En la tarde del sábado 2 de septiembre, un tercio de las personas alojadas en la comisaría 24 de Granadero Baigorria huyeron tras limar barrotes y trepar hacia los techos con sábanas. Dos de los reclusos fueron capturados a los pocos minutos y otros 4 a pocas cuadras de la dependencia policial, ubicada en barrio Centro. Sigue la búsqueda de los 10 restantes.
La evasión se conoció a los pocos minutos. Al menos 16 de los 48 presos alojados en el penal de la seccional ubicada en calle Moreno 160 (entre Chacabuco y Pueyrredón), a menos de 200 metros de la plaza principal de la ciudad, que tiene en sobre una de sus calles a la Municipalidad y en otra la iglesia San Pedro (patrono de la ciudad), huyeron por los techos.
Hasta barrio Centro llegaron varios patrulleros y camionetas policiales, que realizaron un operativo cerrojo en la manzana y también en calles aledañas al penal.
Fuentes de la investigación indicaron que los reclusos, tras limar los barrotes de un patio interno, lograron subir a los techos de viviendas vecinas y saltar hacia distintas calles.
Dos de los evadidos fueron apresados a los pocos minutos, en el techo de la vivienda que funciona como comisaría y otros cuatro cuando intentaban huir por calle Pueyrredón, casi esquina Rivadavia (a la vuelta de la seccional).
Voceros indicaron que el lugar no cuenta con estructura para alojar a tantas personas detenidas ya que el máximo tolerable es 18. Ya se registraron al menos otras 3 evasiones en los últimos años.
Los evadidos que continúan siendo buscados son Luciano Acosta (prisión preventiva por tentativa de robo); Román Aguirre (estaba alojado con prisión preventiva desde mayo, por robo calificado y portación de arma de fuego); Ezequiel Aquino (preso desde abril por tenencia de arma de fuego y por la ley 23.737 – tenencia de estupefacientes); Luis Alberto Aseguín (desde julio está con prisión preventiva por encubrimiento); Luciano Espíndola (prisión preventiva desde julio, por tenencia de arma, daños y amenazas); David Medina (desde junio en prisión preventiva por encubrimiento); Lautaro Paiva (detenido desde abril por infracción a la ley 23737 – estupefacientes); Alexandro Ramírez (prisión preventiva desde mayo por portación de arma de fuego); Luis Alberto Rodríguez (en prisión preventiva desde julio por tentativa de robo simple) y Oscar Alberto Rolón (en prisión preventiva desde abril, por lesiones y amenazas, en violencia de género).
Mientras que los 4 recapturados a los pocos minutos fueron Daniel Barboza, Julio Núñez, Natanael Rojas y Juan Silvero. En tanto que Matías Breiling y Alejandro Maldonado fueron detenidos antes de lograr huir de los techos de la comisaría.
El penal ubicado en la parte posterior de la comisaría 24, que da casi al centro de manzana, fue refaccionado en varias oportunidades para poder brindar mejores condiciones de detención.
En base a declaraciones brindadas por personas que van a visitar a los detenidos, el lugar está superpoblado.
En la última década se conocieron al menos 3 evasiones. Una de ellas a fines de 2013, cuando se escaparon 10 presos, tras romper candados de las celdas y hacer un boquete en una pared que daba al patio de un vecino.
Otra evasión se dio a mediados de 2015, cuando ocho reclusos huyeron aprovechando que el penal y parte de la comisaría estaba siendo refaccionada. El último de esos evadidos fue recapturado 7 años después, en barrio La Cerámica, al norte de Rosario, durante un operativo de rutina.
Y una tercera se registró en abril de 2016, cuando entre 8 y 10 presos escaparon por los techos, también tras limar barrotes.
Además de esas tres fugas, en la ciudad se recuerda el escape de 22 presos, registrado a fines de junio de 2003. Esa evasión se produjo cuando varios de los internos del penal cavaron un túnel de casi dos metros de longitud por debajo de la medianera de la comisaría, y salieron al patio de una casa lindera. El boquete fue descubierto en horas de la mañana, cuando se estaba preparando el traslado de un detenido al hospital Eva Perón, para ser sometido a estudios médicos.
Cuando llegaron al penal, notaron el faltante de gran parte de los presos (en total debía haber 32). Luego vieron que en un rincón había un montículo de tierra y un agujero en el suelo, que desembocaba en la casa vecina.
El escape derivó en un escándalo no solamente en la ciudad ubicada al norte de Rosario, sino también en la policía y el gobierno provincial, que terminó con el corrimiento de las autoridades de la seccional por pedido del entonces ministro de Gobierno, Carlos Carranza, y del jefe de policía provincial, Ricardo Milicic.