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Hipertensión en chicos: cómo se previene y a partir de qué edad hay que medir la presión


La presión arterial alta en niños y adolescentes está relacionada a menudo con un estilo de vida poco saludable.





Las pautas para un estilo de vida saludable alcanzan a todas las edades. Como señala un artículo de consenso de expertos en salud del corazón publicado en European Heart Journal, una revista de la Sociedad Europea de Cardiología, la inactividad, las dietas ricas en azúcar y sal y el exceso de peso se relacionan con nueve de cada diez casos de presión arterial alta en niños y adolescentes.





Hipertensión infantil y obesidad





El documento, que se enfoca en la hipertensión en niños de 6 a 16 años, se refiere a la obesidad infantil y a la hipertensión como "hermanos insidiosos" que poco a poco se convierten en un grave peligro para la salud.
Según consigna, los estudios han demostrado que la hipertensión infantil se está volviendo más común y que parte del aumento puede explicarse por la obesidad, particularmente la obesidad abdominal.
Marcos Marín, coordinador de la campaña Conoce y Controla, de la Sociedad Argentina de Hipertensión, señala justamente a los antecedentes familiares asociados a la obesidad, el sobrepeso y el sedentarismo, como los principales factores de riesgo de este trastorno en menores.
Se estima que menos del 2% de los niños con peso normal son hipertensos, en comparación con el 5% de los niños con sobrepeso y el 15% de los que tienen obesidad.
"El aumento de la hipertensión infantil es motivo de gran preocupación, ya que se asocia con la persistencia de la hipertensión y otros problemas cardiovasculares durante la edad adulta2, advierte el profesor Giovanni de Simone de la Universidad de Nápoles Federico II, en Italia, y autor del estudio.





Causas de la hipertensión





Marín señala que cuanto más chico sea el niño y más alta su presión, se incrementan las chances de causa secundaria de hipertensión arterial. "Hoy por hoy casi el 50% tiene una causa secundaria y el otro 50% tiene una causa primaria esencial idiopática como la mayoría de los adultos", explica.
También indica que las causas secundarias son: la enfermedad renal parenquimatosa, la coartación de la aorta, y algunas otras enfermedades monogénicas (afecciones hereditarias causadas por la mutación o alteración en la secuencia de ADN de un solo gen) que son muy poco frecuentes.





Presión: diagnóstico y controles





El diagnóstico temprano de la presión arterial elevada es crucial para que pueda controlarse con un estilo de vida y, si es necesario, con medicamentos.
Incluso una medición de la presión arterial realizada por un médico o una enfermera puede identificar en los niños la presión arterial alta, pero se recomienda una segunda visita para confirmarlo.
"La detección debe realizarse en el entorno de atención primaria al menos una vez al año, independientemente de los síntomas. Esto se debe a que la hipertensión en los niños, como en los adultos, suele ser asintomática", alerta Simone.
"Según la Sociedad Americana de Pediatría en toda consulta pediátrica a partir de los 3 años debería medirse la presión arterial a todos los niños, con un manguito adecuado acorde a la circunferencia de su brazo, una vez por año", señala Marín.
Y agrega que en cambio, para los niños que son hipertensos, los controles se realizan más seguido.





Qué hacer si se detecta





Cuando las mediciones de la presión arterial apuntan a la hipertensión, tanto el historial médico como el examen físico serán útiles para determinar las posibles causas e identificar los comportamientos que se pueden modificar.
La información incluye: antecedentes familiares de hipertensión y enfermedad cardiovascular, peso al nacer y edad gestacional; detalles sobre el estilo de vida como el tabaquismo y el consumo de alcohol en caso de adolescentes, la ingesta de sal, el ejercicio físico y las actividades de tiempo libre.
A su vez, los posibles síntomas incluyen dolor de cabeza, hemorragias nasales, vértigo, discapacidad visual, bajo rendimiento escolar, dificultades de atención y/o para respirar, dolor en el pecho, palpitaciones y desmayos.





Tratamiento y prevención





En las primeras etapas, el tratamiento de la hipertensión infantil debe centrarse en la educación y el cambio de comportamiento.
Si no se alcanzan los objetivos de presión arterial, se debe introducir un único fármaco en dosis bajas. Si un medicamento es ineficaz, es posible que se necesiten pequeñas dosis de dos de ellos.
Los autores hacen un llamado a las agencias de salud pública para que prioricen la prevención y el manejo de la hipertensión en niños y adolescentes.
Por ejemplo, campañas para aumentar la conciencia sobre los riesgos de la presión arterial alta en los jóvenes y el impacto positivo de un estilo de vida saludable que incluya actividad física, una dieta nutritiva baja en sal y azúcar y no fumar.
Otras acciones recomendadas son moderar el tiempo de los niños en la televisión y las redes sociales, que suelen promover comida chatarra o hábitos de estilo de vida potencialmente nocivos. (Fuente: Clarín)


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