Los industriales de Rafaela enfrentan un panorama marcado por la inflación y la baja rentabilidad, según el último informe del Observatorio Industrial de ICEDeL, que revela datos preocupantes sobre el desempeño económico de las empresas en el primer cuatrimestre de 2023. El informe, basado en un relevamiento de 67 empresas de 20 sectores industriales, muestra que el 82% de las empresas locales incrementaron su facturación por debajo de la inflación interanual, que llegó al 108,8% en abril.
Este dato es un indicativo claro del deterioro de la rentabilidad, ya que los costos, tanto laborales como operativos, superan ampliamente el crecimiento de los ingresos. Además, las empresas enfrentan una elevada presión tributaria y una caída de ventas en el mercado interno, lo que complica aún más su situación financiera. A pesar de estos obstáculos, el 74,6% de las empresas relevadas considera que su situación se mantendrá estable o incluso mejorará en los próximos 12 meses, aunque el 80,6% prevé un empeoramiento de la economía nacional.
El uso de la capacidad instalada en mayo de 2023 se ubicó en un 74,9%, un indicador que permanece estable respecto a mediciones anteriores, aunque con diferencias importantes entre sectores. Este porcentaje refleja que las empresas rafaelinas aún tienen margen para aumentar su producción, siempre y cuando las condiciones económicas mejoren.
Inversión y financiamiento: un panorama mixto
El 59,7% de las empresas realizó inversiones entre abril de 2022 y abril de 2023, principalmente en equipamiento crítico de producción (50,7%) e infraestructura (26,9%). Sin embargo, el acceso al financiamiento continúa siendo una barrera importante: un 37,3% de las empresas indicó que sus inversiones están limitadas por dificultades para obtener crédito externo. En este sentido, se observa una preferencia por el capital propio, ya que el 51,4% de las empresas utilizó exclusivamente fondos internos para financiar sus proyectos.
Exportaciones e importaciones: señales mixtas
Las exportaciones también presentan un comportamiento dispar. El 31,3% de las empresas exportaron entre abril de 2022 y abril de 2023, de las cuales el 57,2% aumentó sus exportaciones, mientras que un 23,8% experimentó una disminución. Por otro lado, el 32,8% de las empresas ve a las importaciones como una amenaza, indicando que la competencia con productos extranjeros está afectando su participación en el mercado interno.
El informe de ICEDeL subraya la necesidad de resolver estos problemas estructurales para evitar que las empresas continúen perdiendo competitividad en un contexto de alta inflación y costos crecientes. Las perspectivas de mediano plazo para los industriales rafaelinos están condicionadas por estas dificultades, aunque se mantiene un optimismo moderado sobre el futuro inmediato de sus empresas.
Un panorama desafiante
Los problemas de inserción laboral golpean de manera desproporcionada a las mujeres, los jóvenes y a aquellas personas con menor nivel educativo. Esta disparidad sigue siendo uno de los mayores desafíos para el desarrollo inclusivo de la ciudad, y resalta la necesidad urgente de diseñar políticas específicas para atender a estos segmentos vulnerables del mercado laboral.
Ante el deterioro económico generalizado, muchas familias rafaelinas han debido recurrir a estrategias de supervivencia, incluyendo el uso de ahorros, la venta de pertenencias o la búsqueda de ayuda externa. El informe indica que el 40,5% de los hogares utilizó ahorros para cubrir gastos cotidianos, un aumento significativo respecto al 35,1% del año anterior. Asimismo, el acceso al crédito ha disminuido drásticamente, pasando de un 20,3% a sólo un 14%, lo que limita aún más las posibilidades de reactivación para muchas familias.
La necesidad de asistencia social también ha aumentado, con un 9,1% de los hogares recibiendo algún tipo de ayuda del Estado o de instituciones locales. Además, uno de cada cinco hogares ha tenido que recurrir al apoyo de familiares, amigos o vecinos para sobrellevar la crisis económica. Este panorama evidencia la importancia de fortalecer las redes de protección social para amortiguar los efectos negativos que la actual situación económica tiene sobre los sectores más vulnerables.