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Evita: una de las figuras más representativas en la historia de nuestro país

Hace más de siete décadas Argentina quedaba paralizada por la muerte de la más popular de sus primeras damas, Eva Duarte de Perón, por todos conocida como "Evita". Con sólo 33 años, la "abanderada de los humildes" dejaba la esfera terrenal para convertirse en un mito eterno, símbolo de una época e inspiración de musicales, películas y libros en todo el mundo.
El 26 de julio de 1952, un cáncer de cuello de útero ganaba la batalla a la segunda esposa del entonces presidente Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-1974), tras meses de lucha contra la enfermedad. Pero su carisma, su icónica imagen y sus apasionados discursos en favor de la clase obrera y los más necesitados, y contra la oligarquía y el imperialismo, pasarían a la historia.
"Cuando nombramos a 'Evita' lo primero que nos viene es la lucha por la igualdad, que es un mandato que Evita ejerció, no lo pregonó solamente, lo hizo realidad", cuenta a Efe Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina nieta de la recordada política, a quien define como "una mujer absolutamente transgresora a los estándares y reglas de las mujeres de su época", que creó el Partido Peronista Femenino y su propia fundación de ayuda social y cuya labor fue determinante para aprobar el voto de las mujeres en Argentina.
Vida legendaria
Eva no tuvo hijos, aunque dejó como descendencia las miles de personas que lloraron su muerte y la velaron durante más de dos semanas, antes de que, en la sede de la Confederación General del Trabajo, principal central sindical argentina, el médico español Pedro Ara dedicara los siguientes tres años y tres meses a conservar y custodiar el cadáver.
El plan era embalsamarla -como así sucedió- para ser depositada, incorruptible, en un gran monumento en Buenos Aires que no dio tiempo a construir: en 1955, en su afán de borrar todo rastro peronista, la dictadura que derrocó al general Perón robó el cadáver del sindicato y, tras un macabro periplo, acabó escondiéndolo con otro nombre en un cementerio italiano, hasta que a inicios de los '70 fue devuelto al viudo durante su exilio en Madrid.
"Mi familia, que estaba en el exilio después del golpe militar del 55, buscó el cuerpo de Evita con cartas escritas al papa, a los obispos, a los presidentes del mundo, por supuesto a la junta militar argentina, que gobernaba de facto...", relata Álvarez Rodríguez, nieta de Blanca, una de los cuatro hermanos de Eva.
Diecisiete años de dolor, búsqueda y rumores: "Que estaba enterrado, que habían hecho copias y la habían llevado acá y allá...", afirma la actual Ministra de Gobierno de la provincia de Buenos Aires sobre la desaparición del cuerpo, objeto de infinidad de investigaciones que han agrandado el mito.
Juana Ibarguren, madre de "Evita", murió meses antes de la recuperación del cadáver, que, tras todo lo padecido, estaba, según la sobrina nieta, "lastimado, dañado, con los pies pintados de brea".
Perón volvió a ser presidente en 1973, pero murió poco después, quedando como presidente su tercera mujer, Isabelita, que en 1974 ordenó llevar el cuerpo de Eva de España a Argentina. Desde hace 46 años descansa en una bóveda del cementerio de la Recoleta de Buenos Aires, paradójicamente emblema de la oligarquía que tanto detestaba.
El origen del mito
Nacida en 1919 en un área rural bonaerense, "Evita" quedó marcada por su difícil infancia. Juan Duarte, su padre, tenía otra familia, la "legítima", y murió en 1926 dejando desamparada a Juana y sus hijos.
De adolescente, "Evita" se mudó a la capital, trabajó como actriz y en 1944 conoció a Perón, entonces secretario de Trabajo y Previsión, en una reunión para recaudar fondos para las víctimas de un terremoto en la provincia de San Juan. Se enamoraron, y tras un breve arresto del militar y su posterior liberación aclamado por las multitudes -que le agradecían las políticas impulsadas desde su cargo-, se casaron y él ganó las elecciones de 1946.
Desde ese momento, ya fuera arengando desde el balcón de la Casa Rosada; visitando Europa en 1947 -cuando fue recibida por todo lo alto en la España de Franco- o enfundada en vestidos de exclusivas firmas que la idolatraban, Evita forjó su estrella.
"'Evita' es la expresión más pura y más noble de los humildes. No tiene padre, no tiene apellido, no tiene historia... tiene todo ese oscuro que arrastran los humildes pero que también impone la fuerza de su dignidad", comenta a Efe el referente peronista Julio Bárbaro, que fue diputado en el último Gobierno de Perón.
El también analista político remarca que el peronismo tiene lo mismo de Evita que de Perón, pero asevera: "'Evita' es el mito de la fuerza, es la ópera", y considera que es "la expresión más pura" de "los que aman la patria".

Militares se apoderaron del cuerpo de "Evita".

Mujer influyente: la herencia que dejó en el género
Tras su muerte, la figura de la ex primera dama, que ya enferma fue propuesta por el sindicalismo para Vicepresidente -candidatura que acabó rechazando en medio de presiones políticas-, ha estado presente en la agitada política nacional, y hoy sigue siendo reivindicada por unos -principalmente las agrupaciones y partidos peronistas, actualmente gobernando- y denostada por otros.
"Aún hoy vas a las barriadas, en cualquier lugar del país, y te encontrás viviendas de la Fundación Eva Perón, un retrato, una carta que recibió una abuela, una bisabuela... Es muy conmovedor ver las historias de vida, que son las que hacen que muchas pibas, pibes en Argentina se tatúen a 'Evita' en sus brazos", recalca Álvarez Rodríguez, que preside el Museo "Evita", abierto en Buenos Aires desde hace 20 años.
Convencida de que su tía abuela siendo una figura "incómoda y provocadora" desde su lugar en la historia, cree que, si hoy viviera, sería "una guerrera", como sus compañeras de la época: "Sería una peleadora por los derechos de todas nosotras, de la comunidad LGTBI...Estaría a la vanguardia, como estuvo siempre, porque ella defendió los derechos de las minorías", concluye. EFE
Secuestro y desaparición del cadáver
La vida de María Eva Duarte de Perón, más conocida como "Evita", fue tan mítica que inspiró uno de los musicales más populares de la historia y, a más de 70 años de su muerte, la exprimera dama sigue siendo la mujer más famosa de la Argentina. Pero no solo la vida de la esposa del fundador del movimiento peronista, Juan Domingo Perón, fue legendaria. También lo fue su muerte.
No nos referimos al momento en que falleció, aquel 26 de julio de 1952 (aunque sin dudas fue un momento épico, con dos millones de personas alineando las calles por donde pasó su féretro, en un velatorio que duró dos semanas). Lo que fue casi tan novelesca como su fugaz vida fue la odisea de más de 20 años que padeció su cuerpo tras su deceso.
Aquí te contamos el increíble y siniestro calvario por el que pasó el cadáver de Evita hasta llegar a su lugar de reposo actual, en el cementerio más exclusivo de Buenos Aires, la Recoleta.

Las mujeres en las urnas
El 23 de septiembre de 1947 fue promulgada la Ley 13.010 (sancionada dos semanas atrás), que consagraba el sufragio femenino en Argentina. Habían pasado 35 años desde que la Ley "Sáenz Peña" instauraba el voto universal, secreto y obligatorio... solo para los hombres. Y la misma Eva Perón que este 7 de mayo cumpliría 100 años no fue ajena a la sanción de dicha ley.
Desde el balcón de la Casa Rosada, "Evita" brindó un encendido discurso. La primera dama celebró el avance en derechos políticos y llamó a todas las mujeres a apoyar -ahora electoralmente- al régimen: "Fecundamos la tierra con el sudor de nuestras frentes y dignificamos con nuestro trabajo la fábrica y el taller. Y votaremos con la conciencia y la dignidad de nuestra condición de mujeres, llegadas a la mayoría de edad cívica bajo el gobierno recuperador de nuestro jefe y líder, el general Perón".
Cuatro años más tarde, el 11 de septiembre de 1951, más de 3.500.000 nuevas electoras acudieron a los comicios, todavía con padrones y mesas separadas. Representaban a casi la mitad del empadronamiento total. El 64 % de ellas optó por la fórmula presidencial Perón-Quijano.
Evita transitaba una dolorosa enfermedad, por lo cual recibió una urna especial en el Policlínico "Presidente Perón" de Avellaneda. Aunque había declinado la candidatura a la vicepresidencia, lideró la única fuerza política que llevaría mujeres a los recintos en aquellas elecciones: el Partido Peronista Femenino. Esta "rama femenina" del Partido Justicialista, fundada en 1949, tenía garantizado un tercio de los cargos obtenidos por votos peronistas. En 1951, consiguió nada menos que 23 diputadas nacionales, tres delegadas de territorios nacionales, seis senadoras y 80 legisladoras provinciales.
El oficialismo se adjudicó la conquista de la Ley 13.010, asociada a la figura de Eva. La referente había sido fundamental en el tratamiento del proyecto (redactado originalmente por el senador Soler, de la coalición gobernante) y hasta organizó una marcha de mujeres para que no perdiera estado parlamentario. Se enfrentó así a los conservadores de la Alianza Libertadora Nacionalista, al igual que a compañeros de su propio partido, reticentes a los cambios.

ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO efemérides EVITA

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