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Cómo simplificar la rutina de cuidado facial para las vacaciones

Por Valeria Chavez
La tendencia "beauty" conocida como "skinimalismo" rige el cuidado de la piel desde hace un tiempo. Aquello de "menos es más" y la prioridad de usar pocos pero efectivos -y personalizados- productos se impone por sobre una rutina de belleza extensa y poco factible de sostener en el tiempo.
Y las vacaciones de verano son la máxima expresión de esta recomendación.
Es que a la hora de armar las valijas, pensar en un neceser que incluya gran cantidad de productos desmotiva en pos de no excederse en el equipaje. Además, en la práctica, lo cierto es que sostener rutinas de skincare muy sofisticadas es poco probable durante los días de descanso.
Así es que si bien los especialistas recomiendan continuar con los cuidados de la piel ¡más que nunca! en verano, aconsejan minimizar la cantidad de productos utilizados y optar por pocas pero eficientes cremas. Sería algo así como hacer un armado "inteligente" del neceser para llevar lo justo y necesario para el cuidado de la piel durante esos días.
"Nuestra piel se ve constantemente expuesta a una serie de agresiones externas en el verano, como los cambios de temperatura, el viento, la exposición a los nocivos rayos UV del sol, la utilización de productos químicos agresivos e irritantes, la transpiración y el contacto prolongado con el agua del mar y el cloro de la pileta". Así comenzó a explicar a Infobae el médico dermatólogo de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) Christian Sánchez Saizar (MN 97.895), los factores que atentan contra la calidad de la piel en los meses de calor.
Como consecuencia de esto, según él, "la piel pierde su elasticidad, y muchas veces se la siente tirante y frágil. Por esta razón, en la rutina de skincare es aconsejable poner acento en la humectación de la piel y ayudarla a recuperarse de la exposición permanente a los efectos adversos".
En coincidencia con él, la médica dermatóloga de Laboratorios Bernabó y miembro titular de la SAD Marilina Zabalo (MN 111.660 - MP 231.654) señaló que "al simplificar la rutina, concentrando los cuidados en cada paso, es importante seleccionar bien los productos a utilizar, puesto que serán los encargados de brindar los beneficios del cuidado".
Para ella, "en el 'skinimalismo' los pasos básicos se vuelven protagonistas, y en este punto es clave utilizar productos con una formulación suave que no incluyan componentes agresivos, como alcoholes, parabenos o colorantes artificiales". Y amplió: "En verano, además, es recomendable poner en pausa aquellos productos que se denominan renovadores celulares, porque se componen con activos que tienden a manchar la piel como ácido retinoico o mandélico".
Según explicó Sánchez Saizar, "el sol altera la apariencia y características de la piel, que en un principio se sentirá seca con prurito, lo que se llama 'piel xerótica'. La piel deshidratada se vuelve opaca, poco flexible -precisó-. Sentimos rugosidad en la piel, sensación de tirantez y finalmente ocurre la descamación. Y si esto se repite se comenzarán a formar arrugas finas".
Los pasos esenciales de una rutina deskincare de verano
"Los beneficios inmediatos de un buen cuidado son una piel más suave, más luminosa, lozana y a largo plazo esa humectación adecuada, primero, evita el deterioro natural del envejecimiento y, además, crea un microclima favorable para que la piel mantenga cierta elasticidad favoreciendo la generación de fibras colágenos y elásticas", subrayó el dermatólogo en este punto.
A su turno, Zabalo destacó que "para conseguir una tez saludable es fundamental emplear productos que aporten hidratación, ayuden a limpiar muy bien la piel y a protegerla del sol. Son los pilares fundamentales para un ritual de belleza adecuado".
En opinión de Sánchez Saizar, "una rutina básica de verano para cuando no se quieren llevar muchos productos a las vacaciones sí o sí debe incluir cuatro pasos básicos". Y detalló: "Luego de limpiar la piel para librarla de impurezas, colocar un sérum de vitamina C, que es clave por su efecto antiage y antioxidante, para continuar con una crema hidratante y, de día, finalizar sin excepción con un protector solar factor 503" .
Para Zabalo, "un tip para una rutina aún más sencilla es: el primer paso de limpieza hacerlo con un jabón facial en el momento de la ducha". Y tras aclarar que "una crema hidratante con ácido hialurónico ayudará a atraer y retener el agua", recomendó "hidratar todo el cuerpo con emulsiones corporales de mañana y de noche durante todo el verano. Las de texturas livianas son más agradables en esta época". Y al igual que su colega, aconsejó "siempre finalizar con protector solar tanto en rostro como cuerpo".
La importancia de una adecuada protección del sol
Sobre el final, la jefa de la División Dermatología del Hospital de Clínicas "José de San Martín", Graciela Beatriz Manzur (MN 63.141), recordó que "la exposición a la radiación UV sigue siendo el factor de riesgo más importante para el cáncer de piel y factores relacionados con el cambio climático pueden contribuir al aumento de casos".
En ese sentido, según ella, "lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de tomar sol es hacerlo en horas adecuadas, cuando la exposición a los rayos UV no sea nociva para la piel". "Se recomienda reducir el tiempo total de permanencia bajo el sol, y sobre todo evitar la exposición entre las 11:00 y las 16:00 hs, que es cuando el sol está más fuerte -aconsejó-. Aunque estemos expuestos al sol existen muchas maneras de regular y protegernos de su radiación".
En su mirada, "la clave para la prevención radica en la fotoprotección, que incluye medidas físicas, tópicas y sistémicas. La ropa, los sombreros, las gafas de sol y las sombras son esenciales como métodos de protección física. Los lentes de sol deben bloquear el 99% de la radiación UVA y B".
Y respecto al uso correcto del protector solar, sostuvo: "Debemos aplicarlo media hora antes de salir al sol, y preferentemente en la casa, antes de ir a la playa o la pileta. La piel debe estar seca y se debe usar cantidades generosas del producto. Hay que tener en cuenta que, si bien algunos productos son 'resistentes al agua', es conveniente volver a colocarse fotoprotectores al salir del mar o la pileta".
"Aunque el protector solar diga que es a prueba de agua, con el uso de las toallas para secarse y el correr de las horas va perdiendo capacidad para protegernos del sol, por eso lo ideal es ponerse cada dos horas", agregó Manzur.
"Se estima que un factor de protección solar (FPS) mayor a 50 es necesario para disminuir la tasa de carcinogénesis en la piel blanca", señaló la dermatóloga, para quien, además de estas medidas de cuidado, "es importante el examen periódico con un especialista para detectar lesiones sospechosas y mejorar la calidad de vida de los pacientes".

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