Lo afirmó el reconocido farmacéutico de nuestra ciudad, Alejandro Ingaramo, en relación al miedo y a la ansiedad por colocarse la vacuna, generados por la pandemia. Además, se refirió a la situación con PAMI.
Hace casi un mes se lanzó la campaña de vacunación contra la gripe causada por el virus Influenza en todo el país. La decisión del Ministerio de Salud de adelantar la campaña responde a la detección de circulación temprana de un alto número de casos. Los primeros fueron detectados en Santa Fe y, a partir de entonces, comenzaron a aumentar.
En Rafaela la vacunación se empezó a aplicar al personal de salud, luego siguió para personas gestantes en cualquier momento del embarazo, personas puérperas y niñas y niños de 6 a 24 meses de edad, y ahora continúa para la población general a partir de los 65 años, y para quienes tengan entre 2 y 64 años y presenten factores de riesgo.
En este marco, desde Diario CASTELLANOS dialogamos con Alejandro Ingaramo, reconocido farmacéutico de la ciudad, quien explicó que las vacunas sirven para estimular las defensas mediante la generación de una pequeña enfermedad o un pequeño resfrío. Si bien algunas personas no reaccionan según lo esperado, es común que así suceda.
Sin embargo, Ingaramo señaló que las vacunas llegaron con los inconvenientes de todos los años. "Uno las compra en octubre o noviembre y llegan en marzo/abril. Cuando no llegan es un lío, porque en la puerta están esperando muchos ansiosos, a quienes no les llegan las vacunas, ni las que compran ni las de PAMI u obras sociales que se toman más tiempo por la implementación de las campañas. A veces, ha llegado a ocurrir que se pasa el tiempo de vacunación, que es a principios de otoño, cuando todavía no hace mucho frío, y la gente todavía tiene defensas", detalló.
Además, teniendo en cuenta que venimos y seguimos en pandemia, contexto en el cual la vacunación se volvió en cierta forma irregular, el farmacéutico aseveró que este año la intención es volver a la normalidad. "Aún no han podido. La gran demanda que generó la pandemia, por el miedo extra, hizo que la gente se quiera vacunar sí o sí, de cualquier modo. Y la quiere ya, porque la ansiedad los mata. Ese boom no puede satisfacer a toda la población de una y en el primer momento. Sí lo hace progresivamente", indicó Ingaramo. En tanto, expresó que si no llegan las vacunas, el personal farmacéutico tiene claro que deben decirle a mucha gente que no llegaron o que se terminaron, e "implementar un montón de situaciones verborrágicas para justificar lo que no depende de nosotros", aseveró, y agregó que "las que yo compro tengo un cierto grado de seguridad de que van a estar. Y si no están, no es que no dependa de mí, sino que no dependió de la droguería y de la importación, y esas cosas. Ahora, cuando lo organizan las obras sociales, es problema de las obras sociales".
Situación con PAMI
Hace una semana también se conoció que comenzaba la vacunación en todo el país para los afiliados de PAMI. Según confirmó el organismo, las personas afiliadas pueden vacunarse sin necesidad de sacar previamente un turno, en cualquier farmacia PAMI habilitada, y con el único requisito de presentar su DNI y credencial de la obra social.
Ingaramo, en relación a esta cuestión, afirmó que este año decidió no vacunar por PAMI. "Ya vi el año pasado y años anteriores cómo se va degradando la forma de poder atender bien a un afiliado, sea cualquier obra social. De PAMI primero están los de Buenos Aires, después están algunos grupos etarios supuestamente más importantes, y después van llegando al interior. El interior es complicado", contó.
Además, explicó que a Rafaela han llegado vacunas de PAMI, y los colegas se han quedado sin stock. En estas situaciones, "tenés que inventarte alguna respuesta confiable y entendible para el afiliado que está ansioso por vacunarse", manifestó el farmacéutico. En tanto, expresó que "a mi me enviaban 150 vacunas en la primer tanda, y yo sabía que no nos iban a mandar más nada. Entonces este año no quise tener más problemas con la gente. No es renegar, es tener que justificarte por algo que no te corresponde ante la gente. Este año me lo tomo más tranquilo".
Venta libre
Consultado acerca de si es notable el incremento en los antigripales de venta libre, Ingaramo afirmó que, con respecto a años anteriores, se nota pero no demasiado. "El uso de barbijo ha hecho que disminuya mucho la venta con respecto a otros años. Los dos años pasados hubo menos patologías respiratorias. La gente se quedó mucho más en casa, se cuidó", explicó.
Además, aseveró que el barbijo protege. Por eso descendieron mucho las ventas. De igual forma, el farmacéutico indicó que este año está empezando a recuperarse un poco "pero, gracias a Dios, no es demasiado por el uso del barbijo. Barbijos vendo uno cada 10 minutos. Sí reconozco que, bueno o malo, el efecto que logra en las enfermedades de vías respiratorias se nota. Se nota la disminución. Y eso es positivo", concluyó.