Es lo que equivale para cada argentino por debajo de la línea de pobreza, la recaudación por el aumento de retenciones a la harina y aceite de soja. Destaca Fernando Vilella en diálogo con Diario CASTELLANOS.
Fernando Vilella es docente de la Facultad de Agronomía de la UBA. Fue decano de dicha institución y creó allí la primera cátedra de Agronegocios. Es considerado uno de los mayores pensadores dentro del sector agropecuario enfocado en la Bioeconomía.
Diario CASTELLANOS dialogó con el especialista para conocer su visión respecto a la nueva realidad del mundo luego de la invasión de Rusia a Ucrania. La charla derivó también en las últimas medidas del gobierno nacional: algunas fueron “bombazos al corazón productivo de Santa Fe”. Las nuevas tecnologías en un mundo que pide más innovación y menos “fierros”: ¿qué papel juega en esto la calidad educativa? ¿Cómo salir de esta fábrica de 400 mil pobres por año en la que vive el país desde hace 4 décadas? Él propone a la bioeconomía, al turismo y a las industrias culturales, como elementos que implican desarrollo en cada uno de los rincones del país.
-¿Cómo impactó en la bioeconomía la pandemia primeramente y hoy la invasión de Rusia a Ucrania?
-Rusia y Ucrania representan el 30% del mercado de exportación de trigo. Los precios están muy arriba. Algo parecido ocurrió once años atrás y generó todas las revoluciones árabes que, hasta ese momento, eran sistemas autocrátricos. Se quedaron sin poder responder al precio del pan y explotaron todos. Hoy esos países se proveían de Rusia y Ucrania, Y el Mar Negro está cerrado”.
A esto se le suma -.agregó el especialista- que estos cultivos requieren insumos como el fertilizante nitrogenado. Hay 40 países donde más del 30% de los fertilizantes provienen de Rusia que es el 20% del mercado mundial de urea. Argentina tiene vaca muerta pero importa el 60% del nitrógeno que necesita para fertilizar. El 20% de las importaciones de fósforo viene de Rusia. Vas a un escenario donde no hay producto y no hay insumos para hacerlo en otros lugares como Argentina, o Brasil. El sostenimiento de la crisis llevará de dos a tres años por lo menos.
Pero el país tiene particularidades que no se explican: “Sube el precio del pan. El problema del trigo es global. Es el mismo acá, en Méjico, en Brasil, en Uruguay… pero allí no hay un 60% de inflación como acá. El problema es local, no es del mundo
Una fábrica de 400 mil pobres por año
Para Vilella, la situación en el país implica con urgencia un consenso entre los sectores más moderados de los dos grandes grupos políticos. Con lineamientos que generen políticas para el desarrollo “Nos está yendo mal: desde hace cuatro décadas que fabricamos hasta 400 mil pobres por año. Y no hay miras de que, por ahora, esta realidad se revierta. Estamos hablando de 17 millones de pobres. Casi el 60% de nuestros pibes son pobres” describe. Si a esta realidad “se la vincula con la calidad de la educación, la conclusión es una catástrofe” sentenció.
En la Argentina “habría que pensar medidas para impulsar la supercosecha que genere más trabajo y más dólares. No para desmoralizar al productor” advierte Vilella. Y agrega; “no vender el grano sino hacer como Brasil o EEUU. “Argentina exporta el 63% de su maíz como grano. Brasil, menos de la mitad y EEUU menos de la cuarta parte. Ellos transforman el grano dentro del territorio en proteína, biocombustible o bioinsumo” comparó. Al buscar los motivos de esta diferencia, Vilella resaltó en que “no hay reglas de juego para la inversión. Hoy pasa con el trigo. Desde el Estado debería decirse: esta será la gran cosecha. Aprovechando los precios, siembren trigo “hasta en las macetas”. Por el contrario, se les ocurre dar todas señales negativas”. En promedio, “un Argentino exporta la mitad que un uruguayo y casi la tercera parte que un chileno. Si al menos duplicaríamos las exportaciones per capita, varios de los problemas actuales estarían resueltos. No hablamos del doble de soja, maíz otrigo. Hay que agregar valor”.
Dos bombazos al corazón productivo santafesino
Aún con esa realidad, Vilella confía en que “sigue habiendo oportunidades y posibilidades para agregar valor, para generar trabajo y desarrollo”. A pesar de las últimas medidas del gobierno nacional que implican “ir para atrás. El año pasado se aprobó una ley de biocombustible y hoy vamos a importar gasoil a un precio que requiere un subsidio gigantesco. Paralelamente, bajamos a la mitad el uso del biodiesel. Cada vez que se toma una decisión va en contra del sentido común y del ambiente”. En otro ordem el Gobierno confirmó el aumento del 31% al 33% de las retenciones de harina y aceite de soja: “mayores alícuotas al agregado de valor. La víctima de eso, la provincia de Santra Fe. Es un bombazo a la línea de flotación productiva de Santa Fe. Al igual que ocurre con los biocombustibles”. Santa Fe es la provincia de mayor producción.
Pero el análisis del especialista fue más allá. Con la última medida del aumento de retenciones, se recaudarán hasta 450 millones de dólares. “Lo va a manejar la secretaría de comercio a cargo de Roberto Feletti. Esto significa $7 por día para cada persona por debajo de la línea de pobreza.
Vilella lo explica así: “distribuir 400 millones de dólares en 20 millones de pobres. Esto es 20 dólares por persona. A esto, lo tenés que dividir por 9 meses (hasta diciembre estaría vigente la medida) significa u$s 2,2 por persona. Esto es, $7 por día: un pedacito de pan de 3 cm. Con este mendrugo pretenden resolver la inflación y de la alimentación de la gente.
Calidad educativa
Vilella participó días atrás de TECNOAGRO BIGAND 2022. Una muestra de tecnologías aplicadas al desarrollo agropecuario que se realizó en el sur de la provincia. Pensar un mundo donde ya no son tan necesarias 10 toneladas de “fierros”, sino más bien innovación aplicadas a la electrónica y a los datos. En esta “nueva siembra directa”de drones, apps y pulverizadoras robotizadas ¿cuál es el papel de la educación?
“Si los líderes llegan a los acuerdos que hablábamos con anterioridad y comienza un desarrollo, nos encontraremos con el problema de que no hay gente capacitada. Hoy ocurre con los programadores en el área de la informática. Es todo un tema y será central” describe Vilella
La vaca está viva
Vilella es un apasionado de la bioecnomía. En algún momento la acuñó como la Vaca Viva. Es un modelo desarrollo que significa conocimiento incorporado in situ a la biomasa. Esto es, una nueva territorialidad con radicación ya no sólo de mano de obra sin calificación -que seguirá siendo necesaria- sino la instalación en los pueblos y pequeñas comarcas de técnicos, científicos que seran los que relanzarán los territorios con más valor a través del conocimiento. Así “hablamos de desarrollo territorial y federal. Hablamos de múltiples saberes empleados en transformar esa biomasa en producto de más valor” sintetiza. “Antes, se necesitaba alguien que sepa cosechar maíz, Con este modelo se necesita además quien maneje una planta de etanol, la cría de animales, el biodigestor, la energía, etc. Descentralizar ciudades y generar trabajo de calidad.”.
Para Vilella la bioeconomía, el turismo, las industrias culturales “son elementos que en cada rincón del país vas a encontrar. No sólo en pocas ciudades”. El contraste queda claro con el siguiente ejemplo: “En el mundo, hace cinco décadas, la industria era el sector que tomaba más mano de obra. Hoy, en los países desarrollados la mayor cantidad de personas está en el sector servicio. En Argentina, la cadena automotriz significan 96 mil personas que se concentra principalmente en los grandes conglomerados. Al contrario, la cadena de la carne son 320 mil personas” en los diferente eslabones
En definitiva: el acuerdo, la calidad educativa, fijar condiciones macro que favorezcan las inversiones: “Todos estos elementos deben estar arriba de la mesa para brindar calidad de vida al conjunto. Este es el país que nos toca y hay que intentar seguir revirtiendo fomentando la idea de que es posible una Argentina distinta”, cerró.