Hace mucho tiempo que algunos vienen tratando de esconder la basura debajo de la alfombra. Y para ello hablan al oído de sus superiores inmediatos contando 'historias que no son verdaderas' o vendiendo 'espejitos de colores' vaya a saber con qué intenciones. O recepcionando información calificada qué, en algunos casos es volcada hacia el lado de la justicia o de la Fiscalía para que investiguen; y en otros es 'resguardada' y 'más resguardada' también vaya a saber con qué intenciones. El flagelo de la droga es muy preocupante en Rafaela y la región y también en todo el territorio provincial. Hasta el momento pareciera que los ataques sicarios se han detenido tras la intervención de la Fiscalía Regional. Pero con Ramallo y sus secuaces, nunca se sabe...
Durante algun tiempo algunos trataron de hacerles creer -no solo a los rafaelinos sino a sus propios superiores- que lo que ocurría en la ciudad con las balaceras y ataques estaba casi todo relacionado con problemas interpersonales entre individuos que decidían dirimir sus diferencias a los tiros por las calles de la ciudad a cualquier hora y en cualquier lugar. Con el paso del tiempo y gracias a la intervención de la Fiscalía Regional con los fiscales Gabriela Lema, Fabiana Bertero y Nicolás Stegmayer y tras las audiencias desarrolladas durante el mes de febrero pasado, pudo llegarse a conocer en profundidad -al menos desde la visión de los investigadores- que lo que teníamos desde hacía tiempo en Rafaela eran grupos de personas que respondían a otras de un poder de decisión más encumbrado, y cuyo objetivo principal era causar temor, tomar represalias y hasta asesinar -en principio-, a aquellos con los que mantenían diferencias desde hacía mucho tiempo en todo lo relacionado al negocio de la venta y comercialización de estupefacientes; y que además tenían planteados objetivos de consolidar un poder territorial importante para que luego el narcotráfico pueda desarrollarse, consolidarse y crecer, en una ciudad que tiene 'mucho para ofrecer' en ese sentido.
Once acusados
Tras una saga de homicidios y ataques súmamente violentos, finalmente la mayoría de los integrantes del denominado Clan Ramallo fueron detenidos y llevados a audiencias imputativa y de medidas cautelares presididas por la Jueza Cristina Fortunato, tras las cuáles 11 personas quedaran en prisión preventiva imputadas de conformar una asociación ilícita con roles determinados y a la que los fiscales Gabriela Lema, Nicolás Stegmayer y Fabiana Bertero les achacaron tres homicidios, nueve tentativas criminales y otros delitos. Según la acusación, el jefe de la bada no era otro que Evelio “Yiyo” Ramallo, un hombre de 36 años que tuvo un rápido ascenso en el universo de la narcocriminalidad santafesina y que de acuerdo a la pesquisa tenía o tiene contactos aceitados en Rosario con integrantes de la denominada banda de Los Monos.
Asociación ilícita
La fiscal Lema -que llevó la voz cantante en las audiencias- sostuvo que “las personas investigadas integraban una asociación ilícita que tuvo como objeto la comisión de delitos, de forma habitual y continua, en Rafaela entre el 1º de agosto de 2021 y el 27 de febrero de 2022, fechas de los allanamientos y las detenciones”. Asimismo, remarcó que “cada uno de los integrantes tuvo roles distintos, realizó aportes y acciones, en forma grupal o individual, necesarios para que la asociación ilícita pueda mantenerse en el tiempo”.
En ese sentido, les atribuyeron haber cometido al menos once delitos, entre ellos los homicidios de Ruddi Leonel González, Miguel Angel "Mosquito" Mendoza y Marcelo Ariel Sánchez; y las tentativas de homicidio de otras nueve personas.
Los integrantes
“La asociación ilícita que estamos investigando tiene al menos 21 integrantes. En este caso, a nueve de las 11 personas que llegaron a la audiencia (seis mujeres y cinco hombres) se les impuso prisión preventiva sin plazo mientras que la jueza dispuso la prisión domiciliaria para las otras dos personas acusadas”, aclaró en su momento Gabriela Lema.
La extensa audiencia en los Tribunales de Rafaela, bajo un estricto cerco de seguridad y con las calles valladas, fue seguida por videoconferencia por 'Yiyo' Ramallo, quien está detenido en la cárcel federal de Marcos Paz. Los demás imputados fueron su madre, Evangelina F., de 54 años; su hermana, Natalí R., de 27; su pareja, Eunice T., de 33; Mauricio S., de 22 ; Lucas R., de 25 ; Diego A., de 21; Camila Y., de 28; Ezequiel L., de 22; Yanel A., de 21; e Ileana R., de 18 años. Estas dos últimas quedaron bajo prisión domiciliaria. Mientras por otras personas se emitieron órdenes de captura, tal el caso de la "Gringa Jara".
En la presentación fiscal se achacó a Yiyo Ramallo ofrecer el pago de una suma de dinero a tres personas aún no identificadas para que el 3 de agosto de 2021 dieran muerte a Ruddi Leonel González disparando a la víctima con un arma de fuego calibre 9 milímetros; y a otras dos personas de su grupo pagarle para que el 21 de diciembre de
2021 asesinaran a Miguel Ángel Mendoza y a Marcelo Ariel Sánchez, disparándoles a las víctimas con un arma de fuego calibre 38 en el barrio Italia de Rafaela.
En cuanto a Ezequiel David L., además de ser parte de la asociación ilícita, le endilgaron delitos de violencia de género, privación ilegítima de la libertad, rapto y lesiones leves calificadas en perjuicio de una joven identificada como Antonela P.
Los roles
Según la investigación, la banda daba a cada integrante distintas funciones. En ese sentido, Eunice T. y pareja de Yiyo formaba parte de la logística y según los fiscales “no tenía modo de acreditar el dinero que poseía ya que se dedicaba a la venta de pan”. Evangelina F., madre del líder y cotitular con él de una cuenta bancaria, cumplía un rol preponderante en la organización como gerenciadora del dinero de la asociación ilícita. En cuanto a la hermana del jefe, Natalí R., le adjudicaron el rol de organizadora y recaudadora de la banda además de estar vinculada con el manejo de las armas y el tráfico del dinero.
Las otras personas imputadas en la audiencia como miembros de la asociación ilícita en carácter de coautores integraban un subgrupo autodenominado “Los Gatos” y liderado por Mauricio T. S., apodado “Rengo patas flacas”, de 22 años y Lucas M. R., de 25 años, bajo cuyas órdenes actuaban los menores (no fueron acusados) Laureano A., Agustina I., Tomás L. y Kevin C.
Otro subgrupo estaba integrado por mujeres a las que se les imputó ser “entregadoras” de las personas a asesinar y por eso fueron acusadas Yanel R. A., de 21 años; Ileana Morena R., de 18 y Camila S.Y., de 28 años. En tanto también quedó acusado como coautor de la asociación ilícita Ezequiel David L., de 22 años.
Al mismo nivel que Yiyo, dentro de la banda, hay una mujer que estuvo prófuga hasta que finalmente se entregó en Fiscalía y quedó también detenida. Se trata de Tamara “La Gringa Jara” San Lorenzo, de 23 años, quien ocupó el rol de organizadora y tuvo a su cargo la logística de la asociación ilícita. Según los fiscales, proporcionaba alojamiento a los miembros que no eran de Rafaela ya que había sicarios que llegaban a “La Perla del Oeste” desde Rosario y Santa Fe, proveía vehículos y armas para llevar adelante las misiones encargadas como así también recolectar las ganancias y abonar los gastos generados por la asociación. La fiscal Lema manifestó sobre ella que “Tamara es la gestora de la violencia armada” de la banda.