Como cada año, el primero de mayo conmemoramos el "Día Internacional del Trabajador". Una fecha que nos permite poner en valor la tarea de cada uno de los colaboradores de nuestras empresas e instituciones, pero también nos invita a reflexionar acerca de los desafíos que atravesamos en la presente coyuntura, marcada por una alarmante inflación y por la persistencia de dificultades para importar materias primas, insumos y bienes de capital.
En este sentido, resulta imprescindible destacar que, aún en contextos adversos como los que vivimos, las organizaciones de Rafaela y la región asumen el compromiso de generar nuevas oportunidades laborales y de crear ambientes de trabajo seguros, saludables e inclusivos; en el convencimiento de que la educación y el empleo digno son las bases del desarrollo de nuestras comunidades.
Sin embargo, las actuales tensiones político-económicas limitan el ritmo de nuestro crecimiento y nos obligan a insistir sobre cuestiones como el sistema tributario, que castiga al sector productivo con impuestos distorsivos -como Ingresos Brutos- y complejiza la operatoria cotidiana, especialmente de las pequeñas y medianas empresas, que no cuentan con la estructura necesaria para afrontar la dificultosa gestión de los impuestos locales, provinciales y nacionales.
En la misma línea, debemos señalar que resulta imperativo revisar el marco que regula las relaciones laborales para que -sin que esto implique la pérdida de derechos para los trabajadores- las empresas puedan realizar contrataciones sin temor a que esto termine resultando perjudicial para su subsistencia.
Por otra parte, es necesario que las empresas puedan acceder a mejores y más eficientes fuentes de financiamiento, que les permitan invertir en infraestructura, digitalización de procesos y capital de trabajo; y que los diferentes niveles de gobierno trabajen de forma articulada para atacar las problemáticas de la informalidad y la inseguridad.
En el plano local, sigue siendo prioritaria la generación de suelo productivo apto para el desarrollo de nuevas actividades industriales, logísticas y comerciales en general, en el sector noroeste de la ciudad, para potenciar el crecimiento de Rafaela como polo económico regional.
A pesar de este contexto complejo e incierto, desde el CCIRR sostenemos nuestra labor, junto a una dirigencia y un equipo operativo comprometidos con la misión de la entidad: liderar el desarrollo empresarial con calidad de gestión y servicio.
Con ese objetivo como norte, entonces, invitamos a los empleadores y a los trabajadores de Rafaela y la región a construir, mancomunadamente, el futuro que anhelamos para nosotros y para las generaciones venideras.
¡Felicidades en este día!