En los dos primeros meses del año, la actividad metalúrgica bajó 4,4% con una variación interanual en el período enero-febrero de 13,8%. Los números de los estudios económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) parecen sólo el preludio de un mayor desplome que se espera para marzo, abril y buena parte del año. En Mendoza, los números se reflejan, pero la preocupación es mayor debido a que los dos motores que morigeran la caída de la actividad a nivel nacional están entre paréntesis.
De este modo, la suba en el sector de hidrocarburos que impulsa el boom de Vaca Muerta, en Mendoza tiene la contrapartida de la desinversión que hará YPF en casi todos sus yacimientos. Esto en el marco de una reconversión y desprendimiento de la petrolera de sus pozos de petróleo y gas convencional en áreas maduras en todo el país. Por otro lado, la minería en la provincia es prácticamente inexistente, más allá del renovado impulso a la actividad que, con el foco en el cobre, ha mostrado el Gobierno provincial.
Golpes al hueso
Mariano Guizzo, presidente de la Asociación Industrial Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), comentó que la provincia tiene una tradición histórica en el petróleo, con la particularidad de contar con todas las partes de la cadena (Upstream, Midstream y Downstream). La metalmecánica es la principal proveedora de servicios en el petróleo ya que aportan en las tres patas con obras civiles, eléctricas e instrumentales. También están en la parte de transporte mantenimiento del servicio de las líneas y otras áreas de la cadena.
Esto se suma a la caída de la construcción por la baja de la obra pública y a que el sector que podría estar mejor como es el agro, también mostró números negativos en maquinarias. De este modo, si bien la metalúrgica tiene distintos focos de acción, el petróleo, la minería y la agricultura no pasan por su mejor momento. Más allá de la baja de la industria vitivinícola, la falta de crédito y los excesivos costos hacen imposible un recambio o una mejora en las áreas mencionadas.
Temor por cierres
Si bien las cifras de enero y febrero parecen lejanas, la caída generalizada del mercado interno anticipa una mayor para los meses que vienen con un agravante. Se trata de la alta inflación en dólares que ha afectado los costos y la competitividad del sector unida a la apertura de importaciones sin aranceles ni mediaciones que pone en alto riesgo a las PyME's. A modo de ejemplo, hoy el kilo de acero en el mundo tiene un valor de 5 dólares mientras que en Argentina cuesta 12 dólares.
En este contexto, los industriales no hablan de un proteccionismo bobo sino de igualdad de condiciones para poder competir. Con impuestos altos, un aumento en dólares superior al 60% y una legislación laboral a debatir en medio de una economía que cae, no es posible igualar los precios de los competidores externos.
Con China a la cabeza, pero con valores en dólares más económicos en cualquier otro país de la región, la metalmecánica teme por su futuro. En especial porque tampoco visualizan una recuperación en forma de V y, en el mejor de los casos, una posible estabilización que se ve lejana y tal vez tardía.
"Lo más importante es buscar que las condiciones macro sean de igualdad para preparar a las empresas a que compitan, debido a que el riesgo que corremos es que desaparezcan muchas pymes", declaró el Presidente de Asinmet. Los beneficios impositivos a las importaciones y las grandes diferencias macroeconómicas atentan contra un sector que da trabajo genuino en el país. Además, la falta de incentivos a la industria puede llevar, desde la mirada de Guizzo, a perder una oportunidad única en Mendoza de cara a la minería.