SEGUNDA ENTREGA
Este espacio ha sido concebido como ámbito de reflexión con y para los adultos. Los artículos que se publicarán tienen como eje temático recuperar la voz de los protagonistas, niños y adolescentes, que han sufrido o sufren algún tipo de violencia emocional o física y la forma en que ellos conciben, comprenden y asumen los hechos.
Hablamos de sobrevivientes a una violencia que no existiría sin la responsabilidad de un adulto. Estos problemas afectan a todos los grupos sociales y la sociedad occidental.
Además, trataremos de conocer los mecanismos institucionales disponibles en el sistema educativo argentino para hacer frente a estos sucesos, ya que la escuela es atravesada por todos ellos en forma directa y cotidiana. Todo niño y adolescente está indefenso frente a un adulto decidido a quebrantar su integridad física o emocional.
"Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas". (Sigmund Freud). "La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida".—Juan Pablo II
Acoso escolar o BULLYING Parte II
Por Liliana Panighi, especial para CASTELLANOS. Ciberbullying o acoso virtual: la violencia invisible. La adolescencia es una época de cambio y evolución. En esta etapa, en la que se produce la maduración física como mental, los adolescentes empiezan a alejarse de la familia y de las figuras de autoridad, para comenzar a dar cada vez mayor importancia al grupo de iguales, personas que como ellos están en la búsqueda de su identidad.
Sin embargo, este acercamiento no siempre resulta una interacción positiva. Es posible que se establezca una relación abusiva, siendo el resultado el bullying o si se emplea para ello las nuevas tecnologías y redes sociales, el ciberbullying.
El ciberacoso no se da de una única forma, existe una amplia variedad de formas que van desde el hostigamiento de la víctima y su exclusión social hasta la manipulación de datos para perjudicar a una persona en su propio nombre.
En este caso, las estrategias para dañar a alguien pueden utilizar toda la potencialidad de la red, desde fotografías almacenadas, el uso de grabaciones de voz o de fotomontajes.
Sin el consentimiento de la víctima, se utilizan diferentes recursos para humillar, ridiculizar y chantajear a la persona, podemos encontrarnos con casos de sextorsión, en que se chantajea a la víctima a cambio de no publicar fotografías o videos de índole sexual.
El ciberbullying pueden realizarlo tanto niños como adolescentes, dado que pertenecen a la generación de nativos digitales y aprendieron a utilizar todas las herramientas disponibles desde sus primeros años.
Psicología y mente. (Blog formado por psicólogos- Barcelona- España) por Oscar Castillero Mimenza. (Psicólogo).
Conocemos la adicción de los adolescentes a registrar todo evento, por más simple que sea, en las redes sociales, vemos cómo lo hacen, casi sin control, poniendo en juicio su capacidad para discernir las consecuencias que esto conlleva.
Por lo general, estamos presentes, conscientes de ello, si logramos que no nos bloqueen de sus redes. Tratamos de mantener una buena relación con nuestros hijos justamente para ver qué publican. Recordemos que ellos siempre manejan dos o tres nuevas aplicaciones antes que nosotros nos actualicemos.
¿Ustedes creen que sus hijos no pueden ejercer ciberbullying? Pues se equivocan, en todos está esa potencial capacidad de hacer daño. Es la realidad.
Decir que es necesario poner más límites, estar más atentos tanto ante un agresor como, en especial, ante una víctima, es obvio. Nuevamente retomo la importancia de que los adultos desarrollen las habilidades de observación y de escucha, simplemente porque somos los adultos responsables (padres, otros familiares, maestros, profesores, entrenadores de deportes tradicionales y alternativos, profesoras en gimnasios o de danzas, son sólo algunos ejemplos.)
Creo que la mayoría de nosotros nos planteamos lo difícil que es "controlar estas actividades" en nuestros hijos, especialmente en estos tiempos en que ambos padres trabajan y no todos tienen ayuda de otros familiares para cubrir nuestras ausencias involuntarias. Mi opinión es que, a pesar de nuestros esfuerzos en una educación en valores, nadie está exento de que su hijo sea agresor o víctima.
El ciberbullying se da entre pares y se distingue del grooming en que un adulto acosa a un menor a través de internet, normalmente con propósitos sexuales.
Alerta
Si usted, adulto, observa alguno de los siguientes síntomas, inicie paulatinamente un acercamiento al niño o adolescente y comience a indagar, con mucha contención, amor, sin juzgar y sin enojos, porque probablemente es víctima de ciberacoso o grooming; 1 Descenso del rendimiento escolar, que a su vez se retroalimenta la baja autoestima (soy un fracaso, no hago nada bien, no sé estudiar, odio la escuela) 2 Cambios en la alimentación (anorexia o bulimia tanto en niños como en niños). 3 Inasistencias a clases (miedo a los recreos).4 Ausencia de contacto visual. 5 Cercanía excesiva a los adultos (porque representan seguridad). 6 Depresión (no encajo en esta vida) 7 Fobia social (no querer salir de la casa, no tener contacto con otros compañeros, aislamiento). 8 Suicidio (no subestime expresiones como "no quiero vivir más")
"Psicología y mente", por Arturo Torres (psicólogo). España.
"Revista digital para profesionales de la enseñanza N° 9-julio 2010- Federación de Enseñanza de CCOO de Andalucía". España. Los ejemplos son aportes personales.
Legislación argentina contra el abuso escolar
Ley nacional 26892: Ley para la promoción de la convivencia y abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas. Esta ley fue sancionada el 11/09/13 y reglamentada el 07/03/2015. Rescaté en especial el artículo 3, inciso d: La Ley permite…" establecer los lineamientos sobre las sanciones a aplicar en casos de transgresión de las normas".
Legislación nacional contra el grooming:
Es considerado un delito incorporado al código penal: artículo 131(2013) y su agregado el artículo 131 bis. Se considera un delito con prisión entre 6 meses a cuatro años.
Si sufres este acoso puedes comunicarte con el EquipoNiñ@s del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación o al 0800-222-1717 para todo el país.
Se puede realizar la denuncia en una comisaría o fiscalía, con tu denuncia empieza la investigación.
Se recomienda recaudar prueba para demostrar el acoso, por ejemplo, capturas de pantalla o grabar conversaciones.