Sucesos

Detuvieron a un colombiano que tenía relación con una banda narco en Rosario

La Policía Federal Argentina por intermedio de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones – Interpol procedió a la detención en el Reino de España de una persona de nacionalidad colombiana, sindicado como uno de los líderes de una organización narco criminal desbaratada en el mes de agosto del año 2022, en la ciudad de Rosario, denominada “OPERACIÓN ROSARIO- DUBAI”.
En aquella oportunidad, detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Institución secuestraron más de una tonelada y media de cocaína, con miras de ser exportada a Dubai, aprovechando el mundial de fútbol que se estaba disputando por estos días.
El secuestro obtenido resulto ser el más importante de los últimos años en la lucha contra el narcotráfico en nuestro país y que el ahora detenido ALVARO ANTONIO RAMIREZ DUQUE formaría un eslabón superior dentro de un importante cartel colombiano, junto a su socio, quien fuera también detenido en el exterior, tras el seguimiento de esta Unidad, y puntualmente en los Emiratos Arabes Unidos, Gabriel Jaime Londoño Rojas.
Estos “altos jefes colombianos” estuvieron de paso en nuestro país durante los meses de mayo a julio del corriente año, coordinando la operatoria con la rama de la organización argentina para luego retornar a su país de origen. Desde el mismo momento de su llegada al país al Aeropuerto Ministro Pistarini de Ezeiza, los mismos fueron monitoreados por efectivos encubiertos de la Policía Federal Argentina.
Tras sus pasos, los efectivos pudieron documentar todos los encuentros de este sujeto con el resto de los detenidos aquí en el país y como éste impartía ordenes, enrostrando su jerarquización por sobre el resto.
Finalizada su misión y a la vez que los integrantes de la banda argentina, ahora desbaratada, llevaban a cabo la logística para el acondicionamiento de la droga en pallets de maíz ocultas dentro de un galpón en la ciudad de Rosario, Londoño abandonaba suelo argentino.
Por tal motivo el Juzgado Federal de Primera Instancia de Campana del Dr. Adrián Gonzalez Charvay a cargo de la investigación ordenó la captura internacional mediante la publicación de una Notificación Roja en perjuicio de varios imputados, entre ellos el aquí mencionado.
Fue entonces cuando la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones (Interpol P.F.A) inició una investigación y seguimiento del caso, al determinar en primer lugar su nacionalidad colombiana. Por lo que se iniciaron los primeros intercambios de información con varios países del cono sur y Europa.
Ampliada la investigación, y consultados los movimientos migratorios el resto de las Oficinas Centrales Nacionales (de Interpol) de Sudamérica, Bolivia informa que el nombrado junto al otro de los detenidos (Londoño Rojas) habría viajado a la ciudad de Madrid, por lo que inmediatamente se pusieron en comunicaciones con Interpol del Reino de España.
Finalmente y gracias al seguimiento realizado desde esa unidad, pudieron establecer su posible localización en dicho país, quienes en la fecha confirmaran su detención.
El detrás de las operaciones
Londoño Rojas y Ramírez Duque son dos de los tres colombianos que coordinaron el envío de 1.658 kilogramos de cocaína desde Rosario a Dubai, pero antes de que se concretara el despacho de la droga por el puerto de Rosario el cargamento fue secuestrado en un galpón en el barrio Empalme Graneros. Se sospechaba que otro cargamento similar, que salió de la terminal rosarina y fue secuestrada en los puertos de Santos y Rotterdam tenía el mismo destino y pertenecía a la misma organización internacional.
Entre el 21 de junio y el 31 de agosto estuvieron escondidos en Rosario 3.092 kilos de cocaína, un cargamento que cambiaba su lugar de escondite, a la espera de una salida a Europa desde el puerto de Rosario. Ese cargamento fantasma, que muy pocos sabían que se embarcaría por Terminal Puerto Rosario tenía dueño: los colombianos Londoño Rojas y Ramírez Duque, quienes están sospechados de ser engranajes claves de un cartel trasnacional que había puesto el ojo en este punto de la hidrovía para sacar la droga hacia el viejo continente.
El 22 de junio de 2022 se hizo la primera reunión cumbre entre los narcos que pretendían «exportar» 1.658 kilos de cocaína desde el puerto de Rosario. Al selecto encuentro no concurrieron ninguno de los protagonistas de las crónicas de la mafia rosarina, tan proclive a llamar la atención con balas y sangre. Este fue un cónclave de gerentes internacionales y sus delegados en la provincia de Buenos Aires de una empresa narco que movía más de 100 millones de dólares. El encuentro entre varios miembros del cartel se hizo en el country Aguadas, en la localidad de Funes, un lugar selecto en el que viven funcionarios políticos, judiciales y empresarios importantes de la ciudad, que nada sabían de que sus vecinos estaban preparando uno de los contrabandos de cocaína más grandes de la historia.
Esa mañana del 22 de junio en la reunión en Aguadas estaba el representante del cartel internacional Antonio Ramírez Duque, otro colombiano, que seguía de cerca la operación y controlaba a los argentinos. Duque había llegado a Buenos Aires dos días antes y quien lo llevó hasta Rosario en su camioneta VW Amarok fue Nicolau. La reunión, según las tareas de inteligencia que constan en la causa, duró una hora. Las cuestiones importantes se definen sin demasiada charla.
Londoño Rojas y Ramírez Duque aparecen como los enlaces de la organización. El paradero de estos colombianos era un misterio hasta que Londoño Rojas fue detenido en diciembre Abu Dhabi. En Rosario atraparon a los eslabones locales de escaso poder dentro de la estructura, como tres camioneros y un supervisor de la empresa. Están acusados de ser los responsables de introducir la droga dentro del puerto. En el otro cargamento secuestrado de 1.658 kilos fueron detenidos miembros de lo que podría ser la pata argentina de la banda, entre los que figuran José Sofía y Gabriel Nicolau, ambos oriundos de la provincia de Buenos Aires, que fueron indagados por el juez Adrián González Charvay.
Los embarques de cocaína que se secuestraron en Santos (568 kilos) y Rotterdam (866 kilos) salieron de la terminal rosarina. Se usó para introducir la droga el sistema rip-on, en la que se cambian los precintos de los contenedores tras cargarse la cocaína.
Según las filmaciones aportadas por le empresa portuaria, que cotejaron los investigadores, el 24 de junio, tres días después de que el contenedor llegara a la terminal, ingresaron tres camiones a la zona portuaria de la empresa que se dirigieron hacia el lugar donde estaba la carga de maní. Entre las 22.48 y las 22.52 inexplicablemente se interrumpió la filmación de las cámaras de seguridad. Cuando se reanudó la filmación uno de los camiones estaba en el portón de ingreso de TPR. Se presume que en ese momento se produjo la «contaminación» del contenedor.
El 31 de agosto llegó una denuncia anónima a la Aduana en la que señalaba que en otros dos contenedores habrían salido de Terminal Puerto Rosario 866 kilos de cocaína con destino a Rotterdam, donde se secuestraron unos 361 kilos primero y luego otros 505 kilos.
Los investigadores le pidieron información sobre los ingresos y egresos a la empresa portuaria, que los entregó parcialmente. Esa droga fue cargada, de acuerdo a la investigación, en Rosario el 25 de junio, en momentos en que también estaba el otro cargamento que fue secuestrado en Santos.
El 29 de junio el contenedor donde se cargó la cocaína tuvo un movimiento dentro del puerto que no está registrado por la compañía. El contenedor con la droga fue embarcado el 3 de julio en el buque Argentina C. A través de las fotografías de los precintos quedó en claro que también había sido abierto después de los controles, y en ese momento lo contaminaron con la carga de cocaína.
Con información de Aire de Santa Fe.

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