Opinión

Juan Carlos Borio


Juan Carlos fue digno compañero de trabajo. Comprometido con la ciudad y asumiendo siempre la responsabilidad que le cabía como concejal de Rafaela. Y así lo hizo ante una crisis severa como se vivió a principios de 1990, en la que el Ejecutivo Municipal estaba investigado judicialmente y el Concejo como órgano de control, no accionaba en su conjunto en búsqueda de una alternativa institucional, para continuidad del funcionamiento normal de Municipio. Y decidió renunciar a su cargo de Concejal, permitiendo así abrir la posibilidad de intervención del Municipio, como respuesta a la situación existente.
Actuó como debe actuar la dirigencia de toda índole, desinteresadamente, lejos de toda acción por conveniencia personal. Y en este caso también, del interés partidario. Priorizando lo conveniente e importante para la ciudad. Brindando un ejemplo, tan necesario en esta época.
Lo que en Juan Carlos fue un proceder correcto, engrandece su personalidad y recuerdo porque hoy, lo correcto es la excepción.
Estuvo a la altura de las obligaciones que su cargo requería. Su familia debe estar orgullosa. Sumida ella en la tristeza lógica en estas circunstancias, le hacemos saber que guardamos de él el mejor de los recuerdos y les acompañamos con todo nuestro cariño y respeto.





Por: Lidia L. DE Sarasín – Waldo Suárez – Pablo E. Comtesse


carta de lectores juan carlos borio

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