En una campaña caracterizada por el retraso en la toma de decisiones del productor respecto hacia qué cultivo ir, la soja asoma como una posibilidad importante para muchas de las hectáreas que estaban pensadas inicialmente para sembrar maíz.
"La campaña está totalmente influenciada por dos factores. Por un lado, el impacto que ha tenido la chicharrita sobre los rendimientos de maíz. Por el otro, la perspectiva de sequía por lo que pasó en el invierno y por una primavera en la que no arrancan las lluvias", resume Rafael Frene, Líder de Agronomía Enlist® de Corteva. Esta combinación de eventos está llevando a los productores a demorar su plan de acción, esperando mayores precisiones climáticas en cada región.
De todas maneras, desde Corteva estiman que la superficie de maíz caerá entre un 15 y un 25 %, que el sorgo compensará pasando de unas 800.000 hectáreas a aproximadamente 1.200.000 y que la gran "ganadora" en este contexto será la soja.
"El déficit hídrico previsto para el verano se va a dar mucho más claramente en la Pampa Húmeda, porque en los años Niña el efecto de sequía suele ser más agudo ahí, es decir donde se concentra el 75% del área sembrada", analiza el especialista de Corteva. "Y aunque la falta de precipitaciones también afecta a la soja, este cultivo la da al productor una ventana mucho más flexible, con variedades más cortas o más largas", añade Frene.
A este escenario "sojero" también contribuye el hecho de que la siembra tardía de maíz se ve amenazada por el riesgo de la chicharrita, plaga que en la campaña pasada ocasionó grandes pérdidas para el productor. "Es una campaña difícil, en la que se va a ir pensando fechas en base a una estrategia defensiva y a tratar de ir acertando ventanas de precipitaciones en los períodos críticos. Y el maíz está mucho más ajustado en eso", asegura Frene.
El mejor control de malezas
Si finalmente la estrategia del productor es ir a soja, desde Corteva hacen foco en algunas herramientas que pueden resultar clave para que el cultivo rinda el máximo posible. Una de ellas es Ligate®, un herbicida para el control de malezas de hoja ancha y gramíneas anuales/perennes en barbechos químicos y pre-siembra.
"Ligate es una herramienta muy importante porque es un producto residual muy efectivo en maíz guacho, que este año ha cobrado mucha relevancia y es fundamental para romper el puente verde de las distintas generaciones de chicharrita. Además su acción residual permite usarlo en presiembra antes de la soja para el control de gramíneas anuales", explica Rafael Frene.
Por otro lado, Corteva también propone dos herbicidas como Elevore® y Pixxaro®, formulados con la nueva molécula Arylex, muy eficaz para controlar las malezas que son resistentes a otros modos de acción, como los herbicidas inhibidores de ALS. La más importante es conyza o rama negra.
"Estos herbicidas se destacan por tres razones principales. En primer lugar, el excelente control de rama negra. Por otro lado, su baja residualidad, lo que permite dejar el lote abierto para que el productor pueda tomar su decisión más adelante y no atarse a un producto que lo condicione a un solo cultivo. Y, por último, son compatibles con los graminicidas y se pueden mezclar en tanque para una solo aplicación, no como otros productos que se suelen usar para controlar rama negra", concluye Frene.