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"El mundo contra mí": por qué hay personas que viven en el rol de víctimas

Sufren ellas. Sufre el entorno. Las personas que adoptan en forma permanente el rol de víctimas hacen de la queja su principal arma, ponen la culpa afuera, viven en un estado de malestar constante y suelen desarrollar rencor hacia los demás. En el fondo, "necesitan que todo esté mal" para sentirse en su ambiente, explica el psicólogo Flavio Calvo.
"El victimismo es un tipo de actitud que adoptan algunas personas que consciente o inconscientemente se ponen en papel de víctimas frente a los otros, con el propósito de obtener beneficios o pseudobeneficios (como el de no asumir responsabilidades) que, en realidad, terminan siendo perjudiciales", explica el terapeuta.
La culpa, siempre afuera
"Para la persona que se victimiza, la culpa de lo que le sucede siempre es de los demás. Siempre son los otros los responsables de lo que le sucede y hay poco que pueda hacer por sí misma", dice Calvo.
Sus reclamos de cabecera son "nadie me tiene en cuenta, nadie piensa en mí, nadie se pone en mi lugar". Y como la culpa es siempre de los otros, "muchas veces desarrolla rencor hacia los demás".
En esa especie de círculo vicioso, "después del rencor no puede perdonar, lo que le permite regodearse en su victimismo, en el estar siempre mal y justificar así su malestar".
¿Cuáles son los supuestos beneficios de quien se victimiza? Muchas veces el de tener la atención, cuidados, protección y miradas de otro, enumera.
Buscar los orígenes
Según el psicólogo, quienes adoptan este rol "suelen ser personas que han tenido poco afecto verdadero, no fueron validadas sus emociones, pudieron ser objeto de rechazo y no encontraron una salida en el desarrollo personal".
"Quien vive victimizándose puede actuar de esa manera toda su vida, sin percibir el juego al que está jugando, pero si percibe lo estancada que está su vida, con lo poco que se está conformando, puede realmente comenzar a hacer un cambio", plantea.
Cómo abandonar
el rol de víctima
"En ocasiones, estas personas pueden notar que a largo plazo el papel de víctima solo las estanca y las hace vivir con sentimientos negativos como el resentimiento y la ira. Pueden ver que la supuesta ganancia es momentánea, y que no se compara con todo el peso de las pérdidas", se explaya.
Ese tomar conciencia funciona como un clic que puede llevarlas a buscar un cambio personal para empezar a vivir y relacionarse con los demás de otra manera.
"Cualquier persona que es víctima de algo negativo merece respeto y ayuda, pero cuando esto se convierte en una herramienta de manipulación, deja de ser víctima para convertirse en perseguidora. En esos casos, la ayuda psicológica puede acompañar y guiar el cambio de esos patrones de conducta que no son beneficiosos para ellas ni su entorno", concluye Calvo.

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