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Dólar, reservas, inflación y salarios: cómo llega la economía a las elecciones

La proximidad de las elecciones generales del 22 de octubre que podrían definir al próximo presidente reflejan una economía que afronta una serie de fragilidades, algunas incluso más marcadas que cuando se celebraron los comicios primarios a mediados de agosto. La inflación subió un nuevo escalón, el dólar –oficial y paralelos– pegaron un salto, los salarios todavía esperan si las medidas de recomposición de los últimos 45 días podrán amortiguar el impacto de la devaluación y la aceleración de precios, mientras la actividad económica busca mantenerse a flote en ese contexto.
Los últimos síntomas que mostró la economía, en la recta final antes del nuevo paso por las urnas, son los de una dinámica cambiaria tensa a lo largo de octubre, que recién encontró algo de calma sobre el cierre de la semana. El dato de inflación de septiembre sorprendió a los analistas del sector privado, que esperaba una cifra por debajo del 12,7% que informó el Indec.
Los distintos sectores económicos muestran signos de agotamiento en el impulso que, algunos, sostenían a lo largo de 2023 incluso en contexto de sequía -que en los números globales de actividad económica empujaban la cifra general hacia abajo- y de restricciones a las importaciones.
Inflación
Los dos datos de suba de precios que se conocieron después de las PASO fueron los dos más críticos de toda la gestión del Frente de Todos. Y estuvieron marcadamente influenciados por el hecho central para la economía de los últimos meses: la devaluación del tipo de cambio oficial en el primer día tras las elecciones primarias, que llevó al dólar mayorista a $350, valor en el que quedó estacionado desde ese momento.
El impacto fue inmediato. El índice de precios de agosto, que tuvo solo medio mes con la devaluación incorporada, fue de 12,4% y de esa manera el IPC llegaba a los dos dígitos mensuales por primera vez en dos décadas.
En septiembre no hubo desaceleración, como esperaban en el mercado y, hasta entrado octubre, en los despachos oficiales. Y septiembre marcó así un 12,7% que elevó a más de 100% el acumulado de los nueve meses transcurridos de 2023. Como comparación: el dato de julio, previo a las elecciones PASO, fue de 6,3% y ese momento el acumulado de los primeros siete meses era de 60,2 por ciento.
“Con el dato de septiembre, el IPC anota su bimestre de mayor variación febrero-marzo de 1991. Lamentablemente, con el último dato, Argentina registra su inflación anual más grande en 32 años. Con los primeros datos de octubre, el ritmo de suba de los precios apuntaba a que el IPC del mes volvería a estar en un dígito y cerraría por debajo del 10 por ciento. Sin embargo, con la profundización de la corrida contra el peso y el arrastre de septiembre, lo más probable es que el mes vuelva a estar en los dos dígitos”, estimó el analista de Libertad y Progreso Eugenio Marí.
Dólar y reservas
La recta final de la campaña hacia las elecciones del 22 de octubre encontró al mercado cambiario con un escenario de marcada volatilidad. La semana pasada el dólar blue llegó a superar los $1.000 antes de retroceder sobre el cierre de la semana. Las condiciones macroeconómicas que siempre influyen en el mercado cambiario -y más con la cercanía de las elecciones- más un cruce político entre el oficialismo y el candidato libertario Javier Milei, que recomenzó a los ahorristas desarmar sus plazos fijos en pesos, sumaron elementos para una tormenta perfecta.
El Banco Central, además, tuvo que intervenir con mayor fuerza en el mercado cambiario, tanto en el segmento mayorista como en los paralelos -principalmente el contado con liquidación a través de su tenencia de bonos-. En números concretos: a las PASO el ente monetario llegó con USD 23.668 millones de reservas brutas. A una semana de las elecciones generales, esa cifra es levemente mayor: USD 25.224 millones.
En el medio, el Gobierno sumó un desembolso de USD 7.500 millones del Fondo Monetario Internacional que le sirvió como colchón para afrontar estos dos meses. Agosto terminó con compras en el BCRA por USD 1.246 millones, en septiembre recortó compras hasta USD 527 millones y ya en octubre registra, hasta esta semana, una pérdida cercana a los USD 720 millones.
Actividad económica
La economía mostró algunos síntomas de agotamiento en los últimos indicadores, que aunque tienen algo más de rezago, empezaron a reflejar sus primeras reacciones a la devaluación post PASO. De todas formas, hay sectores claves del entramado productivo que están lejos de mostrar situaciones de desplome.
“El Indec difundió el resultado del PBI del segundo trimestre, que exhibió su primera baja (4,9% interanual y 2,8% trimestral en términos desestacionalizados) desde la pandemia, en línea con la sequía histórica. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) ya lo había anticipado (-4,4% i.a. en abril, -5,5% i.a. en mayo y -4,4% i.a. en junio), además de advertir una baja más generalizada a nivel sectores en el sexto mes del año, alcanzándose una caída del 0,7% i.a. en el agregado exceptuando al agro”, resumió un informe de Fundación Capital.
En ese sentido, datos del Indec hasta agosto inclusive -última información disponible- dieron cuenta de que hubo ese mes una caída de 1,2% en la construcción respecto al mes anterior y de 3% respecto a igual mes del año previo. El acumulado del período, a su vez, presentó una contracción de 2,7% en comparación con similar tramo del año previo.
La actividad industrial, por su parte, mostró una variación positiva del 0,5% respecto de julio en la serie desestacionalizada, al tiempo que se contrajo 3,1% en comparación con un año antes. El acumulado enero-agosto de 2023 presentó estancamiento.
El consumo y las ventas del comercio sintieron rápido la devaluación y la escalada inflacionaria. En agosto el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio mostró un retroceso de 0,9% en la comparación interanual, lo que implicó una mayor contracción desestacionalizada de 1,8% frente a julio.
“Esto se da en un escenario económico con un salto discreto del tipo de cambio a mitad de mes y un correspondiente incremento de precios, dando por resultado una inflación de 12,4% en agosto 2023 con una interanual de 124,4% y una acumulada anual de 80,2%. Asimismo, el poder de compra de los hogares se vio notoriamente reducido (una disminución de 17% de ingreso disponible), consolidando una tendencia de mediano plazo a la baja”, aseguraron desde esa cámara.
Salarios
La cuestión del poder de compra de los ingresos está ligada a ese último punto. Los datos oficiales de salarios según la medición del Indec llegan todavía solo hasta julio, el momento antes de la devaluación post PASO. Hubo una primera aproximación a esa cuestión en una medición más acotada que hizo el Ministerio de Trabajo.
Según el Ripte, que mide los salarios registrados estables, las remuneraciones de ese segmento del mercado laboral tuvieron en agosto un aumento de 5,9%, por lo que crecieron menos de la mitad que el ritmo de la inflación de ese mes que fue de 12,4%. “En términos reales está 3,8% abajo de diciembre de 2019 y casi 20% abajo de diciembre de 2016″, midió Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma.
La cifra que informa el Ripte es una de las variables que inciden en la fórmula que determina los incrementos nominales cada trimestre de jubilaciones y asignaciones universales, que son algunos de los ítems del gasto más relevantes para las finanzas públicas.
Tras la devaluación, el Gobierno anunció un amplio paquete de medidas para intentar morigerar parte del impacto de esa depreciación en los salarios, entre ellos cambios en el impuesto a las Ganancias y la devolución del 21% del monto de IVA compras –con un tope mensual– para trabajadores registrados e informales, o un bono para este último sector.
“El costo fiscal total de estas medidas para lo que resta de 2023 se ubicaría entre 0,69% y 1,12% del PBI, con un costo intermedio del 0,9%. Si los ingresos totales fueran los estimados y el costo fiscal de las medidas se ubicara en un nivel intermedio, entonces el gasto primario anual treparía al 16,9% del PBI, y el déficit primario ascendería a 3,2% de PIB (1,3 puntos porcentuales por arriba de la meta con FMI)”, midió Fundación Mediterránea. (Infobae)

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