Aunque cayó en día de semana, muchos rafaelinos acudieron al Cementerio para recordar y orar por sus seres queridos. Se trata de una fecha que culturalmente define quiénes somos y hacia dónde estamos yendo como sociedad.
Rafaela conserva una fuerte tradición católica que se manifiesta públicamente con especial énfasis en algunas fechas puntuales. Por nombrar algunas podríamos recordar que en Semana Santa la Plaza "25 de Mayo" se convierte en escenario del Vía Crucis y en Navidad muchos vecinos exhiben en sus puertas y ventanas imágenes del Pesebre de Belén.
Es por eso que todos los 2 de noviembre la Conmemoración de los Fieles Difuntos moviliza a muchos ciudadanos hacia el Cementerio local. También las parroquias rafaelinas se preparan especialmente para la ocasión. Ayer, por ejemplo, sacerdotes y feligreses estuvieron haciendo una guardia voluntaria para acompañar a todos aquellos que fueran a visitar las tumbas de sus seres queridos.
El paso previo
Según la creencia religiosa, las almas de los difuntos pasan por un proceso de purificación antes de llegar al Cielo. Este es conocido como Purgatorio y existen algunas acciones que ayudan a completar el paso por él. Una de ellas es que otros recen por el fallecido, que si bien se puede hacer todo el año, tiene su conmemoración especial justamente el 2 de noviembre.
Cuestión cultural
Las sociedades alrededor del mundo se relacionan de manera distinta con la muerte. En el caso Occidental en general, las ofrendas florales suelen ser parte de los rituales que giran en torno al fin de la vida terrenal. Según la Real Academia Española, una ofrenda es una dádiva o servicio en muestra de gratitud o amor. Las flores han sido desde tiempos muy antiguos objetos inigualables y llamativos por sus formas, colores y aromas. Y aunque la modernidad ha permitido replicar esas cualidades sobre otros objetos, hay algo en la naturaleza de las flores que las sigue haciendo irremplazables.
Un oficio vivo
Tan importantes siguen siendo las flores aún en el siglo XXI, que no sólo existe un gran mercado internacional de las mismas, sino que el oficio del florista se mantiene en plena vigencia. Cabe aclarar que no nos referimos a la persona que solamente despacha flores, sino a aquel que conoce del asunto, sabe asesorar a quien se acerca y mantiene su mercadería en excelente estado para que la ofrenda en cuestión se luzca.
En cercanías del cementerio de Rafaela existen varios de estos floristas, quienes en fechas como la Conmemoración de los Fieles Difuntos suelen tener mucho trabajo debido a la demanda por la visita de tantas personas al lugar.
Tanto flores como asados
Hay que admitir que los argentinos tenemos la virtud de encontrarle la vuelta a las cosas, aún en nuestra constante inestabilidad socioeconómica. Aunque los precios para organizar un buen asado hoy en día sean exorbitantes, nos rebuscamos para que ese ritual de encuentro con los amigos y la familia siga vivo. Estaremos en crisis, pero las raíces siguen firmes en el suelo.
Lo mismo ocurre con nuestro respeto y cariño hacia quienes ya no están con nosotros. La costumbre de llevar flores a los difuntos se mantiene firme entre nosotros a pesar de los bolsillos más flacos.
De esto dan testimonio Mario y Luis, dos de esos floristas que se encuentran en las cercanías del cementerio. "Nos está yendo muy bien hasta el momento. Estoy esperando más flores porque me estoy quedando sin. Por suerte va bien la cosa", le dijo Mario a Diario CASTELLANOS mientras mantenía el orden y la prolijidad de su puesto. De todas formas, aclaró que en comparación a las ventas del año pasado "se siente que hubo un poco menos, tal vez porque cayó en día de semana. Como está la situación, la gente está más apretada del bolsillo y se nota".
Por su parte, Luis dijo que tenían más expectativas de ventas pero que tampoco podía quejarse. "Es de a poco, pausado pero la gente viene y estamos vendiendo. Lo que más sale es el clavel que tenemos a 800 pesos la docena, los ramos de crisantemos que están entre 400 y 500 y las rosas a 200 pesos cada una". También explicó que por uso y costumbre, para estas fechas lo que más se usa es el clavel y el crisantemo. "Antes era el gladiolo, pero es una flor que fue pasando de moda y ahora se vuelcan más a estas", agregó el comerciante.
En el rubro existen cuatro fechas durante el año que suelen ser los picos de venta: Día del Padre, Día de la Madre, Día de los Fieles Difuntos y, aunque en menor medida, Navidad. De ahí que el día de ayer haya sido tan esperado por ellos.
Contraste municipal
La importancia y carácter sagrado que le dan muchos ciudadanos al cementerio local explica la controversia surgida durante la última edición del Festival de Teatro de Rafaela. Recordemos que la Municipalidad habilitó el lugar para que se realizara la obra de teatro titulada "Nada de carne sobre nosotras".
En aquel entonces hubo fuertes diferencias entre los Concejales de nuestra ciudad, que lógicamente en la vorágine del evento, fueron parte de una discusión con principio y final.
Pero además del malestar que causó, lo cierto es que abrió un debate acerca de los límites morales actuales de nuestra sociedad, que es muy probable que vuelva a repetirse.
Foto: N. Gramaglia