentro entre los argentinos.
En ese ambiente de discordia no estuvo ausente el sindicalismo, por ese entonces una actividad semiclandestina cuya representación disputaban grupos comunistas, anarquistas y socialistas divididos en dos centrales, la "CGT 1" y la "CGT 2", estructuras primigenias de lo que con el tiempo sería la Confederación General del Trabajo, tal como la conocemos hoy en día.
Los obreros del vestido, en su mayoría trabajadores a domicilio ya que no existía por ese entonces una industria textil consolidada, se agruparon en la que se denominó F.O.V. (Federación Obrera del Vestido), de conducción comunista y con simpatizantes socialistas. Pero la insatisfacción por parte de un sector de los trabajadores, generada por lo que entendían ellos era una falta de solución a sus reclamos, provocó una ruptura hacia el interior de la F.O.V. y un grupo de dirigentes y trabajadores encabezados por el compañero Ramón Méndez decidió formar un nuevo sindicato cuya sigla fue S.O.S (Sindicato de Obreros Sastres). La primera sede del S.O.S estuvo situada en la calle Maipú 273 de la Capital Federal.
Las tensiones sociales no cesaban, más bien se agudizaban en un contexto en el que el país era gobernado por una puesta en escena democrática, pero con métodos de elección de representantes visiblemente fraudulentos. Transitábamos el período que posteriormente los historiadores llamarían "la década infame". Ese proceso culminó con el alzamiento militar del 4 de julio de 1943 y el Gobierno de facto del General Edelmiro J. Farrell, que permitiría al Coronel Juan Domingo Perón llegar al Departamento de Trabajo y Previsión.
El trabajo realizado por Perón en ese Departamento, luego convertido en Secretaría, le valdría la simpatía de gran parte del movimiento obrero, dinámica que desembocaría en el histórico 17 de octubre de 1945 y posteriormente, Elecciones libres mediante, en la primera presidencia de Perón en 1946.
Perón, junto con el apoyo incondicional de su compañera Evita, se dedicó a buscar la reconciliación nacional y se apoyó principalmente para dicha tarea en las clases populares. Así le otorgó al Sindicalismo una potencia nunca antes vista en el país y lo convirtió en un factor de poder con alcance nacional.
Los dirigentes del vestido tuvieron una gran participación en ese quehacer: el trabajo evolucionó, empezó a crecer la industria y el sindicato creció y cambió su denominación por S.O.S.C.A. (Sindicato de Obreros, Sastres, Costureras y Afines).
La labor de los dirigentes, la confianza de los trabajadores en su organización y el apoyo económico que aportaron los obreros al sindicato hizo posible que, en 1949, el ya denominado S.O.I.V.A. (Sindicato de Obreros, Sastres, Costureras y Afines) se mudara a su sede propia, bautizada "La Casa de los Trabajadores del Vestido", situada en calle Tucumán 737 de la Capital Federal.
Un símbolo para los trabajadores
En 1947 es elegido secretario General del gremio José Alonso, de origen socialista. Se incorporó a la actividad a muy temprana edad, siguiendo el mandato de su padre, que era sastre. Desde muy joven se interesó por la actividad gremial y acompañó al Coronel Perón desde que éste ocupó la Secretaría de Trabajo y Previsión en 1943, manteniéndose fielmente a su lado y llegando a ser Diputado Nacional por el Peronismo. Bajo su mandato, el Sindicato de Obreros del Vestido se transformó en una entidad organizada y representativa. "Nuestra lucha que comienza con la primera queja, con el primer lamento del primer explotado del mundo, no ha de finalizar mientras haya sufrimiento en los trabajadores", expresaba a menudo.
Su activa tarea dentro del movimiento obrero le posibilitó ocupar distintos estamentos en la CGT antes de ser elegido como Secretario General de la misma, llevando al S.O.I.V.A. al más alto nivel dentro del movimiento sindical. En 1955, tras el golpe de la Contrarrevolución Fusiladora, conoció la cárcel.
Después de un año de estar entre rejas, se exilió y actuó como la mano derecha de Perón en Venezuela. Fue también uno de los artífices de la unidad de la CGT y de la creación de las "62 Organizaciones Gremiales Peronistas". En 1960, al frente de la Lista Azul "Nuevo Rumbo" ganó las elecciones de autoridades y recuperó el gremio hasta entonces intervenido por el Gobierno. Fue el artífice de un sin fin de mejoras para los trabajadores del vestido y del engrandecimiento de la organización sindical.
Alonso fue asesinado en 1970. El movimiento obrero entregaba una nueva víctima a un país que se desangraba en sus luchas intestinas. Alonso dejó para la posteridad un ejemplo de vida y se transformó en el símbolo de los trabajadores del vestido.