Así lo determinó una investigación que se realizó en el Hospital Cullen de la ciudad capital. En una muestra de 156 pacientes que se estudiaron, casi un 30% manifestó alguna afectación en el corazón. La prevalencia fue más frecuente en hombres.
El Covid-19 afectó a la población mundial, en la salud de muchas de las personas que contrajeron la enfermedad, pero no solo durante el contagio, sino que muchas de ellas quedaron con afecciones y problemas de salud posterior a tener el virus.
Según un estudio que realizaron médicos y especialistas de la ciudad de Santa Fe, en el que analizaron una muestra de 156 pacientes que tuvieron esa enfermedad y se recuperaron, se llegó a la conclusión que sobre ese total, la prevalencia de afectación cardíaca (ACARD) fue del 28,8%. Es decir, casi un tercio padece alguna afección en el corazón.
En este estudio, que constó de una Resonancia Magnética Nuclear Cardíaca (RMC), además se conoció que la prevalencia de afecciones cardiológicas resultó ser más frecuente en hombres y en pacientes que requirieron internación y que cursaron cuadros de infección "no leve" (es decir, padecieron cuadros de moderados y severos hasta críticos).
Según los resultados, se obtuvo que las afecciones cardíacas detectadas con mayor frecuencia fueron dos, de tipo funcionales: la función sistólica del ventrículo derecho (DFSVD), en un 17,9% de los pacientes post Covid analizados, y la función sistólica del ventrículo derecho DFSVI, en un 13,4%.
La RMC permitió ver a los especialistas médicos cómo está la estructura del corazón en cada paciente post Covid, y de qué manera funciona dinámicamente, es decir, cómo se contrae y se relaja. Esto dio lugar, en el marco del estudio, a relacionar las alteraciones cardíaco-estructurales y del funcionamiento del músculo cardíaco, con un nivel de profundidad de estudio y de evaluación mucho mayor que otros métodos.
"Todos los hallazgos detectados con RMC quizás hubiesen pasado desapercibidos si se estudiaba cada caso de manera rutinaria, como por ejemplo con una ecografía o un electrocardiograma", le explica a El Litoral el Dr. Martín Maillo, referente del Depto. de Neumonología y Alergia del Hospital José M. Cullen, y uno de los participantes de la investigación.
El trabajo nació y fue impulsado desde el Cullen, pero en el mismo también colaboraron de forma interdisciplinaria especialistas de otras áreas sanitarias y de investigación, incluida la UNL. Además, este estudio fue admitido para ser presentado en el prestigioso Congreso Interamericano de Cardiología.
Continuidad del estudio
Cabe aclarar que este estudio continúa: "Esta es la primera evaluación que se hizo en un promedio aproximado de 40 días posteriores a que esos pacientes tuvieron el alta Covid. El seguimiento se hará hasta que estos pacientes analizados transcurran el año de haber padecido la enfermedad", añade Maillo. Dicha evaluación forma parte del Programa Post Covid del hospital, que en la actualidad cuenta con 630 pacientes en observación.
Con todo, se está recabando más información para saber si existió o no consolidación de los hallazgos cardiológicos. "A toda persona que se le detectó algo, esto le fue informado, para que pueda buscar la asistencia con su médico especialista -añade Maillo-. Lo que nosotros necesitamos ver es qué pasó en un determinado tiempo con estos hallazgos: si se trataron o no, si siguen las alteraciones, si mejoraron o se agravaron", afirmó a El Litoral.
Descubrimientos
"Hallazgos en resonancia cardíaca post Covid-19 en pacientes sin elevación de troponinas (quiere decir sin antecedentes previos de algún daño al corazón)", es el título del trabajo. "Logramos encontrar en este estudio es que en poco más de 1 de cada cuatro pacientes que padecieron Covid y se recuperaron tienen alguna afección en el corazón. Y hablamos de un abanico de personas que cursaron la enfermedad en sus casas, hasta otras que tuvieron en terapia intensiva", agrega el neumonólogo.
De todo este espectro de pacientes analizados, que conforman una muestra representativa -sostuvo el especialista-, "los hallazgos cardiológicos más frecuentes que encontramos se dieron en pacientes más severos, incluso críticos, y que eran en mayor proporción del sexo masculino. O sea que existió una relación entre la gravedad de la enfermedad (severidad del cuadro) y el sexo".
Edades y comorbilidades
El estudio realizó una discriminación por franjas etarias de la muestra, pero no se encontraron diferencias estadísticamente significativas.
Pero sí existió una relación estrecha con la internación, es decir, con un cuadro grave. "Ahora bien, ese cuadro grave fue más frecuente en pacientes con enfermedades previas, principalmente hipertensión, diabetes, antecedente de tabaquismo y EPOC", amplía el médico neumonólogo. En limpio, la mayoría de las personas donde se encontraron problemas cardíacos eran hipertensas, diabéticas o fumadoras.
Alteraciones funcionales
Las afecciones del corazón más frecuentes que se hallaron fueron, como se dijo, la DFSVD y la DFSVI. "Hablamos de problemas más de la funcionalidad del corazón. Y la buena noticia es que la frecuencia de miocarditis (que se considera una patología cardiológica más compleja) fue de 0,6%. La proporción de casos miocarditis es muy baja; y el realce tardío de gadolinio (RTG), una patología que puede tender a ser fibrosis (secuela) a nivel del músculo cardíaco, también fue baja", expresa Maillo.
La frecuencia en la aparición de estas últimas dos patologías más complejas es mucho menor a aquellas reportadas en estudios post Covid desde otros lugares del mundo. "Tanto la miocarditis como la RTG, de acuerdo a la bibliografía científica mundial, son mucho más frecuentes: aquí nosotros encontramos una prevalencia muy baja de estas afecciones en los pacientes estudiados", subraya el experto.
Los problemas cardíacos detectados, vale aclarar, son en mayor medida de tipo funcional. "Las alteraciones más frecuentes fueron aquellas en relación con la funcionalidad, y en menor medida aquellas que podrían reflejar impacto directo (inflamación, fibrosis, infección) sobre el corazón. Estas alteraciones de la funcionalidad (sin alteraciones tisulares) estarían relacionadas con la afectación cardíaca indirecta", precisa el estudio. Fuente: Con información de El Litoral.