La gestión de una de las funcionarias más cuestionadas del Gobierno de Omar Perotti llegó a su fin. Tras idas y vueltas, durante la tarde de jueves la ministra de Educación de la provincia, Adriana Cantero, presentó su renuncia como titular de la mencionada cartera.
Si bien son varios los problemas que anunciaban un final como este, la funcionaria confirmó que se debe a inconvenientes de salud. "Mi renuncia es a partir de mañana (por hoy), que es el último día del mes. Hace tiempo lo veníamos hablando con el Gobernador, al que agradezco que me haya confiado esta responsabilidad. Hay temas míos de salud que necesitan tiempo y este cargo necesita estar 24 horas en funciones. Quise que pasen las paritarias y ahora me voy para que se inicie otra etapa. Me quedo con la tranquilidad de que el proyecto tendrá continuidad, hay un equipo de trabajo", manifestó, en diálogo con Aire de Santa Fe.
Cantero contó que hoy participará de un último acto "de presentación de trayectorias educativas y será lo último que haré como Ministra", dijo. Una vez realizada la actividad, en "El Molino, Fábrica Cultural" de la ciudad de Santa Fe, la funcionaria abandonará finalmente su cargo. Ahí mismo, con la presencia del Gobernador, se anunciará su sucesor.
Según se confirmó en las últimas horas, su reemplazante será el actual secretario del área y segundo de Cantero, Víctor Debloc, quien asumiría como Ministro el lunes próximo. Cantero dio su visto bueno respecto a esta decisión, indicando que "es un gran compañero de trabajo, un gran profesional y un comprometido con los objetivos fundamentales de la educación", aseguró.
Debloc, quien acompañó a Cantero desde el inicio de esta gestión, también había integrado su gabinete como subsecretario de Educación en el Gobierno de Jorge Obeid.
Una gestión cargada de decisiones controvertibles
La gestión de Adriana Cantero en Educación no fue de las mejores en la Provincia, al contrario. Sí se debe reconocer que tuvo que atravesar una complicada situación como lo fue la pandemia por Coronavirus, teniendo en cuenta todos los cambios que eso implicó; sin embargo, por más difícil que fuera, lo resolvió mejor que otros temas.
Uno de los principales conflictos que afrontó a lo largo de los más de tres años fue el tema paritario. Cantero tuvo varios cruces con representantes de sindicatos docentes, idas y vueltas, inicios conflictivos de los ciclos lectivos, rechazo al pedido de los gremios, entre otros problemas; sin embargo sorprende la decisión porque a pesar del "enfrentamiento", este año ya se había llegado a un acuerdo por la oferta salarial del Ejecutivo.
El conflicto con los docentes no pasaba sólo por lo salarial, sino por varias determinaciones de la ahora ex Ministra, con varias resoluciones poco coherentes que no eran acompañadas, que iban a contramarcha de lo que se pedía o necesitaba, o que llegaban a destiempo.
Otro problema durante la gestión Cantero que sigue dando que hablar es la extensión horaria en las escuelas primarias, que pasan a tener clases 25 horas semanales. Esa medida se aprobó y se comenzó a aplicar en varias escuelas de la provincia, ofreciendo el cargo a la docente de grado, la cual no tiene mucha alternativa porque si decide no aceptar esa hora, y si no se consigue a otro docente que acepte el cargo, esta debe ocuparlo casi por obligación.
Otro de los conflictos de esta gestión, que fue reciente y uno de los más cuestionados, es la decisión de ponerle fin a la repitencia en el nivel secundario, planteando una trayectoria continua de los alumnos, una determinación que se "dibujó" detrás de un discurso y que no se le consultó a nadie.
Respecto a este último punto, un gran número de docentes y padres se manifestaron en contra, ya que los alumnos culminan sin haber adquirido los conocimientos necesarios. Sin embargo, no fueron escuchados.
Acompañado a esto, las evaluaciones se han eliminado también, imponiendo sólo como prioritario lograr la acreditación del secundario, removiendo todo lo que consideran obstáculos: exámenes, evaluaciones, notas y demás. El objetivo pareciese ser que los chicos cumplan su ciclo, sea como sea.
En resumen, fue un proceso de vaciamiento de contenidos que se inició con las resoluciones y circulares que desde la pandemia han venido desarrollando y que constituyen una reforma educativa encubierta.
Es cierto que la escuela secundaria debe cambiar, pero ese cambio debe presentarse concretamente y con un sistema integral que mantenga los métodos de evaluación, que genere interés en los alumnos por aprender, que dicho interés se demuestre desde el sector educativo y que garantice que todos puedan expandir sus capacidades.
Por eso, lo más llamativo de la renuncia es que haya llegado en un momento donde se introdujeron cambios a grandes escalas que fueron enormemente criticados por toda la comunidad educativa e indefectiblemente terminan siendo uno de los principales factores del desgaste en la gestión política de la ya ex ministra de Educación, Adriana Cantero.