Es importante que valoremos la presencia de este evento en nuestra ciudad, que refuerza características propias de la cultura argentina, y levanta la bandera del trabajo y potencia el encuentro.
"Por nuestros hijos, por Argentina, por el legado de quienes hicieron la Patria y por nuestros propios sueños… es ahora". Con estas palabras finalizó su discurso de inauguración la presidente de la Sociedad Rural de Rafaela, Norma Bessone. Esta expresión no es casual, ya que está perfectamente alineada a lo que significa la Exposición Rural para todo el país.
Bastan unos pocos minutos de recorrer los distintos sectores y pabellones de la muestra para darse cuenta de que este evento no es solamente un encuentro del sector agropecuario, sino que se trata de una afirmación de lo que mucha gente quiere para nuestra Argentina. Estas jornadas fortalecen la Nación con sus pilares claves.
Campo y ciudad unidos
El encuentro entre campo y ciudad es lo primero que se destaca de esta exposición. El hecho de que lo mejor del campo se dé cita en la zona urbana, implica una necesaria interacción entre quienes habitan Rafaela y aquellos que residen en las zonas rurales. Tener la posibilidad de verse, conocerse, conversar personalmente (en épocas de extrema virtualidad) invita a eliminar prejuicios y entender que todos nos necesitamos mutuamente. Conocer y reconocer al otro genera una unión aún en las diferencias.
En cada uno de los discursos estuvo presente la conjunción de dos palabras: querer y hacer. Todos los que recorrieron la muestra, observaron la inquietud de los expositores a la hora de contar minuciosamente lo que hacen, lo que venden, lo que ofrecen; ese comportamiento que es distintivo en esta región.
Comercio directo
Por otro lado, se humaniza el mercado. Este último, entendido como un proceso de cooperación social, se regula a través de la oferta y la demanda. En la exposición, los stands permiten a los compradores tener relación directa con los productores y a estos últimos, entender las necesidades del otro de primera mano. No existe ningún tipo de intervención en esas charlas, con lo cual se generan encuentros sumamente eficientes donde lo que se busca es dar solución a necesidades reales.
Familias, base de la sociedad
Los visitantes llevan a sus hijos o nietos a recorrer la muestra, y muchos expositores se acompañan y turnan durante las largas jornadas para atender los puestos y conversar con la gente. Es admirable, también, la participación de muchos chicos en el cuidado de los animales. Desde pequeños aprenden el oficio de sus mayores y de esta manera heredan la cultura del trabajo, tan necesaria y menospreciada últimamente en nuestro país.
Amor por la tierra
Sobre el palco oficial de la pista central está exhibida la siguiente leyenda: "El amor a la tierra une la familia y engrandece la Patria". Ya es sabido que no se puede amar lo que no se conoce. Es por eso que resulta fundamental que mucha gente que está alejada del campo pueda tener al menos este acercamiento anual para conocer de qué se trata el cultivo de nuestro suelo y el desarrollo de todas sus virtudes. Desde algo tan simple como un niño visitando por primera vez los animales de granja, hasta un adulto interesándose por modernos sistema de siembra, todo lleva al objetivo.
En tiempos en que los gobernantes de muchos países (incluido este) parecen sucumbir ante la voluntad de organismos supranacionales y las ideas de una ciudadanía global genérica, eventos como la Exposición Rural de Rafaela se revelan como reservorios vitales de nuestra identidad como argentinos. Es por esto que las palabras de la presidente Bessone al finalizar su discurso tienen tanto peso en la actualidad que estamos viviendo.
La gastronomía como una gran vedete
El sector de la gastronomía ha ganado protagonismo y eso se vio reflejado en esta edición 2022 de la Expo Rural, donde a lo largo del gran predio de Av. Brasil uno podía encontrarse con diversidad de propuestas. Los emprendedores gastronómicos desplegaron su potencial y permitieron que los concurrentes puedan disfrutar de cada una de las jornadas con diferentes sabores.
Viento y marea
El hombre y la mujer de campo saben que tienen al tiempo de aliado o de enemigo. Siempre. Un elemento imposible de controlar y que hace de las suyas para bien o mal.
La Expo es un claro ejemplo de eso, ya que la mayor o menor concurrencia de público y en especial de familias depende en gran medida de las condiciones climáticas.
Una de las personas que trabaja en la organización y comunicación de la muestra señaló que "la verdad es que la propuesta de la 115ª edición de la Expo sorprende gratamente con la convocatoria, sobre todo ante el desafío climático del día sábado, que fue muy adverso, pero realmente fue superior a la cantidad de visitantes de los últimos años. Hoy obviamente (por ayer domingo) el día es espléndido. Sinceramente para todos es una gran satisfacción que la gente siga apoyando a esta Exposición".
Foto: N. Gramaglia