Uno de los datos que celebró el Gobierno Nacional y que la gente no está acostumbrada a ver desde hace un tiempo, es la baja en el índice de Inflación. Con el 13,2% de inflación que el INDEC anunció en el mes de febrero, ha comenzado a querer mostrar índices de que va bajando.
Para comprender un poco más la baja en el número inflacionario, CASTELLANOS dialogó con el economista local, Guillermo Briggiler, quien detalló algunas de las medidas del Gobierno Nacional que influyeron directamente en este suceso.
Briggiler comenzó diciendo que es muy esperanzador que estemos viendo que el índice haya bajado porque es muy difícil lograr eso. “Se han ajustado tarifas, se ajustaron combustibles, pero cuando se ajusta una tarifa o se ajusta un combustible es porque estaba retrasado, porque lo tenían pisado, eso no corresponde a la inflación”, explicó.
Luego, esbozó una definición de inflación para explicar mejor lo que estaba desarrollando: “Inflación es aumento sostenido y generalizado de todos los precios de una economía”. Y completó: “El aumento, solo una vez, de la medicina prepaga o de los servicios públicos o de algunos peajes, como hemos visto, del combustible, no va generando inflación. Si es por una vez, eso no es inflación. Es por eso por lo que esperemos que no se sigan convalidando aumentos en el futuro y que solo sea que la economía sube un escalón”.
Uno de los problemas que el economista señaló, tiene que ver con que el precio de los productos en relación con los de otros países. Briggiler expuso el ejemplo de una manteca uruguaya que se comercializa en zonas cercanas a Rafaela y que compite con los precios de, por ejemplo, lácteas de la zona que no tienen el costo de lo que implica la importación de dicho producto. “La manteca que fabricamos acá en la esquina, está compitiendo con una manteca importada que se fabrica a mil kilómetros de distancia y que es traída refrigerada hacia nuestro país”, ejemplificó.
Siguiendo con este ejemplo, Briggiler detalló cuáles son las causas de los precios altos en los productos de nuestro país. “Los inconvenientes de estos costos los vemos en los costos del trabajo, no tanto los directos, sino en los indirectos, como pueden ser la industria del juicio, el costo de despedir o la falta de flexibilidad en la posibilidad de contratar nuevos empleados”, argumentó. Y agregó: “por supuesto, también lo que corresponde al costo impositivo, es decir, Argentina tiene un IVA del 21% que hay que cargarle al producto, más los ingresos brutos, más algunos impuestos municipales y algunos costos de comercialización, como por ejemplo las comisiones que se cobran con tarjeta de crédito y demás; todo eso encarece nuestros productos mucho en relación con los productos importados”.
Por último, Briggiler analizó algunas de las decisiones del ministro de Economía de la Nación, a quien le atribuyó la baja de la tasa pasiva, las imposiciones a plazos fijos y la tasa de política monetaria, explicando que “esto va a traer en esta gran recesión que tenemos, un poco de crédito y un poco de alivio para que el crédito empiece a motorizarse y empiece a moverse un poco más nuestra economía”.
Y concluyó: “Lo otro importante de la baja de la tasa pasiva, es decir, de la baja de la tasa de política monetaria, es que aquellas viejas Leliqs, aquellos pasivos remunerados del Banco Central, que en el gobierno anterior no paraban de crecer los productos de inflación y de la suba de tasas en este momento, van a quedar por debajo de la inflación, por la baja de tasas, por lo tanto, no se van a motorizar, no van a ir creciendo de manera normal. Arreglamos la macro, bajamos la inflación y luego empezamos a crecer”.