La entidad gremial nació el 7 de noviembre de 1947 y desde entonces continúa en firme crecimiento, sin ignorar los desafíos y obstáculos que plantean las coyunturas políticas y el futuro inmediato.
Durante la segunda mitad de los años ’40, cuando los trabajadores de todas las ramas de la actividad ganaban derechos y aceleraban, al amparo de una nueva etapa política en el país que por primera vez los ponía en el lugar que correspondía a su participación en la generación de riquezas de la Argentina. Así, el 7 de noviembre de 1947 nacía la Asociación del Personal Usina Municipal de Rafaela y en ese mismo momento surgía la semilla que prosperaría para convertirse luego, con el paso de los años, en el Sindicato de Luz y Fuerza de Rafaela.
A 76 años de aquél hito fundacional, Luz y Fuerza de Rafaela es una organización gremial consolidada, que además de contar con afiliados consustanciados en los mismos valores y principios que llevaron a su formación, también proyectan el futuro.
Sebastián Beccaría, actual secretario general del Sindicato, rescata esa realidad actual. “El año pasado, cuando hicimos la gran fiesta en la que celebramos los 75 años de nuestra institución, el mensaje que transmitimos a nuestros afiliados tenía que ver con los muchos desafíos que fueron afrontados en estas décadas. Desafíos que implicaron resolver necesidades materiales, pero también enfrentar etapas de persecución a dirigentes sindicales que defendían los derechos conquistados. Así que siempre tuvimos en claro esos objetivos que se fijaron en el acta constitutiva de aquél 7 de noviembre: organizar a los trabajadores, estrechar vínculos de solidaridad gremial e institucional; conquistar mejores condiciones de vida y de trabajo; asumir la defensa de los afiliados en todos los casos que se susciten por cuestiones de trabajo o causas que afectan la integridad y propósito del gremio. Todos esos principios están en nuestras actas constitutivas y son el Norte al cual apunta siempre la brújula que debemos seguir”.
Las obras realizadas
Para Beccaría, “todo lo que el gremio consigue no se logra con uno o dos dirigentes: se consigue con un equipo de trabajo que está consustanciado con esos objetivos. Un ejemplo son las obras que ya hicimos y la proyección que tenemos para continuarlas. Hoy contamos con una sede moderna, reconstruida prácticamente en su totalidad, que para los afiliados es una segunda casa, porque aquí es donde encuentran servicios que mejoran su calidad de vida y también contención cuando hay situaciones que los afectan en lo laboral, en lo familiar, en su salud, e incluso en la organización de sus tiempos de recreación”.
Además de los beneficios propios de la pertenencia del Sindicato a la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza, el gremio dispone también de instalaciones propias. “Tenemos la colonia de vacaciones 7 de Noviembre en Cosquín, provincia de Córdoba, con ocho cabañas totalmente equipadas, que fueron remodeladas y puestas a nuevo durante el período en que el turismo estuvo cerrado por la pandemia. En Rafaela tenemos tres departamentos monoambientes, en lo que era nuestra antigua sede de calle Córdoba, que inauguramos el año pasado y sirven para albergue de los afiliados que llegan a Rafaela desde nuestras filiales o localidades de la región por motivos de salud”, destaca Beccaría.
Sin embargo, el proyecto más ambicioso siempre es el que está en marcha. Y en este caso se trata del nuevo campo de deportes e instalaciones sociales. Mediante y convenio con inversores privados, los afiliados resolvieron aceptar una propuesta que consiste en la construcción de un nuevo campo de deportes, que albergará piscina, canchas de fútbol y otros deportes; más un salón social con capacidad para unas 500 personas, con lugares de estacionamiento, vestuarios y amplios espacios verdes. El mismo se está construyendo en un predio ubicado en la prolongación de avenida Luis Fanti y adyacente a la Estación Transformadora Oeste de la EPE. Una vez terminado y entregado este predio, el Sindicato cederá a los inversores el predio de barrio Belgrano donde actualmente funciona el campo de deportes, sin que todo este proceso signifique erogación alguna para el Sindicato, que dispondrá de instalaciones modernas, funcionales y adaptadas a las necesidades actuales de los afiliados, en una zona en plena expansión, que constituye ya uno de los principales accesos a la ciudad.
El desafío de lo que viene
En cuando a la labor gremial, Beccaría destacó como un gran avance la eliminación del Impuesto a las Ganancias que venían pagando los trabajadores. “Fue uno de los reclamos más intensos de los afiliados en los últimos años y finalmente fuimos escuchados. El salario nunca puede ser considerado una ganancia y esto fue entendido, por lo que esperamos que no vuelva a instaurarse un tributo de esta naturaleza”.
El secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza de Rafaela recordó que “en los años ’90 todos los Sindicatos de Luz y Fuerza de la provincia llevamos adelante una fuerte lucha, cuando algunas corrientes políticas pretendieron afectar el carácter estratégico de la Empresa Provincial de la Energía, entregándolas a la aventura de las privatizaciones. En Santa Fe hubo un pésimo ejemplo de lo que significan las privatizaciones, con lo que sucedió con los servicios de aguas y cloacas y la experiencia de la ex Aguas Provinciales. Las privatizaciones en el sector energético también dieron resultados visibles en Buenos Aires, donde la desinversión trajo como consecuencia la precarización de los servicios. Lo vemos todos los veranos con los cortes que se dan durante semanas enteras, dejando sin servicio a miles de usuarios. No queremos la misma suerte para Santa Fe”.
Por eso, Beccaría advirtió que “ahora se vuelve con el mismo discurso, reivindicando experiencias muy malas. Sabemos que hay muchos ciudadanos desencantados con la política, que no se sienten representados por sus dirigentes y que están enojados por lo que nos pasa como país. Nosotros también lo sentimos, no somos necios, sufrimos la inflación y muchas cosas que nos afectan a los trabajadores, pero no podemos perder de vista lo que nos dicen desde algunos sectores: que por el solo hecho de trabajar para una empresa del Estado estamos robándole plata a otros ciudadanos, o que son nuestros derechos los que encarecen los servicios a la población. Son los mismos que no discuten nunca los privilegios de los sectores que se hacen millonarios con la fuga de capitales y la especulación financiera. Nosotros somos trabajadores y debemos tener conciencia de todo lo que está en juego cuando nos denigran y nos atacan en conquistas que llevaron muchos años y sacrificios conseguir”, cerró.