Recientemente, en la provincia de Santa Fe comenzó a regir la ley de narcomenudeo para atentar contra todas aquellas personas que comercializan con las drogas. Sin embargo, es importante analizar quiénes caen con esta ley y si verdaderamente se llega a los grandes comercializadores.
Al respecto, el abogado penalista Néstor Oroño hizo una notable analogía sobre este tema, planteando la teoría de la cañita de pescar. En diálogo con ATP Santa Fe, detalló: "Creo que el narcomenudeo hay que entenderlo en el contexto del fenómeno del narcotráfico, que es un fenómeno global. Existe el narcomenudeo porque existe como fenómeno ubico, fenómeno general, el narcotráfico y todo lo que representa; y en lo que es la persecución de estas actividades ilícitas se ha planteado la discusión, se ha planteado si es más efectivo que esté a cargo la justicia federal o la justicia provincial. Cuando se discutía esto, en miras a lo que luego fue la sanción de la ley de narcomenudeo en la provincia, yo planteé el siguiente ejemplo: estamos en una zona pesquera por autonomía, tenemos los pesqueros más importantes del país en esta región y si pensamos en la entidad del pescador, la importancia del pescador, podemos dividir en el pescador industrial y el pescador artesanal. El pescador industrial coloca sus mallas en lo alto del río y agarra todo lo que puede con la malla; el pescador artesanal está en el medio del río con una cañita pescando lo que no pudo agarrar, lo que no pudo captar el pescador industrial. Esto tiene que ver con el fenómeno del narcotráfico. Es muy importante que la provincia se haya involucrado en lo que es la persecución del narcotráfico, pero creo que tampoco hay que pecar de optimismo ni pensar que la provincia por sí sola tiene las herramientas para combatir un fenómeno tan intenso, tan complejo y que, como digo, se proyecta a nivel mundial. Y creo que no tenemos que caer en el error de que, o en lo que es operativamente, que la ley de narcomenudeo nos dé la cañita y estemos pescando con la ley de narcomenudeo los pescados chicos que andan sueltos, mientras los pescados grandes siguen pasando acá por el río, por la hidrovía y nadie pone la malla donde hay que ponerla para verdaderamente atraparlo. Ese es un poco lo que traté de decir con esta parábola de la cañita".
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