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La historia de la escarapela de Argentina


La Escarapela de la Argentina es uno de los distintivos nacionales de la Argentina que fue instituida por un decreto del Primer Triunvirato Argentino el 18 de febrero de 1812.
El origen de los colores de la escarapela y las razones por las que fueron elegidos para simbolizar a la patria no pueden establecerse con precisión. Una vez oficializada la escarapela, también la bandera de la Argentina utilizó sus colores celeste y blanco.
Según un estudio realizado por el psicólogo Alberto Perazzo, fundador de la Asociación Argentina de Vexilología, los colores azul-celeste y blanco derivarían del escudo de la Ciudad de Buenos Aires creado por el gobernador Jacinto de Lariz en 1649. Este escudo figuraba en la fachada del Consulado de Buenos Aires (creado en 1794), en el que Manuel Belgrano trabajaba. El escudo es de forma ovalada y está dividido su campo en dos semióvalos, el superior de color celeste representando el cielo y el inferior esmaltado en plata, simbolizando el Río de la Plata, al plasmarse en tela, el plateado se volvió blanco.
El color celeste del cielo es el color del manto de la Inmaculada Concepción, así como también era combinado con el blanco, el color de la casa de Borbón, específicamente de la Orden de Carlos III.
Una versión afirma que los colores blanco y celeste fueron adoptados por primera vez durante las Invasiones Inglesas (1806 y 1807) por los patricios, el principal cuerpo de milicia urbana del Virreinato del Río de la Plata y que luego empezaron a popularizarse entre los porteños. Se afirma también que otros cuerpos milicianos criollos, como los Húsares de Pueyrredón, habrían utilizado escarapelas con los colores azul-celeste y blanco, pero no existen constancias documentales al respecto. La bandera del Cuerpo de Patricios correspondía a la prescripta para cuerpos de milicias: blanca con la Cruz de Borgoña y el escudo celeste y blanco de Buenos Aires en los extremos de las aspas. El uniforme era de casaca azul y pantalón blanco, y se afirma que su sombrero llevaba un botón rojo con un penacho de pluma celeste y blanca. Esta versión se desacredita por no aparecer en las Memorias de Saavedra, jefe del cuerpo, quien destacó ampliamente la participación de los patricios en la revolución. Resulta también desacreditada por el hecho de que los adversarios de Saavedra adoptaron esos colores para distinguirse, por lo que otros autores creen que el penacho era blanco.
Se afirma también que la escarapela argentina fue utilizada por primera vez por un grupo de damas de Buenos Aires al presentarse a una entrevista con el entonces coronel Cornelio Saavedra, jefe del Cuerpo de Patricios, el 19 de mayo de 1810.
La tradición considera que la escarapela argentina surgió, por lo menos, entre los días 22 y 25 de mayo de 1810. En esas fechas de la Revolución de Mayo, los patriotas llamados "chisperos" (apodo despectivo puesto por los realistas que querían seguir subordinados a España), cuyos jefes más notorios eran Domingo French y Antonio Luis Beruti, repartían cintas (cintillos) entre los adherentes a la revolución. No se sabe exactamente qué colores tenían tales cintas, hay quienes suponen que eran rojas; blancas con la figura del rey depuesto; o celestes y blancas; otros dicen que eran rojo, blanco y azul claro, al parecer porque se inspiraban en los colores de la Revolución francesa. La versión más sostenida señala que French y Beruti repartieron el 22 de mayo en la plaza de la Victoria cintas blancas con una estampa de Fernando VII, y el 25 de mayo le añadieron una cinta roja.
Un manuscrito anónimo que cita el historiador Marfany expresa que el lunes 21 de mayo de 1810, los patriotas se identificaban con cintillos blancos en sus casacas y sombreros. En sus Memorias Curiosas Juan Manuel Beruti comenta el uso de un cintillo blanco en la casaca y en el sombrero una escarapela encarnada acompañada con un ramo de olivo a modo de penacho.
Una misiva atribuida a Ramón Manuel de Pazos dice que el 21 de mayo de 1810 Domingo French y Antonio Luis Beruti repartían tales cintas blancas como signo de paz y unión entre los patriotas y los partidarios de España pero que ante la hostilidad de los segundos, el 25 de mayo comenzaron a repartirse cintas rojas como signo "jacobino", ambos colores fueron entonces los adoptados por el cabildo de Tarija al sumarse a la Revolución de Mayo. Bartolomé Mitre atribuyó a French la idea de repartir cintas blancas y celestes.





La escarapela de Moldes





El subdelegado de la Real Hacienda y comandante de armas de la ciudad de Mendoza, el realista Faustino Ansay, refirió en sus Memorias escritas en 1822 que cuando Manuel Corvalán llegó a Mendoza el 6 de junio de 1810 con la comunicación de la instalación de la Primera Junta, llevaba una escarapela azul y blanca. Refirió también Ansay que los partidarios locales de la Junta usaron cintas blancas en sus vestimentas.
La primera escarapela celeste y blanca fue elaborada hacia fines de 1810 por José Moldes, un partidario de la ruptura total con España, quien en agosto de 1810 llegó a Mendoza nombrado como teniente gobernador por la Junta bonaerense. Moldes formó dos compañías de alabarderos veteranos a los que distinguió con esa escarapela. Pidió la aprobación del gobierno el 31 de diciembre de 1810, pero la Junta Grande no llegó a tratar el tema.


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