Quienes supongan que con la finalización del debate que se prolongó por más de doce horas se terminó todo en la denominada "Causa Ramallo", se equivocan de cabo a rabo. En primer lugar porque el principal acusado ya lo hizo saber a través de una comunicación telefónica que fue interceptada. "Voy a seguir haciendo plata y la utilizaré para continuar matando gente", dijo. Ahora habrá que actuar más allá de lo que comenzaron los fiscales, a los que deberán brindarles toda la protección y tranquilidad para seguir trabajando.
La audiencia de medidas cautelares desarrollada el martes en la Sala Nº 3 del edificio de Tribunales de Rafaela, duró más de doce horas. Comenzó poco antes de las 9 y finalizó cerca de las 21.30. En ese momento la Jueza de la Investigación Penal Preparatoria, Dra. Cristina Fortunato señaló que iba a aplicar la prisión preventiva sin plazos para todos los encartados, agregando que en el caso de Yanet Rocío A., de 21 años de edad, afincada en calle Santiago Rodríguez al 2500; y Camila Soledad Y., de 28 años, con domicilio en calle 27 de Septiembre al 500 de Rafaela, cumplirán el arresto de manera domiciliara por ser ambas madres de hijos menores de edad.
Después, lo conocido y comentado a lo largo de todos estos días, la acusación por parte de los fiscales Gabriela Lema, Fabiana Bertero y Nicolás Stegmayer para todos de integrar una Asociación ilícita cuyo objeto fue la comisión de hechos violentos en el ámbito territorial de la ciudad de Rafaela, todo ello en forma habitual y contínua, en el período temporal comprendido al menos, entre el 01/08/21 y hasta el día 27/02/22 (fecha de los allanamientos). Dicha Asociación -según los fiscales- era comandada por Evelio Horacio Ramallo, alias "Yiyo", quien en principio manejó a todos sus integrantes desde cualquiera de las cárceles de la Provincia y de provincias vecinas en las que estuvo alojado.
Los imputados
La acusación de los representantes del Ministerio Público de la Acusación imputaron a las siguientes personas Evelio Horacio R., alias "Yiyo", de 36 años (actualmente detenido); Eunice Febe T., de 33 años; Mauricio Tomás S., de 22 años; Lucas Matías R., de 25 años; Yanet Rocío A., de 21 años (cumplirá la pena bajo la modalidad de arresto domiciliario); Ezequiel David L., de 22 años (durante la audiencia lo imputaron también como presunto autor de delitos caratulados como privación ilegítima de la libertad agravada por rapto, y abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa en perjuicio de su expareja); Ileana Morena R., de 18 años; Evangelina Juana F., de 54 años; Natalí Aldana R., de 27 años; Diego Benjamín A., de 21 años; y Camila Soledad Y., de 28 años (también tendrá arresto domiciliario).
Otros datos
A lo largo de la audiencia los fiscales brindaron, con lujo de detalles, algunos datos referidos a la manera de actuar del jefe y sus dirigidos. Así contaron que la banda ofrecía montos dinerarios muy importantes por la vida de las personas que 'molestaban' a la organización. Así señalaron que se pagaba a los sicarios provenientes de Rosario hasta 150.000 pesos por la muerte de alguien. Y a ese monto se le agregaban otros cincuenta mil por cada proyectil que impactara en la cara o en la cabeza.
También se mencionó que aquellos sicarios que llegaban a Rafaela provenientes de Rosario lo hacían con 'todo pago'. Viajaba en remis desde la ciudad del sur hacia Rafaela y aquí encontraban alojamiento, comida, armas e incluso vehículos que eran puestos a su disposición.
A no relajarse…
Ahora bien, quien pueda siquiera suponer que con lo de la audiencia ya está; que ahora están todos presos y ya no podrán hacer nada; que ahora podemos seguir hablando de lo que ocurra aquí con los 'problemas interpersonales', estará equivocándose de cabo a rabo. Primero porque ya está en principio demostrado que muchos de los que hoy están privados de su libertad en cualquier cárcel de la Provincia o del país pueden seguir manejando situaciones y a personas con solo levantar o activar un teléfono.
Segundo porque como ocurre siempre en aquellos lugares en que se concretaron acciones como las que hasta aquí vienen llevando adelante fiscales como Lema, Bertero y Stegmayer, cuando matan a alguno o lo meten preso, hay en el 'banco de suplentes' una cantidad impresionante de otros 'soldaditos' dispuestos a congraciarse con el jefe y si es con alguna buena o medianamente buena paga, mejor.
Así que lo ideal es que aquellos que aún han hecho poco o casi nada con todo este tema empiecen a conocerlo y a ocuparse. De lo contario que den un paso al costado y reconozcan que los sobrepasa y le dejen su lugar a quienes estén capacitados y tengan conocimiento y ganas de actuar.
Esto de los fiscales provinciales es apenas una parte. Después queda todavía lo que puedan hacer los fiscales federales, recordando que desde hace tiempo Rafaela -con toda esta problemática- tiene Juez y Fiscal Federal subrogantes y ello es, al menos, algo inconcebible.
Ojos abiertos; sentidos atentos…
Si algo debe quedar claro también es que hoy, más que nunca, todos los actores de esta historia deberán estar con ojos abiertos y oídos atentos. Y lo anterior, nada tiene que ver con pronósticos agoreros ni nada que se le parezca. Pero todos sabemos -al menos en los lugares donde estas prácticas están más desarrolladas- que la mayoría de las personas involucradas en este acionar -fundamentalmente aquellos que ocupan los lugares de decisión, ya 'están jugados y poco o nada les importa'.
Entonces, desde el Ministerio de Seguridad y desde los organismos del Estado competentes, hay que ocuparse más que nunca de la seguridad de personas firmemente involucradas en llevar adelante el accionar de la justicia para acabar con los violentos.
Durante la audiencia del martes pudieron escucharse algunos audios de intervenciones telefónicas, donde Evelio "Yiyo" Ramallo señalaba que su objetivo primordial era seguir haciendo plata y que esa plata la iba a utilizar para continuar ordenando la muerte de gente.
Entonces hay que caer en la cuenta, de una buena vez por todas, que lo que sucede en Rafaela excede largamente la cuestión de los problemas interpersonales y que estamos, ni más ni menos, en un escenario en el que bandas de narcotraficantes están tratando de hacer pie en la ciudad para quedarse definitivamente con el negocio de la comercialización de estupefacientes.
Así de claro y así de simple. El mensaje es totalmente entendible y bueno sería que los destinatarios puedan absorverlo. Por el bien de todos.