"El Papa se encuentra en buenas y estables condiciones; no tiene fiebre y su situación respiratoria está mejorando claramente". Esta es la última actualización sobre la salud del Santo Padre dada este lunes por Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Papa Francisco estuvo sufriendo una "inflamación pulmonar", como él mismo dijo el domingo, cuando apareció por videoconferencia en su discurso del Ángelus dominical.
Bruni confirmó que la tomografía computarizada a la que se sometió el Pontífice, a primera hora de la tarde del sábado, en el Hospital "Gemelli" de la isla Tiberiana de Roma, "descartó una neumonía, pero mostró una inflamación pulmonar que ha causado algunas dificultades respiratorias".
"Para aumentar la eficacia del tratamiento, se insertó una aguja de cánula para la infusión de terapia antibiótica intravenosa", dijo Bruni.
Actividades reprogramadas
Bruni añadió que, "para facilitar la recuperación del Papa, se han pospuesto algunos compromisos importantes previstos para los próximos días, para que pueda dedicarles el tiempo y las energías necesarios".
Sin embargo, dijo, "se mantuvieron otras, de carácter institucional o más fáciles de soportar, dado su actual estado de salud".
De hecho, Francisco recibió este lunes en audiencia al presidente del Paraguay, Santiago Peña, en su residencia de la Casa de Santa Marta.
Por otra parte, el domingo por la mañana, el Papa rezó el Ángelus por videoconferencia desde la capilla de su residencia en la Casa Santa Marta, para evitar exponerse al frío otoñal en la ventana del Palacio Apostólico.
Ante las aproximadamente 12.000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro, dijo: "Hoy no puedo mirar por la ventana, porque tengo este problema de inflamación en los pulmones. La reflexión será leída por monseñor Braida, que las conoce bien porque es el que las escribe, y siempre las hace tan bien. Muchas gracias por su presencia". A continuación, monseñor Paolo Braida, jefe de la Oficina de Coordinación de los Discursos Pontificios de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, leyó la catequesis preparada, y el Papa Francisco ofreció la bendición final.