"La vida espiritual del cristiano no es pacífica, lineal y sin desafíos, sino que, al contrario, exige un continuo combate". Así ha empezado la tradicional audiencia general el Papa Francisco, que ha continuado su ciclo de Catequesis sobre los vicios y las virtudes empezado la semana pasada.
El Santo Padre ha recordado además que no es casualidad "que la primera unción que cada cristiano recibe en el sacramento del bautismo -la unción catecumenal- sea sin perfume y anuncie simbólicamente que la vida es una lucha […]La unción de los catecúmenos pone inmediatamente en claro que el cristiano no se salva de la lucha: en su existencia, como todos los demás seres humanos, tendrá también que bajar a la arena, porque la vida es una sucesión de pruebas y tentaciones".
Francisco subrayó que los mismos santos no son hombres que se han librado de la tentación, sino que son "personas bien conscientes de que en la vida aparecen repetidamente las seducciones del mal, que hay que desenmascarar y rechazar".
El Papa pidió a los fieles tener la gracia de reconocerse "pobres pecadores, necesitados de conversión, conservando en el corazón la confianza de que ningún pecado es demasiado grande para la infinita misericordia de Dios Padre". Y eso mismo lo vemos en el episodio del bautismo de Jesús en las aguas del río Jordán. Un episodio que tiene algo de "desconcertante": ¿por qué Jesús se somete a un rito tan purificador? ¿De qué pecado debe arrepentirse Jesús?: "Es un Mesías muy distinto de como Juan lo había presentado y la gente se lo imaginaba: no encarna al Dios airado y no convoca para el juicio, sino que, al contrario, se pone en fila con los pecadores, como todos nosotros y con todos nosotros, para que nadie le tenga miedo".
"Jesús nunca nos deja solos"
"Jesús nos acompaña a todos los pecadores. Está entre nosotros. Y eso es algo hermoso. Jesús nunca nos deja solos. No debemos perder esta idea: Jesús está a nuestro lado para ayudarnos, protegernos y ayudarnos a levantarnos después de nuestros pecados. Él lo perdona todo. Vino a perdonar y a salvar. Somos nosotros los que perdemos tantas veces la capacidad de pedir perdón", concluyó el Papa Francisco.
"No olvidemos a los pueblos en guerra"
El Papa Francisco reiteró hoy, al finalizar la audiencia general, su pedido de oraciones especialmente por el drama en Medio Oriente y Europa, y por las otras poblaciones más afectadas por los últimos conflictos. No olvidemos a las personas que están en guerra", dijo.
"La guerra es una locura, la guerra es siempre una derrota", subrayó Francisco, durante su saludo a los fieles de habla italiana. "Oremos por los pueblos de Palestina, Israel, Ucrania y tantos otros lugares donde hay guerra. Y no olvidemos a nuestros hermanos y hermanas rohingya, que sufren persecución".
"Rezamos a Dios para que nos conceda un corazón sensible a las necesidades de los pobres, de los refugiados y de las víctimas de la guerra", pronunció en su saludo a los peregrinos polacos.
Saludos a fieles y peregrinos en diferentes idiomas
"En esta segunda catequesis sobre las virtudes y los vicios, meditamos sobre el combate espiritual. Toda nuestra vida es una lucha, marcada por los contrastes y las tentaciones, que son necesarias para avanzar en el camino de la virtud, pues nos ponen de frente a la realidad de nuestra pequeñez", dijo Francisco a los peregrinos de lengua española.
"Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Hoy recordamos la fiesta del Santo Nombre de Jesús. Pidamos al Señor luz para mantenernos en el camino del bien y su gracia para perseverar en él, sin temer los desafíos y las pruebas. Que Dios los bendiga y la Virgen santa los cuide".
En su saludo a los peregrinos de lengua portuguesa, el Papa recuerda que "Jesús no se cansa de indicarnos los caminos de la felicidad, conduciéndonos al Padre", y que "junto a Él podremos vencer las seducciones del mal y guardar dentro de nosotros el gozo del Espíritu Santo".
A los fieles polacos, Francisco los invita a mantener un corazón sensible a las necesidades de los pobres, de los refugiados y de las víctimas de la guerra: "Por intercesión de María, Madre de Dios, pidamos al Señor el don de la paz".
El deseo del pontífice, dirigiéndose en árabe a los presentes, es que, "al comenzar el Año Nuevo, sigan manteniendo en sus vidas la oración y la penitencia, para que puedan encontrar en ellas la paz y la alegría que Dios concede".
El Papa saludó también con afecto a los confirmandos y a los adolescentes de la diócesis italiana de Latina: "Queridos jóvenes, como María, que sepáis guardar, meditar y seguir la Palabra que se hizo carne en Belén, para difundir su mensaje de bondad y de paz entre sus amigos y compañeros".
Oración por las víctimas de Japón
En su saludo a los peregrinos de lengua inglesa, el Papa rezó también por las víctimas y los socorristas del terremoto de Japón, dirigiendo además su pensamiento a quienes trabajan para reparar los daños y las muertes causadas por la colisión de un avión que tuvo lugar en el país asiático, en Tokio. El número de víctimas mortales del terremoto de fin de año ha ascendido a 64, pero la situación es extremadamente precaria, ya que varios temblores más siguen sacudiendo la tierra en esa región.
En efecto, un seísmo de magnitud 5,5 se registró a las 10:54 hora local (2:54 de Italia) en la región de Noto, en la prefectura de Ishikawa, a una profundidad de 10 kilómetros. No se han emitido al respecto alertas de tsunami. "Casi ninguna de las casas está en pie. Están parcial o totalmente destruidas", declaró Masuhiro Izumiya, alcalde de la ciudad de Suzu, que sufrió grandes daños.