La semana pasada en los Tribunales de Rafaela se realizaron cuatro jornadas del debate por el "Caso Pilar", tal como se conoce popularmente a la causa en la que hay 10 personas imputadas por presunto abuso sexual de una menor de 16 años. Los hechos en discusión ocurrieron en 2018. Cinco años después el juicio está siendo seguido de cerca por gente a lo largo de toda la Provincia y desde diversas localidades del país como Córdoba y Capital Federal. Incluso a través de las redes sociales algunos usuarios están comentando el caso desde Barcelona y Santiago de Chile. El viernes finalizó la etapa de producción probatoria y ahora se espera que el 25 de septiembre las partes hagan sus alegatos de clausura.
Estos 10 hombres están acusados de haber cometido relaciones sexuales en contra de la voluntad de la denunciante. Esto se habría dado en una casa en la localidad de Pilar, en el marco de una reunión nocturna de jóvenes y adolescentes ocurrida un 11 de mayo. De acuerdo con la acusación de la Fiscalía, la menor habría estado bajo efectos del alcohol y la marihuana, situación que le habría impedido dar su consentimiento al sexo grupal.
Por el lado de la defensa se dijo que todo habría ocurrido con el consentimiento de la pretensa víctima, quien según el relato de dos testigos presenciales se encontraba lúcida y sin alteraciones en su consciencia. Asimismo estas personas aseguraron haber oído de parte de la denunciante aparentes amenazas de ella hacia los imputados para que no dieran a conocer lo ocurrido esa noche. Estos relatos se vieron reforzados el viernes pasado con la sorpresiva aparición de una prueba nueva. Se trata de una captura de pantalla que contiene mensajes de texto con otra presunta amenaza.
A continuación haremos un resumen de lo acontecido durante las cuatro jornadas por la que pasaron decenas de testigos.
Día 1
Se escucharon los alegatos de apertura. En ellos el Ministerio Público de la Acusación, representado por la Dra. Shirli Tomasso, prometió probar que el abuso sexual existió y que todos participaron en dicha acción.
La defensa adelantó que probaría que existió consentimiento y que la Fiscalía no iba a poder probar el abuso.
Declaró frente a los jueces la denunciante y relató su versión de lo ocurrido. Dijo que todos participaron y que ella estaba adormecida por haber bebido demasiado. Luego agregó que hay situaciones que no recordaba a causa de un accidente de moto en el que se habría golpeado la cabeza. También explicó que tuvo que irse del pueblo porque la comunidad la hostigaba.
Dio su testimonio la madre, relatando cómo fue el momento en que se enteró de lo que habría pasado a su hija y cuáles fueron las acciones posteriores a ese momento.
Día 2
Pasó a declarar una testigo presencial quien dijo que esa noche vio a la denunciante lúcida y que se reía. De acuerdo a su relato la escuchó decir: "Todos se divirtieron gracias a mí" y que si alguien hablaba los iba a denunciar.
Otra testigo, quien dijo haber tenido una relación de amistad en ese entonces con la presunta víctima dijo: "La vi normal. No vi que nadie se la llevara. Iba por su propia voluntad" y que además la llamaba con las manos para que se sume. También dijo que la escuchó decir que todos se divirtieron gracias a ella y que si mostraban imágenes los iba a denunciar.
Ese mismo día del juicio otra testigo declaró lo que le había escuchado decir a la pretensa víctima. Relató que la oyó contar cómo le habían hecho desprecio y la habían maltratado.
Una ex pareja de la denunciante también dio su testimonio contando acerca de los cambios de ella en su conducta tras los hechos denunciados y cómo todo la había afectado negativamente.
Asimismo una mujer testificó acerca de una conversación que mantuvo con la presunta víctima y que la misma le dijo: "Mirá cómo me rompieron el corpiño", mostrándole en aquella ocasión una prenda de color blanco. Luego se pidió exhibir en la sala de audiencias el corpiño presentado como prueba, que resultó ser negro.
Se dieron a conocer audios y chats de WhatsApp entre los imputados, donde decían que la denunciante "tenía que decir la verdad" porque ante médicos y psicólogos se iban a dar cuenta que ella mentía. Además suponían que la harían pasar por una máquina de la verdad. Los mensajes también los muestra intentando coordinarse para conseguir un abogado que los atendiera.
Día 3
Dio su testimonio una ex empleada de la Fiscalía. A través de ella se incorpora y reproduce la grabación de una llamada telefónica entre la fiscal Ángela Capitanio y una de las testigos. En ese momento un defensor advirtió que dicha reproducción sin consentimiento de la testigo podría ser un delito.
Se dedicaron algunas horas a tratar una segunda acusación que involucra a uno solo de los hombres en cuestión. Esto corresponde a hechos que habrían ocurrido previamente en 2018 y que son motivo de que a esta persona se le solicite una pena de 20 años en vez de 18.
Día 4
Se incorpora una nueva prueba que confirmaría las supuestas amenazas de la pretensa víctima hacia los acusados. Se trata de un mensaje de Facebook que dice: "No digas nada. No hay necesidad. Porque por tu culpa o de cualquiera que hable, pueden ir todos presos y lo saben".
Fue convocado de urgencia como testigo el investigador informático que realizó la extracción de dicho mensaje, quien explicó el procedimiento utilizado para acceder a él y el método para volcarlo en el informe que realizó al respecto.
Por decisión propia, la defensa desistió de la reconstrucción de los hechos, medida que estaba prevista para este lunes en la localidad de Pilar.
Finalmente se acordó entre las partes atrasar la fecha de los alegatos de clausura, que tendrán lugar el lunes 25 de septiembre. Se espera que la lectura del fallo se realice dos días más tarde, aunque todavía no hay fecha oficial, al menos hasta el momento de la redacción de esta nota.
Alta exigencia
Las cuatro jornadas de debate fueron largas, insumieron varias horas de trabajo y exigieron al máximo la atención de todas las partes.
El tribunal pluripersonal compuesto por la Dra. Cristina Fortunato, el Dr. Juan Gabriel Peralta y el Dr. José Luis Estévez enfrentó un desafío diferente al de cualquier otro juicio. No solo por la cantidad de participantes, sino por la rigurosidad en las reglas de litigación que primó durante todo el tiempo. Con el Código Procesal Penal a mano nadie estuvo dispuesto a ceder un milímetro en los derechos y garantías que el reglamento establece. Asimismo fueron muy minuciosos en observar que la otra parte cumpliera sus obligaciones. Esto sumado a la intervención de 8 abogados defensores hizo que el número y frecuencia de objeciones de ambas partes fueran altos.
A pesar de la lógica fatiga humana, existieron algunos momentos que deben ser reconocidos a los magistrados, como cuando la Dra. Fortunato tuvo la delicadeza de hacer un poco más cálido el discurso con el que se recibe a todos los testigos, ante los nervios y llanto que presentó una mujer que se había acercado a declarar.