El arzobispado de Rosario expresó su "dolor" por el decreto de la provincia de Santa Fe que dispone la suspensión hasta el 21 de mayo de la realización de "todo tipo de actividades y eventos religiosos en lugares cerrados".
En este sentido, adhirió a la declaración del Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (Calir) cuestionando por "incomprensibles" las restricciones a la libertad religiosa y pidiendo a las autoridades evitar prohibiciones "innecesarias e inconsultas", y que exceden sus atribuciones, en el marco de las prevenciones sanitarias.
El comunicado lleva la firma del vicario general del Arzobispado de Rosario, monseñor Emilio Cardarelli.
Texto de la declaración
Con dolor vemos que en nuestra provincia de Santa Fe, una vez más, por decreto, la máxima autoridad civil ha dispuesto mediante el Decreto 0458 del día de la fecha, coincidiendo con la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, Patrona de Nuestra Patria, la suspensión hasta el 21 del corriente de la realización de todo tipo de actividades y eventos religiosos en lugares cerrados.
No podemos menos que adherir en su totalidad a lo que expresara en su declaración del 4 de mayo próximo pasado, el Consejo Argentino para la libertad religiosa cuando afirma en uno de sus párrafos: "Al comienzo de la pandemia del Covid-19 la Corte y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos recordaron a los gobiernos que las legítimas medidas sanitarias para proteger la salud pública nunca podían implicar la suspensión de los derechos fundamentales, entre ellos la libertad religiosa. Y que las medidas restrictivas de derechos debían ajustarse a parámetros muy estrictos, tales como ajustarse a los principios de estricta proporcionalidad, temporalidad, legalidad (ser impuestas por ley formal) y no discriminación. Constatamos con tristeza que esos límites han sido y siguen siendo transgredidos en la Argentina" y nosotros añadimos, como si fuera necesario, en nuestra Provincia.