Luego de realizado todos los actos protocolares por el 40º aniversario de la gesta de Malvinas, el Teniente de Navío Owen Guillermo Crippa brindó una especial conferencia en la escuela Técnica Guillermo Lehmann, sobre todo este proceso de “malvinización” que vienen llevando adelante los veteranos.
La historia del Teniente Owen Crippa es una de las proezas de guerra más significativas de la República Argentina sin lugar a ningún tipo de dudas, es más hasta representaciones y animaciones se han hecho en canales internacionales para tratar de poder explicar lo que significó aquel vuelo realizado el 21 de Mayo de 1982, donde divisó el desembarco de las tropas británicas y en plena retirada se escabulló entre los buques enemigos para no ser alcanzado por ningún arma enemiga, vuelo por el cual será recordado a la eternidad. Más allá de esta proeza, que puede ser encontrada fácilmente en google con poner solamente el nombre “Owen Crippa”, indudablemente, todos aquellos que lo conocen, saben que su trabajo después de la guerra fue mucho más profundo y simbólico que lo que fue en Malvinas.
Todos sabemos bien a esta altura como la sociedad y los distintos poderes políticos y militares terminaron mirando para otro lado cuando la guerra contra Inglaterra finalizó y donde se da lugar a un proceso malicioso llamado de "desmalvinización". La palabra Malvinas se terminaría transformando en una de esas que no están permitidas en la mesa. Pero que el paso del tiempo y el trabajo de los veteranos terminarían provocando un vuelco increíble en la concepción de toda la sociedad. “Desde el año 86 venimos manteniendo este proceso de reculturización para revertir esta mentira y esto fue, gracias a dios, introduciéndose en la conciencia social y la sociedad empezó a apoyarnos y por detrás de la sociedad, tanto políticos como militares se vieron obligados a atendernos” reconoció el veterano de guerra Owen Crippa en pleno acto en la escuela Técnica Guillermo Lehmann, quien detalló que “lo que está sucediendo hoy nos pone felices”
La guerra después de la guerra
Todo veterano que habla públicamente da cuenta de lo difícil que fueron los años post guerra, la indiferencia y malos tratos recibidos por haber sido parte de un conflicto bélico que para el país no terminaría resultando para nada bien, algo que desde su génesis fue erróneo y fueron ellos quienes debieron pagar por ese plato roto. Desde el año 1986 en adelante, que distintos veteranos comenzaron a reunirse en Santa Fe para tratar de visibilizar lo ocurrido en todos estos años, con veteranos con estrés pos traumático, problemas físicos y psícicos producto de la guerra y con un estado totalmente desaparecido para su atención y contención, lo que sin duda motivó a estos hombres a dar una vuelta de tuerca a todo esto.
De allí Crippa reconoció que iban conociendo los problemas de sus compañeros, ya sean físicos u económicos y a partir de colectas conjuntas se trataba de ayudar a esos muchachos que lo necesitaban hasta que en un momento se plantearon 4 objetivos. Atender las cuestiones de salud como punto prioritario; dar respuesta a las cuestiones laborales; hablar para revertir todo lo que se había mentido sobre Malvinas y el 4to punto era nada más y nada menos que "reculturizar".
En este trabajo de campo que realiza el veterano oriundo de Sunchales, reconoce que en de todas sus recorridas siempre se lleva esa "sorpresa" de las generaciones más jóvenes en el simple hecho de la atención que se presta a la hora de narrar sus vivencias de lo ocurrido en combate pero sobre todo de lo que pasó después del período de guerra, donde muchos veteranos lo califican como el período más oscuro por la falta de reconocimiento y esa especie de ocultamiento que había detrás de todo el tema, pero que a 40 años las cosas sin lugar a duda que son completamente diferentes, principalmente por este trabajo de "culturizar" y trasladar a los más jóvenes lo que significó todo este tiempo.
Un mensaje profundo
En cada diálogo, Crippa siempre deja de manifiesto que él no es un héroe, más allá de que toda la sociedad así lo vea, ya que según su punto de vista, esto era parte de su trabajo y obligación. “Nosotros solo hicimos lo que debíamos hacer. Yo como oficial de la Armada Argentina, entre a la Armada Naval porque yo quise, luego ingresé en la escuela de aviación Naval porque yo quise, nadie me obligó, yo me divertía haciendo tiros con aviones, navegando y volando, ya que el dinero que pagamos con los impuestos, se distribuía para que las fuerzas de las armadas tuvieran sus medios y me pagaban el sueldo, así que cuando sucedió el combate era una obligación. Era lo que nos habíamos comprometido con la sociedad” manifestó el oriundo de la localidad de Sarmiento, quien sin titubear trazó un paralelismo y afirmando su idea entonó “fijate que distinto sería, solo necesitamos de personas comunes, honradas, comprometidas, haciendo nada más y nada menos que lo que la sociedad pretende de ellos”.
Crippa enfatizó que desde su lugar se encuentra siempre presente, no solo en las fechas significativas por cuestiones de la batalla sino presente también en los medios, planteando la necesidad de continuar reclamando por esta tierra. “La Argentina está incompleta, le falta un pedazo, no tenemos soberanía, nuestros políticos deben pasar de ser simples ocupantes de sillones para transformarse en estadistas, conocedores de la historia y preparados técnicos, tanto del aspecto político como geopolítico y legal para atender a nuestro país, no debe ser solo un sillón usado para atender sus necesidades personales. El compromiso de los habitantes de nuestro país, siempre digo, debemos empezar a cambiar el punto de vista, dejemos de ser solo meros habitantes para pasar a transformarnos en ciudadanos, que respetan y cumplen las obligaciones, pero que exijamos nuestros derechos, no con piquetes, rompiendo plazas o iglesias, simplemente reclamando con la fuerza necesaria” finalizó el teniente Owen Crippa.
¿Qué pasó con el avión de Owen Crippa?
La otra historia -que no es tan conocida- es la del avión que voló Crippa en su épico vuelo. Veintitrés años más tarde de aquel suceso, las autoridades de la Armada Argentina decidieron vender el emblemático Aermacchi. Todos se preguntarán por qué, la respuesta solo es acorde a un país como Argentina. La Armada Argentina no contaba con un presupuesto para realizar la compra de repuestos para los helicópteros Sea King que debían cumplir la campaña antártica anual. Se decidió llevar adelante la venta de tres Aermacchi modelo 339 fuera de servicio a cambio de los repuestos necesarios. La nave fue adquirida por un particular que la llevó a los Estados Unidos y, de inmediato, la puso a la venta. Buscó hacer una diferencia promocionando la aeronave por su valor histórico. A la fecha Cripa se encuentra tratando de repatriar al avión a través de una campaña. El empresario ya manifestó su postura de regresar el equipo, con lo cual solo dependería del pago del mismo y que el arma de guerra pueda ser devuelta al país donde según explicó Crippa será exhibido para que todos los argentinos puedan conocer el avión que tiene una alta connotación muy especial "para todos los que sentimos que Malvinas es un reclamo que tiene que ser mantenido y buscar las herramientas distintas a la guerra para recuperarlas nuevamente".