Para culminar la jornada en conmemoración del 143° aniversario de la fundación-formación de la ciudad de Rafaela, esta noche fue oficiada la misa en honor a san Rafael Arcángel en la Catedral San Rafael, presidida por el obispo diocesano Pedro Torres y concelebrada por los sacerdotes Alejandro Mugna, Alexis Cardo (San Rafael), Luis Cecchi (Fátima), Eduardo Tomassini (San Cayetano), Alejandro Sola (Sagrado Corazón), Ariel Botto (San Antonio) y Oscar Sara (Santa Rosa).
Estuvieron presentes el presidente del Concejo Municipal Lisandro Mársico; los funcionarios municipales Germán Bottero (secretario de Gobierno) con su esposa Andrea Bertram, Norma Becchio (secretaria de Educación y Cultura), Silvina Bravino (secretaria de Hacienda y Finanzas), Patricia Imoberdorf (secretaria de Desarrollo Económico, Innovación y Empleo), Emilia Vidal (subsecretaria de Desarrollo Urbano y Metropolitano), Iván Viotti (secretario Privado y de Comunicación); las ediles Alejandra Sagardoy y Carla Boidi; entre otros.
Previamente, tuvo lugar la actuación de la Banda Municipal de Música que dirige Esteban Fernández con la interpretación de oberturas y propuso una oración Shalom por la paz en el mundo, y luego la oración especial al santo patrono San Rafael.
“Quiera el Señor concedernos hoy un corazón agradecido porque él entró en esta ciudad antes que se fundara, la sigue atravesando con su presencia y sigue pasando. El Señor nos regala su amor, su presencia y nos bendice”, fue el inicio de la homilía de Torres.
Y agregó: “En estos días rezando por la paz encontré un poema de la polaca Wisława (premio Nobel de Literatura en 1996), titulado ´Fin y principio´, destacando que después de cada guerra alguien tiene que limpiar, me hizo mucho bien porque es un signo de esperanza y de compromiso con un llamado a escuchar, que hemos compartido este año: escuchar sin juzgar y amando, que surge en la lectura de oración de Tobías, Dios nos escucha y nosotros tenemos que escucharnos, comprendernos, amarnos”.
Esta autora también tiene un verso que se llama Agradecimiento: “Me desconcertó porque comienza diciendo ´debo mucho a los no amo´, tal vez habría que agradecer a los que amo, lo leí por el día de la madre. Cuánto debemos nosotros a quienes no hemos conocido, a quienes nos proveen y trabajaron en los celulares, los autos, los caminos, los servicios. Cuánto debemos a quienes en la cosa pública trabajan para que podamos vivir dignamente. Cuánto debemos a quienes nos precedieron. Agradecer a quienes no conocimos, a quienes desde lugares remotos forman esa trama, esa telaraña que sostiene nuestro vivir; es asombroso descubrir cómo el mundo está conectado de una punta a la otra, como la experiencia de Abraham, el firmamento lleno de estrellas”.
En otra parte del sermón, dijo que “agradecer a los que no conocemos, a los que tal vez no amamos, ensanchar el corazón desde el agradecimiento de un amor de fraternidad, a un amor universal como indicaba hace un rato el padre Alejandro (Mugna). Es un día hoy de un canto de agradecimiento a los que nos precedieron, en un momento providencial porque estamos celebrando en la Diócesis. Las tres grandes devociones de los rafaelinos en los orígenes eran san Antonio, san Roque y el Corazón de Jesús. En 1900 había 800 socios del apostolado de la oración y este año se cumplen 100 años del altar del Corazón de Jesús, que antes estaba en un lateral (donde se ingresa a la capilla del sagrario). Hoy se le ocurre al Papa regalarnos una encíclica sobre el Corazón de Jesús («Dilexit nos»), una meditación para hacer ejercicios espirituales, una síntesis espiritual de su experiencia del amor de Dios y podemos leer todo su magisterio. Se viene a sumar a los regalos recibidos, reconociendo que estamos en camino y nuestra alegría es caminar juntos”.