Los plazos van corriendo y el espacio que desde lo normativo se generó el Banco Central (BCRA) para asegurar sus fuertes compra de reservas en la primera etapa del Gobierno -al congelar la demanda heredada y al fijar al 13 de diciembre como fecha de reinicio de flujos de pagos vinculados a las importaciones y, a la vez, escalonarlos según la nomenclatura aduanera- se volverá a estrechar desde esta semana.
Será así porque desde mañana quedarán habilitadas para acceder al mercado las MiPymes, razonablemente exceptuadas de recurrir al Bopreal, para cancelar las deudas por USD 500.000 acumuladas con proveedores del exterior. Además, en adelante arrancará la tercera etapa del nuevo esquema de pagos del flujo de importaciones.
La situación tiene a operadores y analistas sacando cuentas para tratar de establecer cuál será el nuevo equilibrio entre oferta y demanda de la plaza cambiaria y, consecuentemente, cuál será el impacto en la capacidad de compra del BCRA, que se alzó con USD 6939 millones en la actual gestión. Claro que lo hizo tras un diciembre que fue "el peor mes en términos de pagos de importaciones desde que se poseen datos (2003)" y un cambio del sistemas de SIRA a SEDI que generó una pausa en el acceso al MULC "aprovechado por el Banco Central para maximizar la acumulación de divisas", recuerda el economista Nery Persichini, de GMA Capital.
Los datos dicen que la entidad a cargo de Santiago Bausili compró un promedio de USD 238,6 millones por rueda durante diciembre, tras la devaluación del peso. Pero ese promedio ya cayó a USD 148,7 millones en enero y a USD 110 millones en la 7 jornadas cambiarias transcurridas en lo que va de febrero.
La duda es qué puede pasar ahora que arranca lo que se podría denominar como la tercera etapa del nuevo esquema de pagos de importaciones y quedó allanado el camino para que las MyPymes demanden montos de hasta USD 50.000.
Un poco de historia reciente
Tras el cambio de Gobierno, el Banco Central debía generar condiciones para recomponer su tenencia de reservas. La entidad llegó en situación de quiebra técnica y con una tenencia de reservas netas (propias) negativa de USD 11.200 millones. La cifra escala hasta los USD 15.200 millones si se mide en términos líquidos, según los datos publicados por días atrás por FMI. Es decir, no había dólares en las arcas. Y ese rojo no resultó aún mayor sólo porque, a la vez, se dejaron importaciones impagas por unos USD 42.600 millones.
En la necesidad de comenzar a revertir rápido ese cuadro se basó lo resuelto el 13 de diciembre por el BCRA, al asumir su nueva conducción y disponer una devaluación del 54%, al tiempo que se procedió a liberar el flujo de pago de nuevas importaciones, dejando congelado el stock de deuda "heredado". De este modo, en esa primera etapa sólo tuvieron acceso al mercado cambiario oficial los pagos vinculados con compras de energía o el turismo que, según cálculos de Facimex Valores, representaban apenas 22% del monto total usual de importaciones.
Sólo 30 días después comenzaron a habilitarse los pagos por medicamentos y gran parte de los servicios -excluyendo turismo- y el primer cuarto de las importaciones vinculadas con el ingreso al país de bienes -representan el 60% del total general- por la aplicación de un sistema escalonado de permisos, que implica liberar un 25% cada 30 días. En la práctica, eso significó dar acceso al 49% del pago de las importaciones. Esos porcentajes en alza explican la progresiva declinación de las compras oficiales de dólares.
Ahora, y dado que se empezará a cumplir progresivamente ese segundo plazo, deben quedar habilitados desde esta semana pagos por el 50% del monto referido a las mencionadas operaciones. A eso se agregaría una demanda estimada en unos USD 400 millones de las MiPymes. Ya en adelante restan sumarse los pagos vinculados con servicios personales y recreativos (90 días) y los referidos a importaciones de autos y bienes de lujo (180 días).
Para el economista Amílcar Collante, del Centro de Estudios del Sur (Cesur), la habilitación de nueva demanda, condicionada también por la dinámica de la oferta, "hará caer hasta los USD 70 millones el saldo promedio de compras diarias del BCRA, incluyendo algunas ruedas con ventas circunstanciales como la registrada a fin de enero, cuando se atendió el pago de una Obligación Negociable privada", si se proyecta la dinámica vista hasta aquí en el mercado.
"Se va ir equilibrando más oferta y demanda, sin duda, al menos hasta la llegada de la cosecha gruesa", sostiene el analista.
Una estimación similar hace el analista Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras. "Si el volumen de liquidaciones se mantiene en los niveles actuales podríamos pensar que las compras del BCRA caerán un 30% promedio, profundizando la dinámica que ya vienen mostrando desde hace algunas semanas", explica.
El trance por recorrer hasta la llegada de la próxima cosecha es lo que hace que el mercado espere, además, una readecuación de la política cambiaria en los próximos meses (es decir, el abandono del crawling peg al 2% mensual), aun cuando el Gobierno intente demorarlo.
En adelante no parece haber nubarrones, en especial tras la lluvias de los últimos días. La Consultora Neix, por caso, estima que la oferta de dólares en 2024 "sumará unos USD 13.000 millones más de exportaciones vinculadas al sector agropecuario y otros USD 2000 millones más por una balanza comercial energética que pasará a ser superavitaria", en relación al 2023.
A eso estiman que se suma un "ahorro" de USD 7000 millones por menos importaciones, una caída vinculada con la recesión local. Al respecto, lo único que sube son las necesidades financieras, ya que hay obligaciones por USD 2200 millones más que en 2023, explicadas por los pagos de bonos en moneda extranjera. Y resta saber que sucederá con el FMI, ya que el desembolso hecho en los últimos días de enero compensa las necesidades que hay con el propio organismo hasta abril.