Los bonos son deuda de un Estado, al igual que un particular puede conseguir financiamiento en el mercado, los países buscan deuda para mejorar su infraestructura productiva o financiar sus gastos. Cuando los países son manejados de manera poco ortodoxa, como lo hiciera la anterior conducción económica, la tasa de interés, es decir el precio que debe pagar por el dinero que le prestan sube, ya que sube el riesgo de que el país no cumpla con sus obligaciones al vencimiento, siendo la prima de riesgo, un componente más de la tasa de interés.
El riesgo país es un índice que mide la probabilidad de que un país no cumpla con el pago de sus deudas. Se calcula como la diferencia entre la tasa de rendimiento de los bonos de deuda de un país y la de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, ya que estos son considerados «libres de riesgo». Un riesgo país alto implica que ese país representa un mayor riesgo para los inversores, lo cual puede reflejar inestabilidad económica, política o dificultades para gestionar su deuda externa.
Este indicador se utiliza para evaluar la confianza que inspiran las economías de los países emergentes y afecta directamente el costo de financiamiento en los mercados internacionales. Los factores que inciden en el riesgo país son la estabilidad política, la situación económica interna, el nivel de deuda externa y la percepción de los inversores sobre la solvencia del país. Piensen en cada marcha, cada conflicto con las Universidades, con AFA, etc. Influyen sobre el riesgo país. Si el mercado ve que el gobierno está fuerte en estas situaciones le riesgo país baja, si se lo percibe débil, afectará el mismo. Así, el riesgo país es un termómetro de la confianza y credibilidad financiera de una nación en los mercados globales. Todas estas variables eran negativas en la anterior gestión económica que disparó el índice de riesgo país superando los 2000 puntos. Esto quiere decir que los inversores percibían 20 puntos más de tasa de interés por financiar a Argentina que para financiar a EEUU, pero también si lo comparamos con Brasil, el riesgo de incumpliendo trepa a 19% más, siendo el riesgo país de EEUU aproximadamente 189 puntos y el de Brasil 199.
Todo cambió con el nuevo gobierno argentino, el cual se volcó hacia la ortodoxia económica, cortó la emisión económica, eliminó el gasto público y obtuvo durante diez meses consecutivos superávit en sus cuentas. Esto impactó fuertemente a la baja del indicador que estamos analizando, el cual ahora se encuentra encaminado hacia los 800 puntos, todavía lejos del de los vecinos, pero lejos también del techo de 2000 puntos heredados de la anterior conducción. Además del superávit, descenso del riesgo país en Argentina se debe a una combinación de factores financieros y económicos. Entre los más destacados está el aumento en las reservas del Banco Central gracias a una fuerte compra de dólares y la mayor liquidación de exportadores. Esta acumulación de reservas ha inyectado confianza en los inversores, impulsando la demanda de bonos argentinos, lo que a su vez reduce el riesgo país. Además, las recientes negociaciones con organismos internacionales, incluyendo nuevos financiamientos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, refuerzan la credibilidad y dan alivio a las finanzas públicas argentinas.
Otro aspecto clave ha sido la mejora en el superávit fiscal y la implementación de políticas para fortalecer el equilibrio fiscal, lo cual también está disminuyendo la percepción de riesgo. La reciente evaluación positiva de Argentina por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), evitando su inclusión en la lista de países con alto riesgo de lavado de dinero, ha ayudado a mantener el flujo de inversiones extranjeras. Sumado a esto, el programa de blanqueo de capitales ha generado una demanda adicional de títulos públicos, apoyando una tendencia de alza en el mercado de deuda.
La baja de este indicador implica que las grandes empresas argentinas pueden conseguir financiamiento más bajo en el exterior para continuar creciendo y generando empleo en nuestro país. Pero además, La baja del riesgo país en Argentina trae algunos beneficios indirectos para las personas comunes, los comerciantes, empleados y prestadores de servicios. Al reducirse el riesgo país, el financiamiento internacional es más accesible y menos costoso, lo que permite al Estado y a las empresas obtener créditos a tasas menores, como indicábamos. Esto, a su vez, alivia la presión sobre el Banco Central y ayudar a estabilizar el tipo de cambio, que influye en los precios de productos importados y en la inflación.
Para un comerciante, esta estabilidad puede significar menos fluctuaciones en los precios de sus insumos y mayor previsibilidad en sus costos. Además, en un contexto de menor inflación, los salarios de los empleados pueden tener más poder de compra, lo que incrementa el consumo interno, beneficiando a pequeñas y medianas empresas. En el caso de los prestadores de servicios, especialmente aquellos vinculados al turismo o a la exportación, un riesgo país menor también genera mayor interés de extranjeros en sus productos o servicios, ampliando su mercado potencial.
En términos generales, si la baja del riesgo país ayuda a estabilizar la economía y reducir la inflación, la gente común puede beneficiarse de precios menos volátiles y de un poder adquisitivo más estable. La baja del riesgo país es felicidad. El buen manejo económico es felicidad. #BuenaSaludFinanciera @ElcontadorB @GuilleBriggiler